IU volvió ayer a la carga en su guerra abierta contra el campo de golf construido a escasos metros de la ribera del Júcar. La aprobación por parte de la Consejería de Obras Públicas de la modificación del proyecto de singular interés de Las Pinaillas para regularizar una serie de obras construidas sin la pertinente autorización -asunto abordado ayer en Comisión de Urbanismo- fue objeto de duras críticas por parte del portavoz municipal de la coalición, Elías Rovira.

Según el edil izquierdista, «en este Ayuntamiento se ha decidido conceder una nueva licencia de obra impuesta por el consejero de Obras Públicas, Alejandro Gil, y aceptada por el concejal de Urbanismo, José Luis García Guerrero». Rovira recordó que el modificado del proyecto del campo de golf «tiene el visado de la Junta del 22 de abril de 2002, dos días antes de la visita de inauguración del campo del presidente de la Junta», José Bono.

De acuerdo con los cálculos de IU, la nueva licencia de obras afecta a 1.625 metros cuadrados, que se añaden a los 1.773 metros cuadrados de edificaciones que ya contaban con permiso, «en total, 3.398 metros cuadrados, por lo que no se trata de una simple póliza de 25 céntimos lo que le faltaba a la instalación para concederle la licencia, como dijo el presidente, sino casi el doble de metros cuadrados ya concedidos, y el presidente además lo sabía porque había sido visado por la Junta dos días antes». «A Bono se le va a inflamar la lengua de tantas pólizas que le faltan al campo», dijo el portavoz izquierdista, quien recordó unas afirmaciones del presidente regional poco antes de la presentación del proyecto de Las Pinaillas, «afirmando que no habría campos de golf en su tierra si el agua no estaba garantizada, y resulta que ya hay problemas en la zona de El Salobral».

Ampliación

La ampliación afecta a 892 metros cuadrados en la casa club, 318 metros cuadrados en el bar cafetería y vestuarios, una nueva nave de 400 metros cuadrados para almacenes, una caseta de control de acceso de 14 metros cuadrados y una marquesina de 36 metros cuadrados. Rovira insistió, basándose en los informes de los técnicos municipales, que esta instalación necesitaba como paso previo a su puesta en marcha de un estudio de impacto medioambiental, «pero no se ha hecho», añadiendo que «no sólo no se habían concedido hasta ahora las licencias de obra y actividad, sino que no se ha inspeccionado que no se esté realizando actividad alguna, a pesar de que es público y notorio que las instalaciones se están utilizando, también el servicio de cafetería y por supuesto del campo de golf, con la realización de numerosos torneos».

En esta línea, Rovira subrayó que no ha habido «ninguna actuación inspectora» de las concejalías de Urbanismo y Medio Ambiente, «por lo que entendemos que hay una vara de medir la legalidad para las obras promovidas por la Junta de Comunidades, y otras para el resto», recordando en este punto que en la Comisión de Urbanismo de ayer se estudió la demolición de las habitaciones de un hotel por carecer presuntamente de los oportunos permisos.

«No estamos en contra de los campos de golf, sino de éste en concreto, por el grave perjuicio que va a causar al entorno», añadió Rovira.