La falta de control provoca la aparición de 25 escombreras ilegales cerca del casco urbano  
   
La más grande, a 8 kilómetros de la ciudad, ha dado pie a la aparición de vertederos, ratas y malos olores  
(La Verdad de Albacete. 4 de Mayo de 2.001)

La construcción es uno de los sectores más importantes para el desarrollo de cualquier ciudad. Sin embargo, como todo, tiene una cara y una cruz, y en este caso es el grave impacto que causa al medio ambiente, no sólo por la extracción de áridos o por la fabricación de cementos, sino también por la proliferación incontrolada de escombreras. En el caso de Albacete, el ayuntamiento tiene constancia, al menos, de la existencia de unos 25 vertederos ilegales de materiales de desecho de la construcción, el mayor de los cuales se sitúa a unos ocho kilómetros del centro urbano, muy próximo a la carretera de Jaén. Se extiende sobre una superficie sobre la que se podrían construir varios campos de fútbol, y ya no sólo almacena, en enormes montones, restos de demoliciones o de edificios en construcción. La basura, de todo tipo, ha dado pie a la proliferación de ratas e insectos y a la existencia de malos olores, y todo éso muy cerca de una urbanización. De momento, el ayuntamiento no tiene solución para este problema, salvo medidas puntuales, aunque está estudiando la construcción de una escombrera regularizada.

Albacete se encuentra entre las muchas localidades españolas que no disponen de escombreras legalizadas. En torno a veinticinco vertederos de los residuos generados por el sector de la construcción rodean el casco urbano de la capital a la espera de que el Ayuntamiento de Albacete aplique medidas eficaces para poner coto a esta situación.

Una de las escombreras de mayor tamaño de cuantas se han detectado se encuentra a escasos metros de la carretera de Jaén, a unos 8 kilómetros de la capital, muy próxima a una urbanización conocida. Sobre una superficie de tales dimensiones que podría albergar varios campos de fútbol, las empresas de transcubetas de Albacete depositan diariamente toneladas y toneladas de material de deshecho procedente de la demolición de viejos edificios, de su rehabilitación o de la construcción de nuevos bloques de viviendas.

Restos de todo tipo de maquinaria, mobiliario fijo de cocina o de cuartos de baño, sanitarios, cubiertas, puertas, ventanas, revestimientos de piedra, barandillas, escayolas, tierra, vigas o pilares se depositan sobre decenas de montones en esta enorme parcela a la que se accede por un camino de tierra en cuyo inicio se pueden leer dos carteles que dicen Prohibido tirar escombro.

Pero al margen de estos materiales, más o menos contaminantes, en el entorno de las escombreras han nacido auténticos vertederos de todo tipo de basura, como sucede en este caso. Los malos olores, a pesar de que todavía las temperaturas no son elevadas, son una constante, lo que quiere decir que además hay insectos y roedores. Pero hay más.

En muchos casos, las cubetas transportan no sólo deshechos de obras, sino residuos sólidos urbanos corrientes, con lo que los perjuicios al subsuelo, por los lixiviados que generan, se producen igualmente, tal y como sucede con los basureros incontrolados. La concejalía de Medio Ambiente tiene conocimiento de la existencia de esta enorme escombrera, y de hecho, ha sancionado a las cuatro empresas que se desprenden allí de los materiales de deshecho que retiran de obras y demoliciones, según aseguró ayer el concejal de Medio Ambiente, José Eduardo Martínez Valero.

Nada legalizado

El edil señalaba al respecto a este diario que «conocemos el problema, pero lo que sucede es que hoy por hoy no existe en todo el término municipal una escombrera legalizada».

Desde el pasado mes de febrero, ocho técnicas en Medio Ambiente están estudiando palmo a palmo el extrarradio de la capital con el fin de realizar un diagnóstico real y objetivo sobre el problema de vertederos incontrolados y escombreras.

La idea del consistorio –para eso ha contratado a este equipo a través del convenio Inem-Corporaciones Locales– es la elaboración de una ordenanza municipal que obligue a las constructoras, a la hora de solicitar licencia de obra o de demolición, a tener asegurado un lugar en el que poder verter sus residuos legal y adecuadamente.

