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VENGANZA INFINITA
Las víctimas civiles de la invasión de Afganistán superan ya las del atentado del 11S
Afganistán: inocentes y todo, pero muertos
David Brooks/La Jornada

Todos los días, funcionarios y medios estadunidenses informan de los detalles de misiones militares, maniobras, despliegues de tropas, acciones de fuerzas de operaciones especiales y números de todo tipo relacionados con la guerra que se realiza en Afganistán contra las fuerzas de Osama Bin Laden y el derrocado régimen talibán. Se habla de todo, menos del número de bajas civiles.

Según un cálculo independiente, éstas ya sobrepasaron el número de muertos en los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.

Sólo el pasado 30 de diciembre se reportó el fallecimiento de más de cien civiles en un ataque aéreo estadunidense cerca de Gardez, en Afganistán, según informaron testigos a la agencia británica Reuters.

En tres meses de acciones bélicas contra las fuerzas de Bin Laden y el líder talibán, mullah Omar, se han ofrecido hasta mapas de un objetivo antes y después de un ataque, cuadros de campos militares y cuevas destruidas, de pueblos desolados por años de guerra ahora liberados, y de prisioneros, así como algunas imágenes de cadáveres casi siempre señalados como de integrantes de "fuerzas enemigas".

Pero después de tres meses de bombardeos nadie ofrece cálculos de las bajas civiles, ni los funcionarios ni la mayoría de los medios estadunidenses.

En las conferencias de prensa a veces hay preguntas sobre las versiones de muertes de civiles en alguna acción estadunidense, pero los altos funcionarios casi siempre las descartan. A veces no hay un solo cuestionamiento sobre el asunto.

En la conferencia de prensa del martes pasado en el Pentágono nadie preguntó acerca de bajas civiles, pese a repetidos cuestionamientos sobre dos misiones de bombardeo estadunidense en Afganistán la semana pasada, a consecuencia del cual incluso se piensa que el jefe de inteligencia del régimen talibán perdió la vida.

El 28 de diciembre, la última vez que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, respondió a dudas sobre acusaciones de bajas civiles en una rueda de prensa, sostuvo que "el talibán y Al Qaeda, incluyendo a Osama Bin Laden, se han presentado día tras día desde el 7 de octubre para ofrecer mentiras sobre lo ocurrido."

-¿Es posible que en algún momento un civil fuera muerto? -se le preguntó.

-Sí -respondió-. Anunciamos aquí que un civil fue muerto por un accidente desafortunado, y que lamentamos cualquier pérdida de vida inocente. Pero esa persona no fue muerta por nosotros; esa persona murió cuando Al Qaeda y Bin Laden atacaron a Estados Unidos y mataron a miles de personas, y nos obligaron a entrar en aquel país y sacar a esos terroristas antes de que mataran a miles más.

En esa misma reunión con los medios el presidente de la junta de jefes militares de Estados Unidos, general Richard Myers, fue cuestionado sobre una ataque aéreo donde podían haber muerto más de 40 civiles. Respondió que inteligencia indicaba que era un campamento habitado por líderes del talibán. "No he escuchado, no sé cuál es la fuente para el número de bajas civiles, no hemos escuchado eso", comentó. El reportero insistió, y el militar reiteró: "creemos que la mayoría de la gente que estaba ahí adentro serían líderes talibanes. Decir que no había civiles ahí... podría haberlos. Recordaré lo dicho por el secretario: esta es una guerra contra el terrorismo y, por desgracia, probablemente habrá algunos de esos incidentes", manifestó.

Sin embargo, la prensa británica había citado cálculos de aproximadamente mil 500 bajas civiles afganas después de tres meses de guerra a mediados de diciembre, y un académico estadunidense, con base en cálculos de prensa de la región y la europea, calculó a principios de diciembre que más de 3 mil 500 civiles afganos han muerto por los bombardeos estadunidenses, es decir, más que el total de víctimas de los atentados del 11 de septiembre, cuando se estima que aproximadamente 3 mil 100 personas perecieron en el World Trade Center y en el Pentágono.

