Un estudio demuestra que la producción ecológica de cereales es más rentable  
   
El informe ratifica la viabilidad de sistemas ecológicos de producción de cereales en secano semiárido sin residuos de agroquímicos  
(La Verdad de Albacete, 13 de febrero de 2004)

ALBACETE

El cultivo de cereales sin aplicar labores de fertilización ni de escarda, pero rotándolos alternativamente con veza y barbecho, y enterrando la paja tras la cosecha, aumenta la rentabilidad de la producción más del doble respecto al modo convencional de cultivo, caracterizado por la aplicación de abonos químicos y herbicidas. Además, la rentabilidad de este sistema ecológico de producción podría multiplicarse por cuatro en el caso de existir un mercado ecológico.

Campo cerealista en Albacete
Foto: Ecologistas en Acción
 
Así lo asegura Gabriel Pardo Sanclemente en un estudio comparativo de la fertilización y el desherbado en el cultivo ecológico de cereales en zonas semiáridas, defendida en la Universidad Pública de Navarra.

En concreto, en su tesis doctoral, ha estudiado la viabilidad de sistemas ecológicos de producción de cereales en secano semiárido, que depende de la obtención de cosechas de calidad, sin residuos de agroquímicos, por las que se pueda pagar un mayor precio, de modo que se aumente el margen bruto de beneficios de las explotaciones, además de conseguir una agricultura más respetuosa con el medio ambiente.

Experimentos

Se realizaron experimentos para comparar los métodos químicos de fertilización y escarda con un herbicida, frente al uso de compost como abono y la utilización de una grada de varillas flexibles para controlar malas hierbas, labores aceptadas por el Reglamento de Agricultura Ecológica. La tesis recoge los resultados de 26 ensayos realizados en diferentes zonas semiáridas españolas, en los que se ha rotado cebada con la utilización de la veza como abono verde, el cultivo de trigo y el barbecho. De este análisis, se desprende que los mayores beneficios económicos, se obtuvieron con el sistema ecológico -basado en la fertilización orgánica y escarda mecánica. Seguidamente, se sitúa el sistema de mínimos que, sin utilizar métodos de fertilización ni de escarda. Por último, la opción convencional produjo peores resultados en términos económicos.

Pardo Sanclemente propone la utilización del sistema de mínimos para el cultivo de cereales, puesto que con este sistema la producción no disminuye significativamente, mientras que los costes se reducen y, por lo tanto, aumentan los beneficios.

Sin fertilizantes

Los resultados de la tesis ponen de manifiesto que en los ensayos de trigo, las medias de producción de las parcelas fertilizadas y sin fertilizar resultaron prácticamente iguales.

En los ensayos de cebada, por su parte, las parcelas fertilizadas químicamente incrementaron en 400 kilogramos por hectárea la producción media sobre las fertilizadas orgánicamente. Una diferencia no significativa para el autor.

Se ha constatado que los altos niveles de materia orgánica y fósforo iniciales se han mantenido después de seis años de ensayos, incluso en las parcelas sin fertilizar, mientras que el potasio descendió ligeramente. Estos datos indican que la rotación llevada a cabo, junto con el enterrado de los restos de cosecha, ha sido suficiente para mantener los contenidos iniciales de nutrientes.

En cuanto a los métodos de escarda, tanto el uso de la grada como del herbicida fueron inadecuados para incrementar las cosechas en las condiciones de los ensayos. Así, la densidad de la flora arvense fue escasa, como norma general, en las parcelas de cereal tras el periodo de barbecho o veza enterrada.

 
 
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