La decisión del ayuntamiento de encargar la redacción de un Plan de Movilidad Urbana para poner coto a los problemas de tráfico que afectan a la ciudad, y de paso, mejorar la calidad de vida de los albaceteños, llevará consigo una serie de cambios, no solamente en el transporte urbano o en el estacionamiento de automóviles, sino también en la configuración de las calles, especialmente del Centro.

El consistorio ya maneja un primer documento de trabajo, encargado a su momento a la consultora Epypsa, y que la oposición y los ecologistas ya conocen. Además, en los próximos días, ese avance de lo que puede ser el Plan de Movilidad será presentado a otros colectivos ciudadanos, como asociaciones de vecinos, de padres, de consumidores o comerciantes.

Propuestas polémicas

En este sentido, uno de los capítulos que mayor discusión generará, indudablemente, es el dedicado a la peatonalización, cuestión que la consultora contratada por el ayuntamiento aborda sin circunloquios ni introducciones absurdas, es decir, que va al grano. Epypsa propone la peatonalización del Centro, y la plantea en tres fases; la primera de ellas, la más inmediata, supondría limitar el paso al tráfico en las siguientes calles: Tesifonte Gallego, Marqués de Molins, Gaona, Rosario (entre Tinte y Martínez Villena) e Isaac Peral.

En una segunda fase se impediría la circulación rodada en Martínez Villena (entre Rosario y Marqués de Molins), callejón de las Portadas y también en Méndez Núñez.

En una tercera fase, se impediría el paso en las siguientes calles: Tinte (entre Rosario y Gaona), San Julián y Baños (de San Julián a Albarderos).

De acuerdo con el informe presentado por Epypsa al ayuntamiento, todas estas fases tendrían un impacto «muy positivo de reducción de tráfico» en las calles del Centro, «sin pérdida apreciable de accesibilidad en vehículo privado». En este sentido, la redistribución del tráfico en el resto de la ciudad no se vería afectada, «ni a nivel global, ni a nivel puntual» y «sólo serán necesarias mejoras puntuales de algunos cruces».

Además, esta consultora deja abierta la posibilidad de aplicar una peatonalización denominada de uso compartido o por el contrario, estricta. Así, en el caso de la peatonalización de uso compartido, los turismos y motos podrían acceder durante la noche por las calles cerradas y también a los garajes; los vehículos de transporte público, tanto taxis como autobuses, no tendrían restricciones para circular por las calles peatonales, y la carga y descarga tendría una limitación horaria; los servicios públicos, tanto de mantenimiento –como el camión de la basura– como de emergencias, no tendrían restricciones, y las bicicletas, tampoco, aunque sería preciso señalizar el carril por el que deberían circular. Ahora bien, las cosas cambian si el ayuntamiento apuesta por aplicar en el Centro una peatonalización estricta; en este caso, los vehículos y motos solamente podrían acceder a la zona afectada para entrar o salir de los garajes; los autobuses urbanos no podrían entrar, viéndose obligados a buscar recorridos alternativos, y los taxis, solamente durante unas horas. En cuanto a los servicios públicos de urgencias, éstos podrían entrar en las áreas peatonales sin restricciones, y los de mantenimiento, en determinadas horas; por último, las bicicletas podrían circular por algunas de las calles peatonalizadas, y siempre que quedara señalizado el carril reservado a este tipo de vehículos. De momento, son sólo propuestas, pero por aquí irá la futura peatonalización del Centro, sin duda.