Según Marc Herold, profesor de economía de la Universidad de New Hampshire, su cálculo de 3 mil 767 civiles afganos muertos es resultado de agregar los números de incidentes reportados por diferentes medios electrónicos, agencias de noticias y periódicos importantes de Estados Unidos, Gran Bretaña, India, Pakistán, incluyendo la BBC, The Independent, Dawn, Afp, Reuters, la edición india de The Times, entre otros, en hechos que ocurrieron entre el 7 de octubre (cuando se iniciaron los bombardeos) y el 7 de diciembre.

El promedio es de 62 civiles diarios. Esta tendencia se extiende hasta el primero de enero y la cifra actual sería de 5 mil 317.

No cabe duda, como lo reconoce el propio Herold, de que hacer tal compilación de datos no puede dar un resultado exacto. Además, es difícil evaluar si algunos casos son contados dos veces o que un informe periodístico puede ser contradicho por otro, y que en muchos casos la información proviene de testigos que no necesariamente logran ofrecer un conteo científico.

Pero Herold señaló que intentó utilizar varias fuentes para documentar cada incidente y enfatizó que se preocupó ya que pudo confirmar muchos de éstos en la prensa extranjera, pero poco en los medios de comunicación estadunidenses.

"La gente -dijo- tiene que saber que hay un costo humano en la guerra, y que ésta es con miles de bajas. Esta era gente pobre y, además, no tenía absolutamente nada que ver con los hechos del 11 de septiembre".

El analista militar William Hartung, director del Arms Trade Resource Center del World Policy Institute de Nueva York, señaló que "el Pentágono, en su sabiduría, ha optado para ocultar dos hechos esenciales al pueblo estadunidense. El apoyo para la guerra, el cual sigue en alrededor de 80 por ciento (en las encuestas), depende de la supresión continua de estos hechos".

Hartung agregó que información como la de Herold, la de medios europeos y de la región del conflicto sobre bajas entre la población civil afgana, junto con versiones borrosas sobre las bajas entre las propias tropas estadunidenses, es parte de la política de Washington.

Indicó que se han ocultado "imágenes de esos civiles afganos que han terminado como 'daño colateral' de la guerra contra el terrorismo. No han sido otorgados nombres, mucho menos números".

Hartung añadió que "estos números son de gran importancia, especialmente cuando se nos dice que la superioridad tecnológica estadunidense puede realizar guerras antisépticas. Los medios estadunidenses han capitulado casi completamente a las demandas del Pentágono de que cualquier mención de las muertes civiles afganas sean contextualizadas".

Casi en cada ocasión en que se les pregunta a los oficiales estadunidenses sobre versiones locales de un ataque, rechazan su veracidad y dicen que no cuentan con esa información, no tienen "confirmación independiente" (argumento frecuentemente utilizado por los medios locales al reportar sobre versiones de bajas civiles) o que "se está investigando el incidente".

De hecho, recientemente el vocero del Pentágono, el almirante John Stufflebeam, comentó que el último ataque contra objetivos del régimen talibán se realizó el 28 de diciembre -el viernes pasado-, y ni él ni los reporteros que cubren el Pentágono mencionaron el reporte de Reuters del lunes, que informa sobre la muerte de cien civiles el domingo 30 de diciembre.

De hecho, la conferencia de prensa se inició con la advertencia oficial de que "no vamos a abundar sobre detalles operativos", según dijo la vocera asistente Victoria Clarke, quien subrayó que en medio de un conflicto no se ofrece información que podría poner en riesgo a las fuerzas estadunidenses o a sus aliados, por tanto "no se divulgan" detalles sobre operaciones.

Tal vez el número de las bajas civiles es información privilegiada.

CIBERDERECHOS
La resurrección del vigía de Occidente
El sistema de libertades instaurado en las democracias parlamentarias con la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, se encuentra en su más grave crisis desde la Segunda Guerra Mundial. Los hechos del 11 de septiembre y sus consecuencias posteriores, están conduciendo al conglomerado económico y político que venimos denominando Occidente, a una ofensiva que no sólo se dirige contra organizaciones y Estados sospechosos de terrorismo, sino contra la esencia misma del sistema democrático...

