La Comisión Europea ha solicitado información a las autoridades españolas sobre el trasvase Júcar-Vinalopó, en la Comunidad Valenciana, con el objetivo de comprobar los efectos medioambientales que tendrá este proyecto hidrológico. La Dirección General de Medio Ambiente ha iniciado esta investigación tras recibir varias quejas y en especial de la eurodiputada socialistas Maruja Sornosa.

Así, el Ejecutivo comunitario quiere comprobar el respeto a la Directiva 79/409 que se refiere a la conservación de los hábitats de aves salvajes. La comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallström, afirma además en una respuesta escrita al Parlamento Europeo que las peticiones de la Generalitat Valenciana dentro de la programación de los fondos estructurales no incluyen ninguna referencia a este proyecto. Sin embargo, «independientemente de este hecho, la Comisión tendrá en cuenta el respeto de la legislación comunitaria en materia de medioambiente en el análisis antes de su aprobación», asegura. Según el último informe de la Sociedad Española de Ornitología (SEO) las obras en cuestión afectarían a las poblaciones de aves de la zona, en especial, águila de Bonelli, águila real, gran duque y halcón peregrino. Señala que los trabajos, el polvo y la actividad humana alterarán el suelo y la flora, sobre todo en perjuicio del Parque Natural de la Albufera, alimentado por los recursos hídricos del Júcar. Asimismo, un informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar titulado Estudio Hidrogeológico y normas de explotación de los acuíferos del macizo de Caroig confirma la ausencia de excedentes de agua, argumento invocado para la realización del trasvase.