El incremento de controles en el campo ha permitido que se reduzca la tala de pimpoyos o ramas para adornos de Navidad  
   
El tradicional pino ha sido sustituido por el abeto, abocado a una muerte segura por las condiciones climatológicas de la provincia  
(La Verdad de Albacete, 10 de enero de 2004)

ANA MARTÍNEZ/ALBACETE

Uno de los problemas que se plantean aquellos ciudadanos que para Navidad optan por colocar árboles naturales como adorno navideño es qué hacer con estos ejemplares una vez que todo acaba. Las opciones siguen siendo escasas y no garantizan la supervivencia del árbol, sobre todo si continúan creciendo la costumbre importada de utilizar abetos en los hogares.

El portavoz de Ecologistas en Acción en Albacete, José Manuel Pérez Pena, reconoció que en esta provincia, debido al incremento del controles, se ha detectado un significativo descenso de talas de pimpoyos o ramas que hagan las veces de árbol de Navidad: «Es evidente que cada vez se arranca menos, quizá porque hay un mayor control en este tipo de espacios por parte de guardias privados y públicos».

Sin embargo, esto ha derivado en que los consumidores «busquen el abeto perfecto y fotográfico, importado del Norte de Europa, que se consigue fácilmente en los viveros», aseguró Pérez Pena, que lamentó el retroceso que está experimentando la decoración tradicional mediterránea ante el empuje de iconos e imaginaría importada por la Europa del Norte.

La muerte del árbol

El portavoz de Ecologistas en Acción, que consideró que la costumbre de colocar abetos en Navidad no justifica la muerte de un árbol, indicó que muchos consumidores «compran el abeto pensando que cuando termine la Navidad podrán plantarlo en las parcelas, sin tener en cuenta que nuestro clima, con más de 20 ó 30 grados de atmósfera elevada, provoca la muerte del ejemplar». Pérez Pena llamó la atención de que, en un país tan erosionado y con graves riesgos de desertificación, existan viveros dedicados exclusivamente a la producción de árboles «de usar y tirar». En cualquier caso y si ya se ha optado por un árbol natural, Ecologistas en Acción recomienda su plantación en zonas ajardinadas o parques públicos, nunca en el medio natural, con el fin de no introducir especies no autóctonas. No obstante, «no hay que olvidar que el uso de estos árboles en zonas ajardinadas también tiene inconvenientes, ya que estas especies suelen necesitar abundante riego».

 
 
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