Prácticas de sistemas totalitarios, derrotados en 1945, resucitan en los últimos meses. Mientras en Estados Unidos se practican detenciones sin supervisión judicial y juristas liberales defienden la necesidad de la tortura, en España se investiga a los activistas antiglobalización a través de Internet, al tiempo que insignes catedráticos sostienen sin el menor sonrojo que espiar a los trabajadores es un derecho intrínseco del patrono.

Si entre los planes de los fanáticos que destruyeron las Torres Gemelas se encontraba socavar los cimientos de la civilización occidental, debemos concluir que en cierta manera, y desgraciadamente, los terroristas consiguieron su objetivo. Porque desde 1948, hablar de civilización occidental ha sido hablar de Derechos Humanos. En los años oscuros de la Guerra Fría, la propia palabra Occidente se utilizaba como sinónimo de libertad. Los regímenes democráticos se vanagloriaban de sus Constituciones, garantías de los derechos individuales, mientras el Gran Hermano de la novela 1984 era encarnado por los regímenes totalitarios de inspiración marxista.

La caída del muro de Berlín acabó con la farsa. Dando la razón a aquellos que sostienen que el sistema capitalista no necesita la democracia, a lo largo de los años 90 hemos asistido a la crisis del Estado de bienestar y del sistema de libertades alumbrado tras la Segunda Guerra Mundial. Los hechos del 11 de septiembre han sido la excusa perfecta para desarrollar hasta el límite sistemas de control social, en manos de países teóricamente democráticos, que hubiesen sonrojado a los dictadores de entreguerras.

El Parlamento Europeo ha reconocido la existencia de la red de espionaje Echelon, un sistema de intervención de comunicaciones al servicio de los intereses económicos y políticos de los países del ámbito anglosajón. Las medidas legislativas impulsadas por la administración Bush no hacen sino enmascarar una práctica que ya era habitual antes del 11 de septiembre, y frente a la que el propio Parlamento Europeo recomendaba la utilización sistemática de sistemas de cifrado y programas de código abierto.

Internet fue desde los primeros días blanco de las críticas de los enemigos de las libertades. La libertad de expresión y el relativo anonimato que permitía la Red de redes ha preocupado siempre a los titulares del poder: del poder político, del poder económico y del poder mediático. Un poder mediático, por cierto, que ha visto siempre en la información gratuita que ofrece Internet un obstáculo al control social que se ejerce desde los medios de comunicación lucrativos. Qué mejor ocasión que la caza y captura del proscrito Bin Laden para lanzar la gran ofensiva contra los ciberderechos.

En la guerra contra las libertades, el primer objetivo es Internet, porque garantiza a todos los ciudadanos, a un coste reducido, el libre ejercicio de los derechos a la libertad de expresión, a la intimidad, y a la asociación y reunión pacíficas. El siguiente objetivo somos todos nosotros: los ciudadanos a los que inmensas bases de datos pueden convertir en simples consumidores sin derechos.

En un mundo digitalizado y globalizado, el derecho a la intimidad debe ponerse al mismo nivel que la libertad y la vida, y ello porque la intimidad es el último reducto del ser humano frente al sistema. Cuando por vía legislativa o económica, se condiciona el derecho a la libertad de prensa y el derecho de reunión y asociación, sólo queda Internet para conspirar frente al poder. Pero en una Internet sin intimidad no hay conspiración posible. Si queremos evitar el futuro Mundo Feliz que están construyendo los medios de comunicación al servicio de las grandes corporaciones multinacionales, la última posibilidad de resistencia reside en la defensa a ultranza del derecho a la intimidad y a la inviolabilidad de las comunicaciones. En la batalla final que se avecina contra los Derechos Humanos, serán nuestras últimas barricadas.

