El verano pasado a nivel nacional ardieron un total de 100.105 hectáreas de masa forestal, de las cuales 3.403 se calcinaron en los 49 incendios contabilizados en nuestra provincia. Esta cifra, no obstante, contrasta, con la registrada en el 99; un ejercicio en el que en Albacete únicamente se calcinaron 123 hectáreas a pesar de que el número de incendios fue similar. Detrás de semejante aumento están, según informaciones facilitadas por la Guardia Civil de Albacete, los dos incendios que asolaron el municipio de Almansa y en los que se calcinaron 3.000 hectáreas. Del total de incendios forestales que se dieron el pasado año, el Servicio de Protección de la Naturalez, SEPRONA, esclareció a nivel nacional 473, cuatro de ellos en Albacete; una provincia en la que no hubo que lamentar la pérdida de vida humana alguna ni herida (a nivel nacional siete personas perdieron la vida en el 2000 y 45 resultaron heridas por diversas cuasas, la mayoría de ellas cuando colaboraban en las labores de extinción). En cuanto a las causas de los mismos, tanto a nivel nacional como provincial, la mayoría de ellos (se calcula que una tercera parte de los mismos) son ocasionados por el uso del fuego en quemas con finalidad agrícola o ganadera para eliminar matorral y la regeneración de pastos. Tras esta motivación, que es la causante no sólo del mayor número de fuegos sino también el de mayor superficie quemada), la segunda causa de incendios son los provocados por pirómanos. Por contra, las causas naturales como los rayos son las que menos incendios provocan. Asimismo, las motivaciones que popularmente han sido consideradas como las principales causantes de incendios intencionados, como puede ser la quema forestal para propiciar el abaratamiento de los precios de la madera, o la recalificación de terrenos, son las que menos se dan y las que menos superficie quemada producen (estas prácticas, no obstante, suelen darse por lo general en las zonas de litoral). Visto lo anterior, la Guardia Civil igualmente lanza una serie de recomendaciones empezando por el hecho de que ante la presencia de un incendio se llame inmediatamente a cualquier número de teléfono de emergencia como el 062 ó el 112, así como que se recabe toda la información suficiente para localizar el foco y se indique en el aviso el camino más adecuado para llegar, teniendo en cuenta además hacia dónde avanza el fuego. Finalmente, recuerda que si es requerido por las autoridades públicas para colaborar en la extinción del fuego, tiene el deber legal de hacerlo, y si así sucede nunca se debe actuar por libre sino más bien a las órdenes de los técnicos y del personal que dirige las actuaciones. Este balance en cifras y las correspondientes recomendaciones se hicieron públicas conicidiendo con la puesta en marcha desde principios de este mes de un plan especial para la prevención de incendios forestales de la Guardia Civil para el presente ejercicio y en coordinación con los diferentes órganos de la Administración Pública. Dicho plan persigue principalmente como objetivos básicos: reducir los efectos negativos de esta clase de siniestros en la época estival, así como la prevención coordinada, el establecimiento de medidas de seguridad y la investigación de los incendios foretales. En vigor hasta medidados de septiembre, para su cometido la Benemérita contará con los medios y los efectivos de las diferentes especialidades con las que cuenta y tendrán, entre otras misiones, contro de personas, vehículos e instalaciones cercanas a las masas forestales.