JOSÉ FIDEL LÓPEZ ALBACETE

En mayo de 2001, el concejal de Medio Ambiente, el socialista José Eduardo Martínez Valero, anunciaba que el Ayuntamiento de Albacete estaba estudiando la posible construcción de una planta de tratamiento para los residuos que genera la construcción, un sector en pleno auge en estos momentos en la ciudad. En aquel momento, y de acuerdo con una primera estimación del concejal responsable, el número de escombreras ilegares era de 25, algunas de las cuales ocupaban una superficie equivalente a varios campos de fútbol, con el consiguiente deterioro que suponen para el medio ambiente.

Un año después, la situación no sólo no ha mejorado, sino que, lógicamente, ha ido a peor. A preguntas de este diario, Martínez Valero reconoció que la situación no ha cambiado, a pesar de que desde hace meses tiene sobre su mesa un informe elaborado por técnicos contratados por el Ayuntamiento sobre el alcance del problema de las escombreras ilegales, que ocupan cientos de metros cuadrados en el término municipal. «Hasta que no haya una solución definitiva, no quiero avanzar nada», comentó.

Ley de la selva

El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de Albacete (Apeca), Bienvenido Rosa, señalaba que «estamos ante la ley de la selva, si este problema existe es debido a que el Ayuntamiento no tiene nada regulado». Según Rosa, el consistorio –«que tiene conocimiento del asunto», comentó–, debería tomar nota de lo que se hace en otros municipios, en especial, de la zona de Levante, «donde funcionan vertederos especiales, donde se les da tratamiento a los escombros, hasta los que los constructores, pagando una cuota, llevan sus desechos».

De la misma manera, se refirió a Las Palmas de Gran Canaria, donde funciona no sólo un vertedero, sino una planta de tratamiento. «Con todos los restos se fabrican unos bloques que pueden ser reutilizados en la construcción, y que están vendiendo a medio mundo».

En la actualidad, según el presidente de Apeca, lo que se hace, en el mejor de los casos, es contratar los servicios de empresas especializadas que tratan de darle la mejor salida a esos desechos; en otros casos, «y me refiero a los chapuceros sin escrúpulos», los restos de derribos o de obras en construcción acaban en cualquier cuneta. Juan Antonio Raspeño, gerente de la contrata de recogida de basuras en Albacete, la empresa FCC, señalaba que el Vertedero Municipal no tiene capacidad ni es, por normativa, el lugar adecuado para los escombros. Raspeño comentó que en otras ciudades sí que existen vertederos especiales e incluso, plantas de tratamiento, «pero en el caso del municipio, no».

De cualquier manera, esta situación de ilegalidad en la que se mueven las escombreras que funcionan en Albacete no es del agrado e las empresas que se dedican a la retirada de los residuos de la construcción, ni mucho menos.

Según explicó a La Verdad un empresario del sector, en la actualidad la práctica totalidad de los escombros terminan en un enorme vertedero que se ha formado –ya existe desde hace años– en la carretera de Jaén; el uso de este espacio no es gratuito para las empresas de transcubetas, puesto que tienen que pagar una cantidad mensualmente por depositar allí los desechos, cuota que varía en función del número de camiones que tiene cada empresario. Pero además, esta salida que dan a los residuos de obras y demoliciones les supone a estas empresas la imposición de sanciones por parte del Ayuntamiento. «Estaríamos dispuestos a pagar una cuota al Ayuntamiento si nos ofrecieran una solución legal», explicaba este empresario.

Una escombrera que crece a pocos kilómetros de Albacete

Tal y como ya denunció La Verdad, una de las escombreras de mayor tamaño de cuantas existen en el termino municipal se encuentra a escasos metros de la carretera de Jaén, a unos 8 kilómetros de la capital, y muy próxima a una conocida urbanización. Sobre una enorme superficie las empresas de transcubetas de Albacete depositan diariamente toneladas y toneladas de material de desecho procedente de la demolición de viejos edificios, de su rehabilitación o de la construcción de nuevos bloques de viviendas. Restos de todo tipo de maquinaria, mobiliario fijo de cocina o de cuartos de baño, sanitarios, cubiertas, puertas, ventanas, revestimientos de piedra, barandillas, escayolas, tierra, vigas o pilares se depositan sobre decenas de montones en esta enorme parcela a la que se accede por un camino de tierra.

Pero al margen de estos materiales, más o menos contaminantes, en el entorno de las escombreras han nacido auténticos vertederos de todo tipo de basura. El Ayuntamiento ha sancionado a varias empresas de transcubetas por depositar ahí los restos de derribos y otro tipo de materiales.

Sin embargo, las empresas siguen asumiendo ese riesgo porque el Ayuntamiento no les deja otra salida, es la pescadilla que se muerde la cola; no hay una escombrera oficial, pero se sanciona por depositar escombros en lugares no autorizados.

Financiación regional para una planta legal

Ramón Sotos, diputado y responsable del Consorcio Provincial de Medio Ambiente, comentó que la Junta de Comunidades ha ofrecido a la Diputación de Albacete la posibilidad de construir una planta de tratamiento de escombros en la provincia aprovechando una subvención de la Unión Europea. Según Sotos, en estos momentos están buscando un emplazamiento donde poner en marcha esta instalación, y no descartó que fuera en el municipio de Albacete, teniendo en cuenta el elevado volumen de material de desecho que se está generando en estos momentos en el sector de la construcción en la capital, aunque hay otras opciones en municipios cercanos, según información a la que ha tenido acceso este diario. El Ayuntamiento anunció hace meses su intención de poner a disposición de los constructores una escombrera legal; de momento sigue siendo sólo una intención.