Carlos Sánchez Almeida, abogado
www.bufetalmeida.com / www.kriptopolis.com

LAS GUERRAS QUE NOS VIENEN
El Pentágono amenaza con atacar Somalia
Somalia encabeza los objetivos bélicos inmediatos de Estados Unidos. El jefe de Estado Mayor del Pentágono, general Richard Myers, dijo ayer que Somalia era 'uno de los países' donde podía desarrollarse 'una acción militar' tras la operación en Afganistán, después de que una comisión del Ejército de EE UU visitara el fragmentado país africano para hablar con varios dirigentes feudales sobre la posibilidad de lanzar operaciones conjuntas contra al-Itihad al-Islamiya, la organización local que, según Washington, forma parte de Al Qaeda. En Yemen, mientras, el Ejército proseguía la búsqueda de presuntos miembros de la organización de Osama Bin Laden. Washington felicitó ayer al presidente yemení, Ali Abudá Saleh, por su acción contra Al Qaeda.

La amenaza sobre Somalia se concretó el martes en Bruselas, durante una reunión del secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, con los ministros de Defensa de la OTAN. Rumsfeld se limitó a declarar a la prensa que

Yemen y Sudán albergaban grupos de Al Qaeda y que Somalia había acogido a líderes de la organización en el pasado. Añadió que Washington no necesitaría autorizaciones adicionales del Consejo de Seguridad de la ONU para lanzar ataques fuera de Afganistán, porque invocaría el derecho a defenderse.

El ministro alemán, Rudolph Scharping, fue mucho más concreto respecto a Somalia y situó a dicho país en cabeza de la lista de futuros escenarios de la campaña antiterrorista. 'Con Somalia, no es cuestión de si, sino de cómo y cuándo', afirmó un portavoz diplomático alemán citado por la agencia Reuters. 'Cualquiera que descartara a Somalia sería tonto', añadió.

El jefe de Estado Mayor, Richard Myers, explicó por su parte que las acciones a emprender en Somalia podían ser militares, pero también 'diplomáticas o policiales'. Los movimientos diplomáticos comenzaron a principios de mes, con la visita de una delegación militar estadounidense interesada en conocer la disponibilidad de los dirigentes feudales para lanzar una operación contra al-Itihad al-Islamiya, supuesta rama local de Al Qaeda. La visita fue dada a conocer por el llamado Gobierno Nacional de Transición, dirigido por el presidente Abdikassim Salad Hassan, que controla la capital, Mogadiscio.
Sequía y destrucción

El presidente Hassan declaró que al-Itihad no tenía relación con Bin Laden y que, en cualquier caso, sus dirigentes habían huido ya a Arabia Saudí, Siria y los Emiratos Árabes Unidos. Abdurahman Ibrahim, uno de los miembros del Gobierno de transición, declaró al diario USA Today que Washington cometería un error si atacara objetivos somalíes. 'Cada uno de los misiles de crucero Tomahawk que nos dispararán desde sus buques', dijo Ibrahim, 'cuesta un millón de dólares. ¿Por qué destruir un país ya totalmente destruido cuando ese dinero podría emplearse mejor en la reconstrucción?'.

Expertos de la ONU anunciaron la semana pasada que Somalia sufría una grave sequía y que unas 300.000 personas se enfrentaban a la hambruna en el sur del país. La ayuda internacional no puede acceder, sin embargo, a las zonas más necesitadas por la violencia de las milicias locales. Los enviados de varias ONG fueron secuestrados en marzo durante una semana por la milicia de uno de los dirigentes feudales, y sus escoltas locales fueron asesinados.

Mientras Somalia se preparaba para una posible intervención estadounidense, Yemen trataba de evitarla lanzando su propia campaña contra Al Qaeda. El Ejército yemení prosiguió ayer la operación iniciada el miércoles para detener a tres supuestos dirigentes de la organización de Bin Laden refugiados en su territorio. Los presuntos terroristas consiguieron escapar, pero 13 soldados y cuatro guerreros tribales murieron en los combates entre el Ejército y el clan Al Jalal, que protegía a los fugitivos en la zona de Al Husun, a unos 140 kilómetros de la capital, Saná. Otros 18 soldados y siete guerrilleros sufrieron heridas graves.

