Suspendido un coto de Montealegre por el uso de veneno  
   
Medio Ambiente ha sancionado también a los responsables con una multa de 12.000 euros.
Se endurecerán los controles para evitar la utilización de estos métodos prohibidos
 
(La Verdad de Albacete, 21 de diciembre de 2003)

LA VERDAD/ALBACETE

La Consejería de Medio Ambiente ha suspendido la actividad cinegética por un período de un año y sancionado con 12.000 euros de multa, a un coto de caza menor situado en el término municipal de Montealegre del Castillo, por colocar veneno en los campos, una infracción grave tipificada en la Ley de Conservación de la Naturaleza de Castilla-La Mancha.

La suspensión acordada, según informó Medio Ambiente, es el resultado del trabajo conjunto del personal técnico de la Sección de Vida Silvestre del Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje y de los agentes medioambientales de los Servicios Provinciales de la Consejería de Medio Ambiente en Albacete, actuando en coordinación con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona).

Simulación de tres especies protegidas, eliminadas mediante lazos.
Foto: Ecologistas en Acción
 
Más vigilancia

La responsable de la Consejería, Rosario Arévalo, avanzó que su departamento, en coordinación con otras instituciones, intensificará la vigilancia de nuestros campos y montes con el objetivo de proteger la naturaleza contra acciones incívicas que afecten negativamente a la misma y, en especial, contra la colocación de venenos.

«No nos temblará la mano a la hora de poner en marcha todas las actuaciones de vigilancia y de carácter jurídico que consideremos pertinentes para evitar que unos desaprensivos cometan una práctica que atenta directamente contra nuestro tan bien preciado patrimonio natural», subrayó.

La Consejería de Medio Ambiente trabaja desde hace tiempo en la erradicación de esta práctica «execrable» que es la colocación de venenos en los campos, una acción totalmente prohibida por la legislación de caza y de conservación de la naturaleza.

Así, a través de la vigilancia de los cotos de caza, se persigue esta práctica ilegal, y cuando se detecta la presencia de veneno, siguiendo el Protocolo Antídoto, que es el Manual de Procedimiento para estos casos, se recogen las muestras del animal envenenado, se etiquetan y se trasladan al Laboratorio de Análisis Toxicológicos, donde se determina el tipo de veneno empleado.

La gestión irregular en muchos cotos de caza supone una grave agresión ambiental.
Foto: Ecologistas en Acción
Mientras, de manera paralela, los Servicios Jurídicos de la Consejería de Medio Ambiente, van iniciando el expediente sancionador. Arévalo considera que los venenos son colocados por «desaprensivos» con el objeto de eliminar del terreno a especies de predadores, y sus consecuencias son nefastas para la vida en el ecosistema, matando animales, en muchas ocasiones especies protegidas, a los que en principio no estaba destinado el veneno.

Según informa la Junta, a través de la cadena alimentaria, los venenos persistentes pueden transmitirse y causar la muerte indiscriminada de la fauna, de animales domésticos e, incluso, pueden llegar a afectar al hombre.

 
 
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