La contaminación no ha mermado la calidad del aire en la ciudad de Albacete  
   
Los datos de la estación de la red regional de vigilancia indican que la salud de la atmósfera es «buena» en la capital  
(La Verdad Albacete. 19 de Febrero de 2.001)

A pesar de ser la ciudad de mayor actividad industrial, con más población y con más coches de la comunidad autónoma, la calidad del aire en Albacete es «buena». Así lo ha afirmado el concejal de Medio Ambiente, José Eduardo Martínez Valero, tras conocer el informe anual elaborado por la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire (RVCA) de Castilla-La Mancha. La red, dependiente de la consejería de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta de Comunidades, mide, a través de ocho estaciones ubicadas en diferentes puntos de la región, la calidad del aire, para lo que analiza contaminantes tales como el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre, el ozono, el monóxido de carbono y las denominadas partículas en suspensión. Pues bien, de acuerdo con los resultados del pasado año 2000, la salud del aire de la ciudad en lo que respecta a todos estos elementos oscila entre satisfactoria y excelente. El ayuntamiento dispone de esta información diariamente.

Desde agosto de 1999, la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Albacete dispone de una Estación de Control de la Calidad del Aire, un proyecto que se puso en marcha con el objetivo principal de poder detectar la existencia o no de contaminación atmosférica en la ciudad.

De esta manera, Albacete quedó incorporada a la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire (RVCA) que funciona en Castilla-La Mancha por iniciativa de la consejería de Agricultura y Medio Ambiente, entidad que solicitó al Ministerio de Medio Ambiente una subvención para que la comunidad se adaptara a la legislación europea y nacional en esta materia.

La red está compuesta, en estos momentos, por ocho estaciones, cuatro situadas en Puertollano (Ciudad Real), y las restantes ubicadas en Toledo, Guadalajara, Azuqueca de Henares (Guadalajara) y Albacete.

La RVCA nació con el objetivo de controlar en el ámbito urbano la calidad atmosférica del aire, y de esta manera, poder predecir la posible existencia de contaminación atmosférica. El desembolso que supuso la implantación de la red superó los 116 millones de pesetas, de los que para Albacete vinieron un total de 25 millones. La sede central de la RVCA se ubica en Toledo, concretamente, en la consejería de Agricultura y Medio Ambiente, y el Centro de Proceso de Datos está instalado en las dependencias del Servicio de Calidad Ambiental.

Barrio de la Universidad

En el caso de Albacete, la estación está instalada en la zona ajardinada ubicada en la avenida de España, en el barrio de la Universidad.

La estación –que registra parámetros tales como partículas en suspensión, partículas de plomo, óxido de azufre, óxido de nitrógeno, monóxido de carbono, ozono y niveles de ruido– recopila datos de la media analizada cada 15 minutos y envía al Centro de Control en Toledo todos los datos obtenidos dos veces al día, a las 15.00 y a las 00.00 horas.

Pues bien, de acuerdo con el informe-memoria del año 2000, la calidad del aire en la capital albaceteña es «buena». Según el concejal de Medio Ambiente, estos datos vienen a confirmar que a pesar de ser Albacete uno de los centros más importantes de la región desde el punto de vista industrial, «la calidad del aire que respiramos no se ha visto afectada, lo que, sin duda alguna, es una gran noticia». El ayuntamiento dispone de información diaria de la RVCA.

Cerco a los principales enemigos de la atmósfera
 
Los estudios de la Junta no detectan una presencia preocupante de contaminantes en Albacete

La Red de Vigilancia de Calidad del Aire (RVCA) de Castilla-La Mancha, dentro de la que está incluida la ciudad de Albacete, trata de medir la contaminación atmosférica. Pero, ¿qué se entiende por contaminación? Cuando algunas sustancias o compuestos se encuentran en el aire en concentraciones o niveles tales que pueden causar daños o molestias a personas, animales, vegetación o materiales se denominan contaminantes atmosféricos. En general, los contaminantes son liberados por una fuente, proceso conocido como emisión y en la atmósfera se desplazan, se transforman, se acumulan y se degradan. Otros contaminantes, denominados secundarios, se forman de la interacción química entre contaminantes o con compuestos habituales en la atmósfera, como vapor de agua o radiación solar. Los más conocidos son los ácidos sulfúrico y nítrico y, por supuesto, el ozono.

Los focos de emisión de contaminantes pueden ser naturales (volcanes, incendios, tormentas de arena, etc) u originados por actividades del hombre (antropogénicos) en los procesos industriales, tráfico o calefacciones. Estos últimos son los que se pueden dar en Albacete.

Entre los contaminantes más comunes se encuentra el dióxido de azufre (SO2), un gas incoloro y no inflamable que posee un olor fuerte e irritante para altas concentraciones. Puede provocar problemas respiratorios y afectar a los pulmones, y en el medioambiente causa determinados efectos sobre las plantas. En este sentido, la calidad del aire en la ciudad no deja de ser «excelente» –según la consejería de Agricultura y Medio Ambiente– a pesar de la existencia de este contaminante, al igual que sucede con el dióxido de nitrógeno (NO2), un gas fuertemente tóxico de color pardo rojizo. Se origina en un amplio numero de procesos industriales y por el empleo de cualquier clase de combustibles en todo tipo de motores. Puede provocar daños a los pulmones y al sistema respiratorio, y en el caso del medio ambiente, al ser un elemento de la lluvia ácida, puede dañar árboles y lagos.

Otro contaminante es el monóxido de carbono (CO), un gas inflamable, incoloro e insípido que puede originarse como consecuencia de la combustión de gasolina, gas natural, carbón o aceite, particularmente cuando la combustión es incompleta. Puede ser particularmente peligroso para personas con problemas de corazón o circulatorios, con los pulmones dañados o con problemas respiratorios. El nivel de CO en el aire de la ciudad es «excelente», por lo que no se considera peligroso.

Respecto al ozono (O3), es un importante contaminante que puede tener perjudiciales efectos sobre la salud, en especial, problemas de respiración, reduce la función pulmonar, asma, irritación de ojos, congestión de nariz, reduce la resistencia a resfriados y otras infecciones pudiendo acelerar el envejecimiento del tejido pulmonar. A nivel medioambiental, puede dañar plantas y árboles. Su presencia en la atmósfera es calificada por la Junta de «excelente», por lo que no es preocupante.

Y por último, las partículas en suspensión (PTS). Se originan en la combustión de madera, diesel y otros carburantes, plantas industriales, agricultura o calles sin asfaltar. Pueden provocar irritación de nariz y garganta, daño en los pulmones, bronquitis y agravamiento de enfermedades respiratorias. En cuanto al mediombiente, son la principal fuente de niebla que reduce la visibilidad. En este caso, su presencia en la atmósfera en Albacete es más preocupante, aunque los niveles detectados son «satisfactorios».

 
 
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