El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, felicitó desde Washington al presidente yemení, Ali Abudá Saleh, por su acción contra Al Qaeda. 'Está claro que Saleh se ha comprometido en la lucha antiterrorista', dijo Boucher. El diario de Yemen Ath-Thawra, considerado próximo al Gobierno, dijo ayer en un editorial que la operación militar estaba motivada por 'la defensa de los intereses nacionales'. 'Es bien sabido que si Yemen fracasa en la lucha contra las fuentes del terror con sus propios medios, se verá expuesto a intervenciones externas que podrían ser más peligrosas y destructivas', comentó el periódico.

www.elpais.es

NACIONES UNIDAS
EEUU sigue apoyando el terrorismo de estado israelí a pesar de la opinión aplastante de la Asamblea
EEUU veta una resolución de la ONU que pide el cese de la violencia en Oriente Próximo

Por sexta vez en 11 años, EEUU ha anulado la voluntad de la comunidad internacional en el conflicto entre palestinos e israelíes, al vetar una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en la que se pide el cese de la violencia y la presencia de observadores internacionales.

La resolución fue aprobada por 12 votos a favor, uno en contra -el de EEUU- y dos abstenciones -Gran Bretaña y Noruega-.

"Vemos con gran satisfacción la abstención del Reino Unido y Noruega y el veto ejercido por EEUU, ya que el único objetivo de la resolución era el aislamiento político de Israel", explicó Emnauel Najshón, portavoz del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores.

La resolución "exige el inmediato cese de todos los actos de violencia, provocación y destrucción, así como la vuelta a las posiciones anteriores a septiembre del 2000", cuando comenzó la segunda intifada palestina, que ha causado la murte de al menos 776 palestinos y 223 israelíes

El documento enfatiza la importancia de la seguridad y el bienestar de los civiles en Oriente Medio y condena todos los actos de violencia y terrorismo con resultado de muertes y heridos entre civiles, tanto palestinos como israelíes. Además condena las ejecuciones extrajudiciales, el excesivo uso de la fuerza y la destrucción masiva de propiedades.

Reitera que "Israel, el poder ocupante, tiene que cumplir escrupulosamente con sus obligaciones legales y responsabilidades bajo la IV Convención de Ginebra relativa a la protección de civiles en tiempos de guerra".

La resolución hace un llamamiento a las dos partes para que empiecen inmediatamente el completo cumplimiento de las recomendaciones hechas en el informe Mitchell. Además, "alienta" el establecimiento de un mecanismo que "ayude a las partes a cumplir" con las recomendaciones del citado informe y "a la creación de una mejor situación en los territorios ocupados palestinos.

Finalmente, hace un llamamiento a las partes para que reanuden el proceso de negociación y para que lleguen a un acuerdo final en consonancia con los anteriores pactos firmados por ellas.

En un intento por satisfacer a Estados Unidos, la resolución no hacía mención al envío de un mecanismo de protección de los civiles palestinos e incluía la condena de los atentados terroristas palestinos, como había exigido anteriormente Washington. Pese a ello, Estados Unidos volvió a impedir que el Consejo de Seguridad actúe en la cuestión de Oriente Medio.

De esa forma, Washington, principal aliado de Oriente Medio en Israel, país al que entrega cada año 3.000 millones de dólares de ayuda, en su mayoría militar, no aceptó la opinión de la mayoría de la comunidad internacional.

En marzo pasado, Estados Unidos impidió que hubiera testigos de la situación en los territorios ocupados, al vetar otra resolución en la que se mencionaba el establecimiento de una fuerza de observadores de la ONU para proteger a los civiles palestinos.

Posteriormente, la Asamblea General de la ONU ha aprobado dos resoluciones sobre la situación en Oriente Próximo, una de las cuales exige el "inmediato cese de todos los actos de violencia, provocación y destrucción", así como la vuelta a las posiciones anteriores a septiembre del 2000.

