Montes mordidos  
   
Los ecologistas piden a la Junta que exija estudios de evaluación ambiental a las canteras anteriores a 1999, y denuncian el deterioro de parajes como Montpichel y El Cambrón  
(La Verdad de Albacete. 7 de Junio de 2.002)

JOSÉ FIDEL LÓPEZ/ALBACETE

«Cuando el Montpichel se encapota, o llueve mucho o no cae ni gota». El refranero popular de la comarca de Higueruela pone negro sobre blanco la importancia que esta elevación montañosa tiene para sus vecinos. Sin embargo, de seguir así, «y no es cuestión de ser exagerados», dentro de unos años puede que del Montpichel sólo quede el nombre. Así al menos opina el movimiento ecologista.

La explotación del Montpichel como planta arenera es para el portavoz de Ecologistas en Acción, José Manuel Pérez Pena, «verdaderamente monstruosa». «La extracción de áridos en este monte ha causado ya un impacto visual irrecuperable, se puede comprobar desde la misma Autovía, por no hablar del impacto ambiental», añadió Pérez Pena.

Lo mismo apuntaba de otras canteras, como la que funciona «desde hace años» junto a la Peña del Cambrón, uno de los lugares más bellos de la provincia y de toda la región, en el puerto del Bellotar. «Estamos hablando de auténtica erosión causada por el hombre, no por la climatología o cualquier otro fenómeno», comentaba el portavoz de los ecologistas, quien también se refería a otras graveras de la zona de Riópar.

Normativa

Pérez Pena recordaba que Castilla-La Mancha se dotó en 1999 de una Ley para establecer cuándo y porqué son precisos los estudios de impacto ambiental. La norma, la Ley 5/99, incluye entre las instalaciones que requieren de un estudio de estas características las canteras y minería a cielo abierto. «Ésto, que está muy bien, supone que a partir de ese momento, este tipo de explotaciones requieren de estos estudios, pero, ¿y las explotaciones que funcionaban con anterioridad a esta norma, qué pasa con ellas?», añadía.

En este sentido, para Pérez Pena, la solución pasa por la aplicación de la ley con carácter retroactivo, «con lo cual, lo que está sucediendo con el Montpichel, con el puerto del Bellotar y también en otras zonas de la provincia, como Riópar, no sucedería, muchas de estas canteras no pasarían ese estudio».

De cualquier manera, el portavoz de los ecologistas entiende que las administraciones «levantan un poco la mano» porque son la principal clientela de las canteras. «Las necesitan para las obras públicas, para sus carreteras, instalaciones ferroviarias... y de ahí que quizá no se esté actuando con el rigor necesario», señalaba.

Ecologistas en Acción, en el año 2000, y junto a otras organizaciones como Greenpeace y Amigos de la Tierra, solicitaba el control a la «excesiva proliferación de canteras de granito y caliza y de graveras en zonas sensibles medioambientalmente», y a la vez, pedía que se obligara a las empresas responsables a realizar restauraciones ambientales.

Infravalorado

«Quizá, haya gente que no valore en su justa medida lo que estamos diciendo, pero lo que es evidente es que este tipo de instalaciones suponen una grave agresión al medio ambiente, en algunos casos, ataques irrecuperables para accidentes geológicos y geográficos», subrayaba.

Sobre el futuro, el portavoz de los ecologistas no se mostraba excesivamente esperanzado. «Lo que viene no es halagüeño, desde luego, ahora, cuando se vaya a construir el AVE, Montpichel y otras graveras seguirán siendo las que suministren a las empresas adjudicatarias lo que necesiten, con lo que el deterioro irá en aumento», añadió.

Pérez Pena entiende que existen sistemas de extracción «menos agresivos» y zonas para canteras «en las que el impacto puede ser menor, pero por ahorrar dinero, no se preocupan de estas cuestiones».

En esta línea, el portavoz de los ecologistas se refería a los parques eólicos, «donde las canteras se abren casi sin control, y no existen medidas correctoras, pero ya sabemos lo que sucede con los parques eólicos en la región».

 
 
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