El Servicio de Energía y Medio Ambiente de la Diputación ha emitido un informe, que mañana firmará el presidente de la institución provincial, para su envío a la Dirección Genera de Calidad y Evaluación Ambiental del MIMAM, en el que pone de manifiesto el desastre ecológico que supondría llevar a cabo la construcción de la central, actuación que desestiman, por que se ubicaría «en un tramo de un río de cabecera (río Bogarra), con un alto grado de conservación, tanto en lo que se refiere a la calidad de sus aguas como en cuento al bosque de galería de su cauce y sin ninguna actuación que rompa la dinámica fluvial original».

Características de hábitat que han dado lugar a la presencia de especies piscícolas de alto valor para su explotación deportiva y a la presencia de invertebrados autóctonos catalogados como especies «vulnerables» en el Catálogo de Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha.

La zona, situada dentro de un área de global de «elevado valor ambiental» está propuesta por la Junta como Lugar de Interés Comunitario, con la denominación de Sierras de Alcaraz y de Segura y Cañones del Segura y Mundo para la futura Red Natura 2000. Además, en el área donde Proener quiere construir la central, «existen parejas de aves protegidas» que utilizan para nidificar los «cortados fluviales del río Bogarra y Mundo». Algunas de estas especies están catalogadas como singulares y en peligro de extinción.

En cuanto a la flora, protegida por la Ley regional de Conservación de la Naturaleza, que incluye las «galerías fluviales arbóreas o arbustivas» como las de la zona, se ha detectado las presencia de una especie vegetal situada dentro de la categoría «en peligro de extinción».

También se ha detectado la presencia de un mamífero carnívoro, que quienes conocen la zona aseguran que es la nutria, incluida entre las especies vulnerables en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas.

Frágil y vulnerable

El informe concluye destacando el alto valor paisajístico de la zona y su «fragilidad y vulnerabilidad» para absorber cualquier alteración a la que pueda ser sometida y recordando que es un lugar incluido dentro de la estrategia de desarrollo sostenible «basada en la explotación de los recursos naturales de forma racional », por lo que «cualquier actuación que pueda poner en riesgo la conservación de la zona introduciría elementos desestabilizadores», de ahí que desestimen llevar a cabo la obra que «tanto en su fase de construcción com de explotación» en un medio de elevada calidad natural y alta vulnerabilidad pondrían en peligro el conjunto del ecosistema.

La instalación de la minihidráulica requeriría, además de la construcción de un edificio de hormigón, aparcamientos y accesos, la supresión de una parte del caudal del río a lo largo de un tramo del mismo y su posterior restitución, para conseguir un salto bruto de del agua de 43 metros y la construcción de una derivación por la margen izquierda del río «aprovechando las buenas condiciones topográficas y el trazado en arco del río».

Mientras el caudal que se prevé derivar es de 2.200 litros por segundo, la empresa se compromete a mantener un caudal ecológico mínimo de 140 litros por segundo, equivalente al 10% de la aportación media anual.

Ecologistas en Acción, a través de su portavoz, José Manuel Pérez Pena, ha rechazado el proyecto, «presentado a través del Ministerio de Medio Ambiente para puentear a los organismos autonómicos y colar un proyecto cuyo impacto supera en mucho a su posible aprovechamiento».

Pérez Pena recordó que el proyecto no es nuevo, «se presentó ya hace 10 años al Ayuntamiento de Bogarra y fue rechazado» entonces por el consistorio.

«Este es un proyecto que no conocen ni los municipios afectados, que perjudicaría a una zona de un valor singular, de gente que viene de fuera buscando un dinero fácil sin tener en cuenta el impacto ambiental que supondría para un paraje virgen, ya que la construcción requeriría un tremendo movimiento de tierras que perjudicaría a un río como el Bogarra, de aguas puras porque no entra en contacto con las poblaciones, además la canalización del agua requeriría hacer una carretera que salvara los desniveles, destruyendo pinar y vegetación de gran valor».

El diputado de Medio Ambiente, Ramón Sotos, explicó sobre la petición de la empresa Proener que la Diputación de Albacete, que recibió la petición el pasado día 18 de enero, tiene una filosofía distinta, «basada en el desarrollo sostenible».

«Queremos aprovechar este tipo de parajes para el turismo sostenible y cualquier tipo de aprovechamiento hidroeléctrico como el que propone Proener, empresa que creemos pertenece o bien la Confederación Hidrográfica o bien a Iberdrola no va en ese sentido, pues estropearía la zona», añade Sotos.

Además, para el diputado de Medio Ambiente, hay que tener en cuenta que la obra se quiere hacer en una zona de gran riqueza paisajística, «declarada por la Junta de interés comunitario, de ahí que en nombre de la Diputación vayamos a proponer un informe desfavorable, a pesar de las posibles medidas correctoras que se puedan añadir al estudio de impacto ambiental, por el grave peligro que podría correr la zona, que perdería su valor si se hace la central».