En un estudio realizado recientemente en EEUU se ha demostrado que la introducción de cultivos OGM sin una normativa estricta de umbrales de contaminación permisibles conduce inevitablemente, y de manera asombrosamente rápida, a la contaminación de la base del sistema alimentario mundial: las semillas. Introducidos en EEUU en 1996, los cultivos transgénicos han provocado en pocos años una alarmante contaminación del suministro de semillas convencionales vendidas al agricultor, así como de algunos bancos de germoplasma, como el Centro de Recursos Genéticos del Tomate de la Universidad de California[1].

En este estudio, en el que se analizaron muestras representativas de las semillas más utilizadas por los agricultores norteamericanos, se detectó que entre un 50% y un 85% de las variedades convencionales de maíz vendidas en EEUU estaban contaminadas por ADN transgénico en un porcentaje de entre un 0,05 y un 1% (es decir, el equivalente a 6.250 toneladas de semillas transgénicas esparcidas por los campos de los agricultores que NO quieren cultivar transgénicos). La superficie cultivada con maíz MG en EEUU en 2002 era aproximadamente una tercera parte del cultivo de maíz total.

Este estudio apunta que las consecuencias de la presencia de secuencias genéticas procedentes de cultivos GM en las semillas convencionales son totalmente imprevisibles, dado que se ha demostrado que es frecuente que sufran fragmentaciones y reordenaciones genéticas en el nuevo genoma, que podrían dar lugar a la producción de nuevos compuestos o alterar la expresión de otros genes de la planta, activados por las secuencias reguladoras transgénicas. Afirma que si bien no se han detectado problemas hasta la fecha, la ausencia de evidencia puede obedecer a la falta de rigor en la evaluación de impacto y la falta de seguimiento de los cultivos transgénicos en EEUU.

El estudio alerta asimismo de la posibilidad de contaminación del sistema alimentario por los cultivos transgénicos con fines industriales (los llamados "farmacultivos"), para la producción de plásticos, de sustancias para la industria cosmética y farmacéutica... en fase de experimentación en EEUU en la actualidad.

SE TRATA, NADA MAS Y NADA MENOS, QUE DE SALVAGUARDAR UNA AGRICULTURA QUE PUEDE SUMINISTRAR ALIMENTOS SANOS Y SUFICIENTES A LA POBLACION DE FORMA SOSTENIBLE, ANTE LOS MUCHOS INTERROGANTES Y RIESGOS Y ANTE LA EVENTUALIDAD DE UN FRACASO (en términos de rendimiento o de problemas ambientales o de salud) DE LOS CULTIVOS MANIPULADOS GENETICAMENTE.

[1] Margaret Mellon & Jane Rissler. Gone to Seed. Tansgenic Contaminants in the Traditional Seed Supply. Union of Concerned Scientists, Feb. 2004.

Se puede firmar una carta en contra dirigida a la Comisión Europea en la dirección http://www.saveourseeds.org/int/es/?p=p