Un grupo de vecinos de una urbanización cercana a Albacete, llamada Cañada de Escartana, situada en la Carretera de Las Peñas, han denunciado que las radiaciones electromagnéticas de un transformador de Iberdrola, situado en una parada llamada Ventorro de Malanoche, han provocado la aparición de un alto número de enfermedades cancerígenas.

El matrimonio formado por Inés Ayala Sánchez y Atilano Martínez Parada, que lleva 11 años viviendo en la zona, son los vecinos de la urbanización que se han puesto en contacto con La Verdad, alarmados por los casos de enfermedad que se han detectado en los últimos meses y que ellos achacan a las emisiones electromagnéticas del transformador.

La urbanización está formada por una decena de casas, de las cuales siete de ellas están habitadas durante todo el año.

Lo llamativo es que desde septiembre del año pasado, entre los escasos residentes de la urbanización, diez vecinos en total, uno ha fallecido de cáncer de próstata, en octubre a una joven de 29 años se le detecta una leucemia, en enero de 2001 a la propia Inés Ayala le detectaron un cáncer de mama y la semana pasada a otra de las vecinas, de 50 años, le han descubierto otro cáncer de mama.

Inés Ayala suma un caso más: «La madre de unos vecinos que viven aquí toda la vida y tienen una huerta también ha muerto de cáncer».

«Hace tres años, a raíz de una información, empecé a sospechar que podía ser perjudicial, llamé a Iberdrola y no me hicieron caso», cuenta Ayala Sánchez, quien añade que en la citada compañía eléctrica «me dicen que soy una maniática y se ríen de mí por las veces que les he llamado».

«Nos estamos planteando denunciar porque Iberdrola no nos hace caso», apunta Ayala.

Eva Martínez, otra vecina, con tres años de residencia en la urbanización, también está alarmada por el número de casos de cáncer que han aparecido: «De momento soy la única que se libra y los que tiene el chalet más alejado, pero tengo dos hijos pequeños y quiero que nos solucionen el problema».

Un caso similar

Cabe recordar que recientemente la Audiencia Provincial de Murcia condenó a indemnizar con 600.000 pesetas a una familia que residía en un piso afectado por las radiaciones de un transformador de media tensión que se introducían de forma permanente en su vivienda.

En la sentencia se señala que aunque no está probado que las radiaciones electromagnéticas moderadas causen daño a la salud, tampoco está comprobado que sean totalmente inocuas, de ahí que además de la indemnización y en compensación por los daños morales producidos, obligara a la compañía eléctrica a adoptar las medidas pertinentes para evitar que las radiaciones, por pequeña que fuese su intensidad, invadan la vivienda o, de lo contrario, tendría que pagarles otra casa a la familia aceptada.