El concejal de Movilidad Urbana, Vicente Gómez Rosa, reconoció ayer que en los dos últimos años, y por diversos motivos, el número de usuarios del transporte público ha caido en picado, lo que ha suscitado una tremenda preocupación en el Ayuntamiento y en la empresa concesionaria, Nicolás López Jiménez. Y es que según las cifras oficiales difundidas en su momento por el Ayuntamiento, en 1998, los autobuses urbanos, herederos del histórico piojo verde– transportaron a cerca de tres millones de viajeros, en concreto, 2.672.000 personas, ni más ni menos.

En 1999, según indicó ayer Gómez Rosa, en los autobuses municipales viajaron no más de 1.400.000 personas, y este año se espera mejorar esa cifra y llegar al menos a 1.600.000 usuarios. Esto quiere decir que en dos años, el número de viajeros ha descendido en un millón de personas, como mínimo.

Pero, ¿cuáles son los motivos? El concejal de Movilidad Urbana indicó que el bajón tiene su origen en 1998, cuando arrancaron las obras del colector de la zona Centro. Ya en mayo de 1999, la empresa adjudicataria del servicio remitió un escrito al Ayuntamiento cifrando en un 15% la reducción del número de usuarios del transporte urbano, y achacaban este descenso a los continuos cortes de calles sin previo aviso por parte del Ayuntamiento para la ejecución de diversas obras «lo que impide –aseguraban– poner en marcha rutas alternativas para el correcto aviso al público usuario». El actual equipo de gobierno ha hecho una apuesta clara por el transporte público, propiciando la puesta en funcionamiento de una línea nueva –la número 7–, integrada por tres microbuses pensando especialmente en los más jóvenes, en especial, en los estudiantes del campus universitario.