Ecologistas en Acción (EA) y el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) se han dado por aludidos y ambas organizaciones han aceptado la invitación que el pasado domingo hacía el ministro de Defensa, Federico Trillo, desde las páginas de La Verdad, para manifestarle personalmente los problemas y las preocupaciones que suscita el campo de tiro de Chinchilla entre los municipios del entorno.

El portavoz de EA, José Manuel Pérez Pena, recordó que desde 1997 la Plataforma por la Desmilitarización de la Sierra Procomunal de Chinchilla «no ha parado de evidenciar y manifestar el fuerte rechazo que ya existía y sigue existiendo en los pueblos y ayuntamientos que siguen sufriendo los efectos que se derivan de tener al lado uno de su casa uno de los campos de maniobras más importantes del operativo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de pedir su desmantelamiento».

Pérez Pena repasó las acciones de oposición al campo de tiro y citó como ejemplo las charlas (llevadas a cabo en Higueruela, Hoya Gonzalo, Casas de Juan Núñez, Chinchilla y Pozo Lorente), acampadas pacifistas, repoblaciones, conciertos, marcha de mujeres de la zona y exposiciones que se han realizado en los últimos cuatro años.

«Creemos que es más que suficiente para que el ministro de la guerra (Trillo) hubiera tenido conocimiento del estado de opinión que existe en la zona», dijo el portavoz de EA, quien no descartó el riesgo de que en Chinchilla se instale un campo de tiro para el Ejército del Aire, lo que provocó en su día una enorme alarma entre los habitantes poblaciones limítrofes con la actual zona de maniobras. Tanto el MOC como EA se mostraron alarmados por la posibilidad de que en el campo de maniobras de Chinchilla se hayan probado municiones con uranio empobrecido y afirmaron tener informaciones que confirmarían tal hecho, además de recordar las maniobra Strong Resolve que en 1998 fuerzas de la OTAN efectuaron en la sierra de Chinchilla, «la más importante que se hizo previa al conflicto de los Balcanes y donde participaron ejércitos de varias naciones europeas».

Pérez Pena denunció el «secretismo» que rodea a la maniobras y a la composición de los productos con los que se elabora al material explosivo, que ha privado a la población de «conocer las consecuencias que tiene para la salud humana y animal los restos procedentes de la munición utilizada».

«Poco democrático»

Por su parte Fernando González , portavoz del MOC, calificó a Trillo de «ministro poco democrático» por decir que desconoce la preocupación de los pueblos de la zona por el campo de maniobras, «algo que no puede ser verdad».

Las dos organizaciones se van a dirigir por escrito tanto a la Junta de Comunidades como al Ministerio de Defensa, instituciones a las que se les va a enviar un informe en el que se ha recopilado gran parte de la información publicada en los últimos años sobre el campo de Chinchilla y las diversas actividades y manifestaciones realizadas para su cierre y desmantelamiento.

Además, van a solicitar una entrevista personal con Federico Trillo, a la que de concederse acudirían representantes de los pueblos afectados, «para ofrecerle un conocimiento de primera mano de lo que nos inquieta a tantos ciudadanos y ciudadanas».

El MOC y EA invitaron ayer a la Junta de Comunidades de Castilla y, en concreto, a su presidente, José Bono, a que realice un estudio epidemiológico del campo de tiro de la Sierra de Chinchilla y analice el suelo, la vegetación, la fauna y el agua para conocer si hay presencia y en casó afirmativo de qué nivel, de elementos que puedan ser considerados peligrosos, así como de la existencia de posibles restos de uranio empobrecido procedente de la munición anticarro de la que disponen los ejércitos integrados en la OTAN y que han sido utilizados, de manera masiva, en el conflicto de los Balcanes, así como en las maniobras previas al inicio del conflicto Yugoslavo.

Los portavoces de las dos organizaciones antimilitaristas consideraron que la Junta de Comunidades debe de personarse como parte afectada, considerando el campo de tiro de Chinchilla como un espacio susceptible de riesgos, similar al que tienen instalaciones industriales como las centrales nucleares, químicas, etcétera.

De no hacerlo, y si en un futuro próximo se demostrara alguna relación entre el desarrollo de algunas patologías debido a las actividades desarrolladas en la Sierra Procomunal de Chinchilla, considerarían «responsable» a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, así como al Ministerio de Defensa.