El director general del Agua de la Junta de Comunidades, Daniel Ballesteros, compareció ante los medios de comunicación para mostrar los datos que arrojan los últimos estudios de situación de caudales en el río Tajo, los cuales se encuentran muy debajo de los mínimos exigidos por la Ley 52/1980 de 16 de octubre, de Regulación del Régimen Económico de la Explotación del Acueducto Tajo-Segura, que garantiza en el río Tajo, antes de su confluencia con el Jarama (Aranjuez), un caudal no inferior a 6 metros cúbicos por segundo.

Así, este estudio llevado a cabo durante diez días, refleja que el nivel medio de caudal cuantificado se cifra en 1,91 metros cúbicos por segundo, cifra muy lejana al mínimo que exige la Ley, llegando en algunos casos concretos a descender hasta 0,08 metros cúbicos por segundo y, en ningún momento, alcanzando los 6 metros cúbicos exigidos.

De igual manera, Daniel Ballesteros recordó que en los años 2000 y 2001 la Junta de Comunidades llevó a cabo estudios similares que también demostraron el incumplimiento de los caudales mínimos exigidos en el Tajo.

El director general del Agua recordó que el Plan de recuperación integral del Tajo, que está elaborando el Ministerio de Medio Ambiente, «es una oportunidad única para recuperar el río para el baño y la vida de los peces, por eso la Junta confía en que, en un plazo prudencial de tiempo, el plan esté ultimado y contemple las aportaciones realizadas desde el Gobierno de Castilla-La Mancha».

A este respecto, Ballesteros recordó que el primer borrador elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente recogía tres aspectos indispensables para la recuperación del río como son la ampliación de la depuración de las aguas residuales, la reutilización de las mismas y el aumento en la liberación de aguas limpias desde la cabecera del Tajo hacia su propia cuenca.

Multiplicar el caudal

Ese documento refleja que se habría de multiplicar por treinta el caudal mínimo del río Tajo a su paso por Aranjuez, lo que significa que ese caudal pasaría de ser de 6 metros cúbicos por segundo, que es lo que está estipulado actualmente aunque no se cumple, a 180 metros cúbicos por segundo, lo que conllevaría un considerable descenso en los recursos hídricos destinados al trasvase. Desde la Junta de Comunidades no se pretende que se llegue a esa cifra de caudales pero sí que se libere hacia el río la suficiente cantidad de agua para cumplir el objetivo de que el Tajo vuelva a ser un río de vida, como se comprometió el Gobierno de España en el Plan Hidrológico, dijo Ballesteros.

En cambio, en el segundo borrador del Mimam, desaparecen las referencias a medidas concretas de liberación de aguas limpias hacia el cauce del Tajo, quedando como únicas medidas para elevar la calidad de las aguas el aumento en la depuración de aguas residuales y el control de los vertidos al cauce.