La primera resolución aprobada es la misma rechazada el pasado viernes por el Consejo de Seguridad, y en ella se exige el "inmediato cese de todos los actos de violencia, provocación y destrucción" y la vuelta a las posiciones anteriores a septiembre del 2000, cuando comenzó la segunda Intifada palestina, o revuelta popular en favor de un Estado independiente. Esta resolución fue aprobada por 124 votos a favor, 6 en contra y 25 abstenciones.

La segunda resolución, sacada con 133 votos a favor, 4 en contra y 16 abstenciones, se refiere a la protección de civiles en tiempos de guerra, y a los territorios ocupados palestinos, incluido Jerusalén oriental.


LAS GUERRAS QUE NOS VIENEN
EEUU está construyendo un ejercito cerca de Irak
14/12/01. Los EEUU y con mucho secretismo, está construyendo su ejercito en Kuwait, según informes, considerando como expansión de las operaciones militares en la llamada "guerra contra el terrorismo".
 
Al rededor de 2000 soldados de la primera división de caballería del ejercito, estacionados en Fort Hood,Texas, fueron enviados a Kuwait a finales de Noviembre. Tropas adicionales de la 4ª División de Infantería, también de Fort Hood, serán los proximos en ser enviados, según fuentes oficiales del ejercito de los EEUU. Las tropaas de la artillería pesada de Fort Hood, se equipará con tanques y vehículos blindados para posicionarse en Kuwait.
 
La inteligencia USA está preparando el personal en Kuwait anticipando a futuras operaciones en la región, añadieron los oficiales. Un portavoz del ejercito de EEUU en Kuwait dijo que las tropas están ahí para llevar a cabo ejercicios de entrenamiento . Las fuerzas destinadas para reforzar la presencia del ejercito en Kuwait. " Están destinados para enseñar que estamos al lado de nuestros aliados en la zona," Dijo el portavoz oficial. Los soldados están estacionados en el campo de Doha , al norte de la Ciudad de Kuwait.
 
" La brigada acelererá las fuerzas existentes para que se forme un robusto frente delante de Irak," dijo otro responsable militar, quien insistió que hay una gran preocupación que durante las operaciones en Afganistán, los irakíes puedan intentar aprovechar del conflícto y sacar ventajas para sus intereses.

ARMAS BIOLÓGICAS
EEUU vuelve a impedir el refuerzo del tratado de armas biológicas
8/12/01
Estados Unidos ha vuelto a impedir el refuerzo del tradado de armas biológicas de la ONU al pedir la anulación del grupo especial designado por Naciones Unidas para elaborar un protocolo de verificación sobre este tipo de armas de destrucción masiva. Aunque en 1995 Estados Unidos ya se manifestó en contra de la creación de un protocolo, la iniciativa de hoy ha pillado por sorpresa dados los ataques de ántrax que el país ha venido sufriendo en los dos últimos meses.

Esta propuesta, presentada hoy, acabó con toda posibilidad de alcanzar el consenso sobre una declaración que se ha estado negociando durante tres semanas y en la que el mantenimiento de ese grupo era apoyado por la mayoría de las 72 delegaciones que tomaban parte en esta V Conferencia de revisión del tratado sobre armas biológicas.

Aunque desde un principio Estados Unidos mostró su oposición a la elaboración de un protocolo, como ya hizo el pasado mes de julio en la última reunión del grupo creado en 1995, esta maniobra en la última sesión de la reunión pilló por sorpresa al resto de las delegaciones, especialmente a la Unión Europea, que ha intentado jugar un papel de mediador para acercar posiciones.
www.elmundo.es

ZOYA AZDI. DIRIGENTE FEMINISTA AFGANA
'La única diferencia entre los talibanes y la Alianza es la barba'

'Lo único que diferencia a los talibanes de la Alianza del Norte esla barba. EE UU tendría que haber aprendido ya lo que supone apoyar el fundamentalismo. Nada va a cambiar con el asesinatode Osama Bin Laden: surgirá otro fundamentalismo'. La que habla de forma tan tajante y en un perfecto inglés es Zoya Azdi,un mujer afgana de 25 años que no ha conocido otra cosa que la guerra. Nació en Kabul y ha vivido gran parte de su vida en un campo de refugiados de Pakistán, exactamente desde que cumplió los 14 años.

