Ecologistas en Acción critica duramente las obras de la Ruta del Quijote
 
El proyecto ha derivado en una multitud de pistas rurales con numerosas afecciones ambientales
   
(Ecologistas en Acción de Castilla-La Mancha, Febrero de 2005)

Ecologistas en Acción de Castilla-La Mancha ha elaborado un informe sobre la Ruta de Don Quijote, proyecto de carácter pretendidamente ecoturístico puesto en práctica por la Junta de Comunidades de
 
Castilla-La Mancha con motivo de la celebración del IV Centenario de Don Quijote. El informe, prolijamente documentado con datos y fotografías, denuncia la desviación del proyecto de sus planteamientos iniciales y el desarrollo de una iniciativa que nada tiene que ver con la práctica de un turismo responsable y de respeto con el medio ambiente.

Según se ha informado reiteradamente la Ruta de Don Quijote fue planificada originalmente como un corredor verde no motorizado, apto para los usuarios a pie, en bicicleta o a caballo; y, en algunos sectores también para ciudadanos con limitaciones de movilidad o necesitados de silla de ruedas. Así, al menos, es como fue presentado el proyecto ‘Ruta de Don Quijote’ por el entonces Vicepresidente de Castilla-La Mancha y actual Presidente autonómico, D. José Mª Barreda, en el transcurso de la edición de la Feria Internacional de Turismo, FITUR en enero de 2004. Según aparece reflejado en los desplegables oficiales presentados, se trataría de instaurar, siempre aprovechando zonas de dominio público lineal existentes, tales como vías pecuarias, caminos o riberas fluviales, ‘el eje verde mas extenso, sostenible y ecoturístico de todas las regiones europeas’.
Vista de la Ruta de Don Quijote, cerca del "Apeadero de San Jorge". Al fondo, las afueras de Albacete.
El acceso desde la carretera, es totalmente libre.
Foto: Ecologistas en Acción
 
Con estos planteamientos quedaba patente ante los colectivos ecologistas y conservacionistas, y ante el público en general, que el proyecto trataba de recuperar y adecuar patrimonio público para un uso ordenado y compatible con el entorno histórico y natural y en el que quedaban excluidas, por innecesarias, intervenciones agresivas sobre el territorio, la naturaleza, el patrimonio público y, por descontado, con el paisaje de Don Quijote. Por desgracia, apenas unos meses después de aquella presentación oficial la realidad del proyecto ha resultado ser bien distinta de la publicitada.

En primer lugar, el recorrido originalmente planteado para 1.000 Kms ha sido ampliado a más de 2.500 Kms, sin otra lógica o criterio aparente que complacer sucesivas peticiones municipales dispersas, lo que ha generado sobre el territorio castellano-manchego todo un confuso entramado de rutas pseudo-quijotescas sin estructura ni sentido concreto. De entre las pretensiones atendidas en el rediseño de la Ruta la más inexplicable para Ecologistas en Acción es que el trazado pasara por el Reino de Don Quijote, un macroproyecto urbanístico fuente de numerosos conflictos relacionados con el medio ambiente y el agua en la provincia de Ciudad Real. Un mal ejemplo para vender la imagen de proyecto ecológico y responsable que se pretendía difundir de la Ruta.

En segundo lugar, amparándose en que sólo había un año de margen para ejecutar el proyecto, las obras han sido adjudicadas directamente a la empresa TRAGSA, desde la empresa regional pública GICAMAN (Gestión de Infraestructuras de Castilla-La Mancha), sin darse a conocer un proyecto técnico concreto y, lo que es peor, sin que se hubiera realizado una evaluación ambiental del mismo. Todo ello, además, con una consignación presupuesta muy importante, mas de 30.000.000 de euros, que además hoy ha sido ya revisada al alza en más de un 30%.
 
Vista de la Ruta de Don Quijote, en dirección a la ctra. de Jaén, cerca del "Apeadero de San Jorge". En las márgenes se ven los "árboles" plantados.
Foto: Ecologistas en Acción

Con todo, a juicio de Ecologistas en Acción lo más grave ha sido la manera de ejecutar las obras desde que la referida empresa TRAGSA empezó con los movimientos de maquinaria a primeros del mes de marzo de 2004. Como se puede comprobar fácilmente sobre el terreno, las obras se han venido realizando casi exclusivamente mediante el uso de maquinaria pesada (motoniveladoras, apisonadoras y camiones de gran tonelaje) y según métodos absolutamente inapropiados para un proyecto de obligada sensibilidad paisajística, medioambiental y cultural, como se supone que debiera ser el caso.

El resultado ha sido que en la mayor parte del trazado, la Ruta de Don Quijote se ha transformado en una enorme pista explanada sobre franjas continuas de 4 y más metros de anchura; una especie de ‘autopista rural’ de grave impacto paisajístico y medioambiental, que ya está generando un trasiego incontrolado de vehículos privados a motor por entornos naturales donde antes esto no ocurría. Muchos de estos tramos explanados, se han ejecutado, además, sobre vías pecuarias, en las que está prohibido por ley el tránsito de vehículos a motor, y caminos históricos, cuya fisonomía ha quedado desvirtuada.
 

Hay que destacar como especialmente grave que, además de los daños paisajísticos ocurridos, las obras afectan a 7 espacios de la Red Natura 2000, varias Reservas Naturales, 2 Parques Naturales y hasta 47 diversos Puntos de Interés Natural. En concreto, en Albacete afectan a las Lagunas de Ruidera, Zona Esteparia del Bonillo, o Laguna del Arquillo, entre otras. El patrimonio natural que se pretende aprovechar y dar a conocer es el primer damnificado por la actuación.

Los costes enormes que este tipo de tratamiento duro y medioambientalmente inaceptable están generando constituyen otro motivo de preocupación, ya que resulta muy difícil justificar muchas de estas actuaciones en tramos donde no resultaba necesario tratamiento alguno (salvo la simple colocación de los oportunos indicadores). Curiosamente, mientras el esfuerzo del proyecto se ha orientado a la obra por la obra, actuaciones medioambientales, como las forestaciones lineales, se han visto en buena parte recortadas.

Si no es suficiente con lo descrito hasta ahora, además, se han detectado una serie de movimientos especulativos en al menos 37 términos municipales castellano-manchegos de los 105 vinculados a los diversos trazados que componen la ‘Ruta de Don Quijote’. Tal vez sólo sea una casualidad, pero resulta significativa la relación entre ciertos proyectos urbanísticos y algunos trazados que sufrieron forzadas ampliaciones o variaciones.

Ecologistas en Acción entiende que la mejor forma de recuperar en lo posible el proyecto original es que se invierta en reforestación con especies autóctonas, que se desligue el proyecto de iniciativas urbanísticas poco claras y, lo que es más importante, que se restauren los impactos ambientales y contra el patrimonio producidos, especialmente los más graves, rehaciendo las pistas construidas en los senderos previstos. Para ello exigimos que se realice una auditoria ambiental y económica independiente y se pongan en práctica las recomendaciones derivadas de la misma y que la Junta desista de requerir avales de calidad ante instituciones internacionales para un proyecto que no las merece.
 
 
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