El Indice de Calidad General (ICG) de las aguas superficiales es «inadmisible» en 41 estaciones de control de seis cuencas hidrográficas españolas (13 de ellas del Guadiana y 4 del Tajo), «bueno» o «excelente» en 167 de estas unidades, e «intermedio» en casi cien, según los resultados de las muestras tomadas en esas instalaciones durante el pasado año 1999.

La evaluación de la calidad de las aguas o grado de contaminación se hace mediante el cálculo del ICG, obtenido de la combinación de 23 parámetros medidos en una muestra, del que se obtiene un valor final que va desde cero (agua muy contaminada) a cien (totalmente limpia), según se explica en una respuesta del Gobierno a la diputada socialista Juana Serna Masiá sobre esta cuestión.

En 1999, la calificación de la calidad de las aguas en función del ICG es «inadmisible» (de cero a cincuenta) en trece estaciones de control de la confederación hidrográfica del Guadiana, en siete del Segura, ocho de la cuenca del Júcar, cuatro del Tajo, tres del Sur, dos del Ebro y cuatro del Guadalquivir.

Un total de 57 estaciones obtienen la evaluación de «excelente» (con un valor de 100 a 85), pertenecientes a la confederación hidrográfica del Norte (17); del Duero (18); Tajo (6); Guadiana (9); Guadalquivir (1), Segura (2), Júcar (3) y Ebro (1).

La calificación de calidad en función del ICG es «buena» (con valores de entre 85 y 75) en 110 unidades de control de las cuencas del Norte (5); Duero (10); Tajo (14); Guadiana (12); Guadalquivir (5); Sur (6); Segura (9), Júcar (7) y Ebro (42).

Los valores anuales del ICG son «intermedios» (de 75 a 65) en el caso de 98 estaciones de control de calidad de las aguas: Duero (9), Tajo (9); Guadiana (11), Guadalquivir (11) Sur (6); Segura (5); Júcar (20) y Ebro (27).

Por último, obtienen un valor de admisible (de 65 a 50) dos estaciones de la confederación del Duero, trece del Tajo, once del Guadiana, otras once del Guadalquivir, seis del Segura, quince del Júcar y siete del Ebro.

En la misma respuesta parlamentaria dada a la dipitada Serna Masiá, se informa también de la calidad de las aguas en función de la demanda bioquímica de oxígeno y en función de la presencia de nitratos (NO3), que proceden sobre todo de la aplicación de fertilizantes y plaguicidas utilizados en el sector de la agricultura