El concejal de Medio Ambiente, el socialista José Eduardo Martínez Valero, aseguró ayer que la adquisición por parte del ayuntamiento de 400 contenedores para las urbanizaciones, tanto legales como ilegales, que rodean el casco urbano de la ciudad ha atajado el problema de los vertederos incontrolados.

Sin embargo, un corto recorrido por la periferia desmiente rotundamente esa afirmación, porque los basureros sin control siguen existiendo y se podrían contar por decenas, y lo mismo se podría asegurar de las más de 25 escombreras que hay en el municipio, para las que el ayuntamiento anunció hace meses un plan especial, y hasta la fecha, nada o casi nada se ha hecho «por falta de tiempo», según reconoció ayer el propio Martínez Valero.

Un balance optimista

El concejal de Medio Ambiente ofreció ayer una rueda de prensa para hacer un balance del plan de distribución de los contenedores de basura en toda la ciudad; en total se han adquirido e instalado unos 2.000 contenedores, 1.500 en las calles y plazas de la capital, 400 en la periferia y un centenar en el polígono industrial Campollano. En este proyecto se han invertido 8 meses y no menos de 1.800.000 euros (o lo que es lo mismo, en torno a 3.000 millones de pesetas).

Transcurrida una semana desde la instalación del último contenedor, el concejal de Medio Ambiente se mostró satisfecho de los resultados obtenidos, y es más, aseguró que el 95% de los albaceteños considera que el nuevo sistema de recogida de basuras en la capital es «bueno» o «muy bueno», y a penas un 1,8% estima que la fórmula elegida por el consistorio no es interesante. Estos porcentajes son el resultado de una encuesta realizada entre más de 1.000 familias albaceteñas, casa por casa. Además, del ayuntamiento ha comprobado que la práctica totalidad de los albaceteños ya utiliza los contenedores para depositar sus basuras en vez de dejar las bolsas a pie de calle. De cualquier manera, el concejal de Medio Ambiente indicó que el año 2002 traerá muchas más novedades en este campo; por un lado, la instalación durante el mes de febrero de 300 áreas de aportación, compuestas por tres tipos de contenedores –azul, para papel; verde, para cristal, y amarillo, para envases–, y por otro, la puesta en marcha de un plan especial de recogida de residuos en los grandes centros generadores como restaurantes, bares, supermercados o hipermercados. Y hasta que ese programa arranque, una contrata municipal seguirá recogiendo de forma selectiva la basura en seis barrios de la ciudad.