Ecologistas en Acción denunció ayer, ante la proximidad de la inauguración del Campo de Golf Las Pinaillas en el paraje de Cuasiermas, la utilización de fertilizantes y plaguicidas muy tóxicos, como el lindano, para la conservación del césped en el terreno de juego.

El portavoz de la organización ecologista, José Julio del Olmo, explicó que la persistencia de este producto altamente tóxico es de uno a cinco años, «por lo que puede dañar gravemente el agua del acuífero y del propio río Júcar». «Además, por el elevado coste para realizar los análisis sobre este producto es muy difícil de detectar», aseguró, al tiempo que criticó la utilización de otros productos fitosanitarios organofosforados.

José Julio del Olmo recordó que su organización no está en contra del golf como deporte, «pero sí del lugar elegido para su construcción, en un paraje protegido en el Plan General de Ordenación Urbana por su valor paisajístico».

Junto a la contaminación, se han producido otros daños para su construcción como las tierras que se han removido, «cargándose una masa vegetal naturalizada como bosque mediterráneo y otras plantas que han quedado completamente desarraigados». Concretamente, se ha producido una erosión del suelo por los movimientos de tierra de 240.000 metros cúbicos de desmontes, 110.000 de terraplanados y 129.000 de material restante que rellena las distintas zonas para modelar el terreno de juego.

Del Olmo criticó también que los promotores aseguraran que el consumo de agua se iba a reducir un 50%, «cuando el propio proyecto reconoce que se situará entre el 11 y el 17%».

Además, desde la organización ecologista se criticó el modelo de agricultura y de ocio basado en el uso del agua, «cuando según la Agencia Europea de Medio Ambiente asegura que en menos de diez años las lluvias se reducirán en un 25%».

A pesar de su próxima inauguración, el portavoz ecologista recordó que existen dos demandas presentadas ante la sala de lo Contencioso- Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla- La Mancha contra la declaración de proyecto de Singular Interés para la región de este proyecto, «aunque el daño ya estará hecho».

Esta demanda se basa en que para este campono se ha realizado la evaluación de impacto ambiental a la que obliga la Ley desde mayo de 1999, «y ellos solicitaron la declaración de proyecto de singular interés a mediados de junio de ese mismo año».