Fue una de las cientos de adolescentes enviadas por sus padres alos campos de Pakistán, tras la huida de las tropas soviéticas (1989) y posterior instauración en Kabul de los muyahidin, los mismos grupos de integristas que hoy conforman la Alianza del Norte. 'Era la única forma de que siguiéramos con nuestra formación y sobreviviésemos a la guerra civil en la que quedó sumido nuestro país. La Alianza del Norte está mostrando ahora una falsa cara amable hacia el exterior, diciendo que va a permitir estudiar a las mujeres y que va a respetar los derechos humanos para aprovecharse del apoyo estadounidense, pero para nosotros son los mismos que hace nueve años convirtieron la Universidad de Kabul en un frente de guerra y violaron a nuestras madres y abuelas. Yo soy una de las afortunadas que logró salir de allí'.

Así, mientras cientos de niños eran educados y entrenados en las madrazas paquistaníes para convertirse en los talibanes que hoy todavía resisten los bombardeos de EE UU en su feudo de Kandahar, Zoya fue educada en campos de refugiados paquistaníes por mujeres intelectuales de la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA), organización clandestina a la que ahora representa en Madrid. Su llegada a la capital de España, donde se reunirá con representantes de distintos grupos políticos para pedir su colaboración, se produce de la mano de la asociación Paz Ahora, en defensa de la paz y los derechos humanos en zonas de conflicto.

Fundada en 1977, RAWA ha sobrevivido a los 10 años de invasión soviética, al asesinato de su líder Meena en 1987 en Quetta (Pakistán) 'por agentes de la entonces KGB y con el consentimiento de la banda fundamentalista de Gulbuddin Hekmatyar', al gobierno de los muyahidín, al posterior de los talibanes y a la vigente guerra: 'Nosotras somos la muestra de que la voluntad democrática sigue viva en el más que castigado pueblo afgano', dice. 'A todas se nos planteaban tres opciones: el suicidio, la huida o la lucha. Yo, como otras compañeras, elegí la tercera. Durante tres años estudié las asignaturas correspondientes a mi edad con un buen
nivel, aunque bajo el techo de plástico y tela de una tienda de campaña. El cuarto curso eran estudios políticos opcionales, los cursé
y aquí estoy. Antes de convertirme en delegada de exteriores de RAWA, he pasado cinco años impartiendo clases a niñas, madres y abuelas juntas, en campos de refugiados con estrictas medidas de seguridad: nuestra labor está penada con la muerte', cuenta.

Zoya, como las otras 2.000 mujeres afganas de RAWA que han decidido sacrificar su vida para luchar por los derechos humanos y la democracia en Afganistán, entran y salen de su país en absoluto secreto y vistiendo la prenda que más las humilla: el burka. Lo usan como escondite para informar a las afganas de sus actividades y para darles trabajo: 'Ellas tejen alfombras que nosostros les compramos y después vendemos'.

Zoya se refiere con escepticismo a la solución al conflicto que estos días se esboza en Bonn, donde una representante de RAWA acompaña al antiguo rey afgano (el casi nonagenario Zahir Shah, que reinó durante 40 años): 'Lo mejor es la vuelta de Shah porque simboliza los tiempos de paz del pueblo afgano, pero no sin un desarme auspiciado por la ONU. La Alianza del Norte es peligrosa para nuestra gente; además, son más inteligentes que los talibanes y menos fáciles de dominar', advierte.


LAS GUERRAS QUE SE AVECINAN
Irak entra en primera línea de fuego
EEUU comienza a instruir el 'sumario' que justifique una eventual campaña militar contra Sadam Husein. Aunque varios importantes aliados europeos y árabes le han advertido esta semana de que un ataque a Irak pondría en peligro la coalición contra el terrorismo islamista forjada a raíz del 11 de septiembre, EEUU sopesa seriamente esa posibilidad. Liderado por Paul Wolfowitz, subsecretario de Defensa, un influyente grupo de judíos hace presión en Washington a favor de una gran campaña militar en el año 2002 contra el régimen de Sadam Husein.

