Gil, manifestó que el Gobierno regional tiene su «mano tendida» al diálogo con el Ministerio de Medio Ambiente (MIMAM) para estudiar una alternativa a la obra del túnel Talave–Cenajo que fue adjudicada el pasado día 31 de julio por parte de la empresa estatal Aguas del Segura, añadiendo que, desde el Gobierno regional, se rechaza con «firmeza» esta infraestructura por considerarla un «atropello» para los intereses de las comarcas de los Campos de Hellín y la Sierra del Segura.

Gil, que acudió a Hellín para respaldar a los representantes del PSOE que mantienen un encierro desde el pasado jueves, explicó que desde el Gobierno de Castilla–La Mancha ya se han puesto en contacto con la Confederación Hidrográfica del Segura, cuyo presidente, Juan Cánovas, les comunicó que elevarían su petición de diálogo al secretario de Estado de Aguas, Pascual Fernández.

«Queremos el diálogo, pero no lo vamos a mendigar», añadió el consejero, advirtiendo, además, que el Gobierno regional no quiere «ni intermediarios, ni alcahuetes», refiriéndose al alcalde de Hellín, José María Barcina, quien a través de un comunicado de prensa mantenía que gracias a sus gestiones se habían iniciado conversaciones entre la Junta de Comunidades y el ministerio de Medio Ambiente.

Según Gil, el alcalde de Hellín «mintió» con el propósito de «desmovilizar» a los ciudadanos de Hellín, puesto que, según aseguró, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura comunicó a la Junta de Comunidades no haber mantenido ningún contacto con Barcina.

Asimismo, se refirió a las afirmaciones de Juan Jódar, gerente de Aguas del Segura S.A. en las que mantenía que las obras se iniciarán en noviembre a pesar de las medidas de protesta, calificando estas palabras como propias de una «dictadura bananera», y lamentando que algunos responsables de estas empresas públicas actúen como «caciques» creyendo que la Confederación Hidrográfica «es un cortijo a su servicio».

El acuerdo pasaría, en todo caso, porque este túnel no se construyese, según aclaró el consejero, afirmando que existen otras alternativas para garantizar el abastecimiento de Murcia y Alicante, que es lo que se persigue con esta obra, «pero no se puede vestir un santo para desvestir otro», añadió. En este sentido, recordó que la Junta, en la aprobación del Plan Hidrológico Nacional, emitió un voto particular en contra de esta obra, así como del recrecimiento del Camarillas y de la conexión del embalse de la Fuensanta con los Canales del Taibilla.

Según explicó, el rechazo del Gobierno regional a esta obra viene derivado de la pretensión del ministerio de construir un túnel con una capacidad diez veces superior a lo que sería necesario para abastecer a Murcia y Alicante.

Por ello, el Gobierno autonómico cree que detrás de esta obra hay «gato encerrado» y que se construye no sólo para abastecimiento, algo que la Junta considera prioritario, sino también para conducir el agua hacia los regadíos de Murcia y Alicante y para construir un salto hidroeléctrico que no beneficiaría en nada a Albacete. Así, Gil afirmó que las comarcas de Albacete serán solidarías con Murcia y Alicante, «pero no nos vamos a tragar este sapo».