Esta normativa podría estar finalizada antes de final de año. Paralelamente, los técnicos de Medio Ambiente tienen el encargo de localizar un lugar en el que habilitar una escombrera, que podría ser gestionada directamente por el ayuntamiento, o bien, por una empresa privada mediante una adjudicación. De momento, la opción que más posibilidades tiene es la de una cantera situada muy cerca de la ciudad, pero de la que el concejal de Medio Ambiente no quiso dar más datos. Entonces, hoy por hoy, y mientras que esa escombrera municipal se pone en marcha, ¿dónde depositar los residuos de las obras que se están llevando a cabo en la ciudad? Martínez Valero afirma que su destino debería ser el vertedero municipal, «pero evidentemente, la superficie es limitada y no es la solución ideal».

Los ecologistas critican que el ayuntamiento no dé ningún tratamiento a los desechos de la construcción

Los responsables de Ecologistas en Acción están que trinan. El ayuntamiento, según afirman, todavía no les ha entregado una copia del Plan Local de Residuos. El portavoz de esta organización, José Manuel Pérez Pena, criticó ayer al equipo de gobierno «ya que vienen hablando desde hace tiempo de este proyecto y todavía no nos han informado».

Pérez Pena se refirió con especial dureza al problema de los escombros, «un asunto que ha pasado desapercibido para todas las corporaciones municipales, incluida ésta, mientras que las escombreras ilegales siguen creciendo y creciendo, generando un tremendo problema medioambiental».

«Estamos ante una evidente y clara falta de planificación –dijo el portavoz de los ecologistas–, ya que los políticos de turno creen que se trata de un problema exclusivamente estético, y detrás hay mucho más». Los movimientos ecologistas, apuntó, están apostando cada vez más por la reutilización y recuperación de los materiales de deshecho de la construcción. «Tienen numerosas utilidades –destacó–, pero lo que sucede es que estamos acostumbrados a que nada vale, a que todo tiene que ser nuevo, y con ello, nos cargamos el medio ambiente».

En este sentido, Pérez Pena se refirió a los áridos y semiáridos, «materiales que se extraen de zonas que podrían ser productivas desde el punto de vista agrícola, y en las que se dejan grandes huecos que luego se rellenan con escombros, causando un grave daño». «Está claro que el ayuntamiento se está olvidando de estos residuos no menos peligrosos, y consideramos que ha llegado la hora de que se tomen medidas», añadió.

José Manuel Pérez Pena también reconoció que en torno a las escombreras nacen vertederos incontrolados, «y éso son palabras mayores, ésto es un descontrol».

Varios centenares de obreros se dedicarán a retirar escombros en el extrarradio

La concejalía de Medio Ambiente va a dedicar este año varios centenares de obreros del Plan Social de Empleo a la limpieza del extrarradio del casco urbano. «Se trata de algo que hacemos todos los años, pero nunca es suficiente, existe una falta clara de concienciación por parte de los ciudadanos, que utilizan cualquier sitio para depositar sus residuos», indicó el concejal de Medio Ambiente, José Eduardo Martínez Valero.

En ciudades como Granada se viene abordando el problema desde hace tiempo, y recientemente se anunció el proyecto de una escombrera legal para tratar 400.000 toneladas de escombros que genera la construcción cada año en la zona.

Ecoparque en la Vereda de Jaén

El ayuntamiento tiene en proyecto la puesta en marcha de un ecoparque en la zona de la Vereda de Jaén un ecoparque, una instalación que necesitará una inversión de 380 millones de pesetas –la Unión Europea podría aportar el 80% de la financiación necesaria–, y hasta la que los ciudadanos podrán llevar desde muebles a electrodomésticos, pasando por ropa, medicamentos, aceites vegetales y de motor, pequeñas cantidades de escombros, restos de poda y jardinería, baterías, pilas, tóxicos domésticos, metales, papel, vidrio, envases y otro tipo de residuos. En conclusión, que en la actualidad no hay solución válida y legal para los escombros.

 
 
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