Del cerdo se aprovecha todo y, por tanto, este animal, maldito para algunas religiones, es un negocio seguro y próspero que se encuentra en plena expansión en la provincia de Albacete. Además de las firmas de la tierra, numerosas empresas de Murcia y Valencia continúan asentándose en la provincia, debido a que en sus comunidades hay tal saturación de granjas que se ha limitado la concesión de los permisos para este tipo de negocio. Albacete cuenta con más de 145 granjas de porcino, que con 10.000 hembras reproductoras, comercializan más de 100.000 cerdos cada año.

En aumento

El número de granjas de porcino se ha duplicado en la provincia de Albacete en los últimos diez años, expansión que la Delegación Provincial de Agricultura describe como «la invasión de las empresas valencianas y murcianas».

El jefe del Servicio de Producción Agraria, José Luis del Río, confirmó a este diario que Albacete está acogiendo a las empresas fuertes de Murcia «porque en su tierra ni caben ni les dan más autorizaciones». En este punto, Del Río explicó que las más de 145 explotaciones se dedican a la reproducción y el engorde del porcino. Hay granjas de ciclo cerrado, donde se insemina a las cerdas y se engorda a los lechones, y empresas que se dedican únicamente a la cría. Finalmente, el animal se vende cuando alcanza los veinte kilos o cuando excede de los noventa. Con estos dos sistemas, la provincia comercializa 100.000 cerdos al año, que salen hacia Murcia, Valencia, Castellón y Barcelona. Cabe señalar que sólo el 8% de estos 100.000 animales se sacrifica en los mataderos albaceteños.

El mal de las vacas locas y la alta rentabilidad del cerdo han jugado a favor de las explotaciones de la provincia. Además, la fiebre aftosa, la patología más temida en estos animales, no aparece en Albacete desde hace más de 18 años y, al contrario que la encefalopatía espongiforme bovina, ésta no se transmite a los hombres. Sólo en 2001, España contaba con más de 36,2 millones de cabezas de porcino.