La agricultura ecológica se abre paso en el campo albacetense  
   
La provincia ya produce vinos, quesos y aceites de calidad y libres de elementos químicos contaminantes  
(La Verdad de Albacete. 13 de Abril de 2.001)

Vinos, quesos, yogures y todo tipo de hortalizas biológicas están viviendo una época de bonanza. La agricultura ecológica está comenzando a dejar de ser la hermana pobre del campo español y castellanomanchego para pasar a convertirse en una alternativa posible a la que cada vez se acogen más agricultores y ganaderos que ven en esta forma cultivar y criar el ganado un seguro contra las crisis que en los últimos años están afectando a la industria agroalimentaria. Crisis agravadas un modelo productivo de tipo industrial que se ha trasladado a la agricultura y que ha dado origen a las vacas locas y hace algunos meses a los pollos locos.

La agricultura ecológica excluye el uso de abonos o plaguicidas de síntesis química. Las condiciones climáticas de Castilla-La Mancha posibilitan, de una forma natural, el desarrollo de los sistemas extensivos de producción, tanto en los sectores agrícolas como pecuarios.

Un ejemplo de este último serían las 150.000 ovejas de pura raza manchega incluidas dentro de Agrama y cuya producción, hasta ahora, se ha salvado de todo tipo de enfermedades, debido al riguroso contro de la alimentación que se ejerce sobre este sector ganadero y no sólo no han visto disminuir su consumo, sino que este ha aumentad, como reconoció esta semana el presidente de los criadores Antonio Martínez Flores quien dijo que la aftosa no les ha perjudicado y que ni siguiera había disminuido el consumo ni de carne ni de leche.

Pero no es sólo el ganado, aceites, vinos, vinagres, quesos, yogures, aceitunas, patés y postres que se elaboran de manera ecológica en Castilla-La Mancha donde actualmente hay reconocidos 34 operadores-comercializadores de productos ecológicos, de los que catorce se dedican a la comercialización de vinos, nueve a aceite de oliva, cuatro a productos de la huerta, dos a vinagres, dos a quesos y yogures, uno a carne y huevos, otro a cereales, otro a legumbres, otro a miel y otro a helados.

En la provincia de Albacete podemos encontrar empresas como la Cooperativa Nuestra Señora de la Cabeza de Casas Ibáñez que elabora vino ecológico, comercializadoras de aceite ecológico como la de Luis Cuadros Castaño, de Socovos, los vinagres de Goyval, de Madrigueras y el queso de Quesos Artesanos de Letur.

Sólo el 2% del país

A pesar del indudable interés que los productos ecológicos y la creciente demanda de alimentos sanos y de calidad que se está despertando entre los consumidores y productores, Castilla-La Mancha sólo cultiva 7.600 hectáreas de productos agrícolas ecológicos, sobre un total de 380.000 existentes en todo el territorio nacional (cifra que se ha triplicado en los últimos cinco años), lo que supone, algo menos del 2% de la superficie general. España se sitúa en el tercer país europeo en producción ecológica, después de Italia y Alemania. Si hemos de buscar culpables de esta situación, la Administración regional sería uno de ellos, dado que la última Orden 15/12/98 publicada por la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, que fue derogada a finales del año 99, estableció una línea de ayuda para el fomento de la agricultura ecológica que, aunque incluía mecanismos de enganche para agricultores que iniciaron su actividad ecológica en los años 1997 a 1999, no resultó suficiente para iniciar el despegue del potencial ecológico de la agricultura y ganadería de Castilla-La Mancha.

Al igual que en el resto de países de la Unión Europea, la agricultura ecológica se encuentra actualmente regulada por el Reglamento CEE 2092/91, sobre la producción agrícola ecológica y su indicación en los productos agrarios y alimenticios en el cual se establece esta forma de hacer agricultura en su producción, elaboración, control, etiquetado e importación. La primera comunidad autónoma en producción agrícola ecológica es Extremadura, mientras que Castilla-La Mancha se encuentra al mismo nivel que Cataluña, Murcia o Navarra.

Dentro de la región, las provincias que más empeño han puesto en este tipo de agricultura son Ciudad Real y Albacete por este orden. Y es que si hasta ahora el agricultor tradicional buscaba la rentabilidad y la venta del producto, por encima de la calidad, hoy esa tendencia está cambiando, pero muy lentamente, porque la agricultura ecológica es más cara, lo que evidentemente repercute, sobre el precio final del producto.

Las materias primas escogidas por los agricultores para este tipo de ecología son el olivar, cereal y la viña, aunque también son conocidos ya por los consumidores los productos lácteos, quesos y yogures principalmente, que ya se pueden encontrar en los estantes de las grandes superficies, aunque a un precio superior al de cualquier marca del mercado.

Además de alimentos de calidad, otro de los aspectos que deberían impulsar el desarrollo de este tipo de producción agraria es la mejora de la naturaleza que produce su implantación, debido a la fertilización natural del suelo que emplea y a la sanidad vegetal de sus productos, que no usan fitosanitarios.

 

Agricultores de Lezuza, Tiriez y La Yunquera reciben información sobre las posibilidades de la producción más natural

 

El salón de actos del Instituto Técnico Agrícola Provincial (ITAP) acogió esta semana un encuentro informativo sobre la agricultura ecológica dirigido a cincuenta agricultores de Lezuza, Tiriez y La Yunquera.

El encuentro, organizado por la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y el ITAP estuvo dirigido a analizar el proceso que debe realizar un agricultor que desee adaptar su explotación agropecuaria al modelo de producción ecológica, incluyendo aspectos como la distribución y la comercialización.

En la presentación, el presentación de la sesión, Ramón Sotos, presidente del ITAP, explicó que la situación actual y las perspectivas futuras de los modelos de la agricultura ecológica e integral, ofrecen al agricultor de la provincia de Albacete y especialmente a los titulares de pequeñas y medianas explotaciones, la oportunidad de poder competir en los mercados con productos de mayor calidad y rentabilidad como son los ecológicos, lo cual contribuye a potenciar la renta y a mejorar el nivel de vida de quienes, en el medio rural, dedican su vida a la agricultura. El ITAP se ofreció a organizar un curso sobre agricultura ecológica dirigido a los agricultores de las poblaciones presentes y a brindarles todo tipo de asesoramiento a aquellos que opten transformar sus explotaciones y sus producciones asumiendo los modelos de producción ecológica.

Los productos que actualmente se producen en la zona como oliva y ajo, se pueden producir ecológicamente, lo que aumentaría su aceptación en un mercado con unas perspectivas de demanda sostenida y creciente dentro de la Unión Europea, cuyos consumidores cada vez más demandan productos libres e contaminación, aunque su valor en el mercado sea superior a los productos agrícolas producidos convencionalmente.

 
 
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