La nueva guerra del agua: El túnel Talave-Cenajo abre una brecha entre Murcia y Albacete  
(La Verdad de Albacete. 13 de Agosto de 2.001)

Dicen que el agua es la fuente de la vida. Sin embargo, hoy podría decirse que es fuente de continúas disputas. Los últimos enfrentamientos, generados en torno a un bien tan preciado como escaso, han venido de la mano de uno de los ‘proyectos-baluartes’ del Plan Hidrológico Nacional: el túnel Talave-Cenajo. Esta obra conectará ambos embalses a través de una canalización subterránea por la que discurrirán los caudales del Trasvase Tajo-Segura necesarios para el abastecimiento humano de más de 70 municipios de Murcia y Alicante.

Desde hace meses la persistente guerra del agua se batalla a tres bandas: Aragón, el Gobierno Central y el arco mediterráneo, desde Barcelona hasta Almería. Ahora, el fragor de esta lucha se agudiza con el de otra no menos enconada.

Si primeramente, la causa de las disputas fue el trasvase –contemplado en la Ley del Plan Hidrológico Nacional– de 1.050 hectómetros cúbicos anuales del río Ebro al Segura y Júcar, en la actualidad los enfrentamientos se circunscriben a otro de los baluartes del PHN: el túnel Talave-Cenajo.

El proyecto contempla una canalización subterránea entre el embalse del Talave y el Cenajo, el mayor de la cuenca con 437 hectómetros cúbicos de capacidad frente a los 35 del primero.

El túnel tomará un caudal de 60 metros cúbicos por segundo de las aguas que llegan al Talave del Trasvase Tajo-Segura, y lo llevará al Cenajo. Desde su presa partirá una tubería que conducirá el agua a las potabilizadoras de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla. Con ello, se pretende evitar que las aguas procedentes del Tajo se salinicen al circular por los cauces de los ríos Mundo y Segura (llenos de sulfatos, cloruros y magnesio) en el tramo que va del Talave al Azud de Ojós.

Según esto, una vez concluidas las obras, el tramo del Mundo, desde el Talave hasta su confluencia con el Segura – en el límite de las provincia de Albacete y Murcia–, y el del Segura desde este punto hasta Ojós sufrirán una pequeña merma de sus caudales por la detracción de 130 hectómetros cúbicos al año para el consumo humano de 70 municipios de Murcia y Alicante.

La polémica está servida. Para el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, la motivación es bien distinta. El objetivo –según aduce– es convertir al Cenajo en un almacén de caudales.

Los embalses que regulan las aguas del Trasvase Talave-Camarillas-La Pedrera permiten acumular 317 hectómetros cúbicos, esto es, la mitad del máximo trasvasable (600 hectómetros cúbicos al año). Bono sostiene que con la conexión esta capacidad se elevará a los 754, con lo que los regantes de Murcia y la Mancomunidad de Canales del Taibilla pedirán el volúmen máximo trasvasable «e incluso más».

Un proyecto de 6.000 millones de pesetas

Tras la preadjudicación de las obras a la constructora Dragados, ha comenzado la cuenta atrás para la mayor infraestructura hidráulica que prevé el Plan Hidrológico Nacional dentro de la Cuenca del Segura.

Se trata de una canalización subterránea de 7.692 metros de longitud que unirá el pequeño embalse del Talave (de 35 hectómetros cúbicos de capacidad) con el del Cenajo, el mayor de la cuenca (con 437 hectómetros cúbicos).

El presupuesto del proyecto asciende a 5.944 millones de pesetas y su financiación corresponderá en un 75% a la Unión Europea, a través de los Fondos de Cohesión, mientras que el 25% restante correrá a cargo de los usuarios del abastecimiento y de la Sociedad Estatal Aguas de la Cuenca del Segura.

Los objetivos del proyecto, cuyo plazo de ejecución es de 24 meses, son dos. El principal de ellos es evitar que los caudales procedentes del Trasvase Tajo-Segura (de gran calidad), que se dedican al consumo humano, discurran por los cauces salinos de los ríos Mundo y Segura en el tramo que va desde el Talave hasta el Azud de Ojós, desde donde se bombea a las potabilizadoras que tratan el agua destinada al consumo. Tal circunstancia explica que el agua potable de la Región de Murcia y de los municipios del sur de Alicante haya sido catalogada por la Organización de Consumidores y Usuarios como la de peor calidad de la Península .

El túnel, según el proyecto, captará un volumen de 130 hectómetros cúbicos al año del total de 600 procedentes del Trasvase Tajo-Segura, que actualmente se reciben en el embalse de Talave; desde ellí conducirá el agua hasta el embalse del Cenajo. Desde la presa de éste partirá una tubería que llevará el agua a las plantas potabilizadoras de la Mancomunidad de Canales del Taibilla.

El segundo de los objetivos del proyecto, cuyas obras está previsto que comiencen en el próximo mes de noviembre, es disminuir el riesgo de vertidos de las avenidas del río Mundo al Segura, cuyo cauce bajo tiene una capacidad limitada.

Trasfondo político

Las protestas suscitadas por la puesta en marcha del proyecto del túnel entre los embalses de Talave y Cenajo se han intensificado en las últimas semanas en las poblaciones del sur de Albacete y de la Vega Alta, tras la adjudicación de las obras. Sin embargo, no son nuevas.

La Plataforma en defensa de los Intereses de la Cuenca Alta del Segura se constituyó el 17 de octubre del pasado año, tras la aprobación de la lista de expropiaciones para la ejecución de las obras, al entender que el proyecto perjudica el desarrollo de los 17 municipios de esta zona.

A las reivindicaciones de este colectivo se han unido otras formaciones sociales y políticas.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Castilla-La Mancha (UPA) y Ecologistas en Acción de Albacete constituyen dos claros ejemplos. Ambos colectivos han anunciado que preparan nuevas movilizaciones para el próximo otoño.

Pero, sin duda, la más sonada de las protestas llegó de la mano de cinco concejales socialistas del Ayuntamiento de Hellín, dos miembros de la Ejecutiva Local del PSOE y el diputado en la Cámara de Castilla-La Mancha Diego García Caro. Todos ellos protagonizaron un encierro en el consistorio albaceteño que comenzó el pasado 2 de agosto, después de que la Sociedad Estatal Aguas del Segura S. A. adjudicara las obras a Dragados. La protesta finalizó cinco días más tarde a petición de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

La reivindicación logró numerosos adeptos entre asociaciones de vecinos, empresarios, alcaldes de otros municipios vecinos y, como era de esperar, de cargos regionales del PSOE. Desde el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José Bono, pasando por el director general del Agua, Enrique Calleja, y el consejero de Obras Públicas, Alejandro Gil.

Para el Partido Popular, sin embargo, detrás de esta actitud subyace un claro trasfondo de revancha política ya que Bono respaldó en su día el Plan Hidrológico Nacional, y «ahora se opone a unas obras incluidas en él».

 
 
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