Para ese grupo no se trata tanto de que Irak tenga conexiones con los atentados del 11 de septiembre, de lo que hay pocos o nulos indicios, sino de terminar el trabajo de la guerra del Golfo de 1990 y 1991.

George W. Bush no ha tomado ninguna decisión, pero, por emplear su terminología, ha comenzado a construir un caso. Se trata de dotarse de argumentos para justificar un posible ataque contra Irak, una vez terminada la campaña en Afganistán con la caída de los talibanes y la detención o muerte de Bin Laden. 'Sadam es el diablo', dice nada menos que Bush en la última edición de Newsweek. De modo sutil, el político tejano ha ampliado el campo de acción de su doctrina, según la cual 'el Estado que alberga o financia a un terrorista es también un terrorista'. El lunes, afirmó: 'El que desarrolla armas de destrucción masiva destinadas a aterrorizar al mundo deberá rendir cuentas'.

Como desde 1998 no hay inspectores de Naciones Unidas en Irak que certifiquen que ese país no continúa con sus intentos de dotarse de armas biológicas, químicas y nucleares, Bush lo está señalando directamente con el dedo. Irak, afirma, debe aceptar el regreso inmediato e incondicional de esos inspectores; si no lo hace, pagará las consecuencias. Irak responde declarándose 'dispuesta a defenderse'.

El 78% de los norteamericanos, según una encuesta realizada esta semana, está a favor de un nuevo ataque contra Irak. Hasta la aparición de Bin Laden, Sadam ocupaba en el imaginario yankee el principal papel de malo de la película; ahora ha sido desplazado pero sigue ostentando la segunda plaza. Atizarle no representa para el titular de la Casa Satánica ningún riesgo ante su opinión pública, de lo que Bill Clinton se aprovechó en alguno de los momentos críticos de su presidencia, incluido el caso Lewinsky. Pero Bush ya anticipó durante su campaña electoral que piensa ir más lejos, desea liquidar la faena que, por razones aún discutidas, dejó abierta su padre.

Desde el mismo 11 de septiembre, en la Casa Blanca, el Pentágono, el departamento de Defensa y la CIA se discute con pasión sobre si incluir o no a Irak en las represalias por los atentados. Colin Powell, el titular de Exteriores, y sus diplomáticos insisten en que eso sería muy impopular en el mundo árabe y provocaría dudas entre muchos europeos. De hecho, los sufrimientos de la población civil iraquí, incluida la muerte de millares de niños por desnutrición o carencia de equipos médicos y productos farmacéuticos, ocupa, tras el problema palestino, el segundo lugar entre las razones del resentimiento de la mayoría de árabes con EEUU.

Un ataque a Irak 'causaría serios problemas internos a muchos amigos de EEUU en Oriente Próximo', advirtió el jueves Ahmed Maher, el ministro de Exteriores de Egipto. En términos aún más enérgicos, Siria se pronunció contra cualquier nueva campaña satánica contra Irak. También Rusia, Alemania y Francia pidieron a la Casa Satánica una prudencia extrema en este asunto. La lógica europea es que la disuasión y la contención son por ahora suficientes.

Powell cree que Washington debe escuchar atentamente esas voces. Le apoya George Tenet, el director de la CIA, que señala que, para desmantelar la red de Bin Laden, EEUU necesita la ayuda de los servicios de inteligencia de muchos países, comprendidos los reticentes a una campaña contra Irak. Además, la CIA no ha podido desarrollar la supuesta conexión entre Mohamed Atta, el líder de los kamikazes del 11 de septiembre, y el espionaje iraquí.

Pero Wolfowitz encabeza en el departamento de Defensa un grupo muy activo de altos funcionarios y consejeros civiles que asegura que el 11 de septiembre dio a EEUU el mandato de acabar lo emprendido en Irak hace una década. Ese grupo, en el que se integran Douglas Feith, Peter Rodman y Richard Perle, y también el ex director de la CIA James Woolsey, propone una intervención militar para derrocar a Sadam y entregar el poder al Congreso Nacional Iraquí de Ahmed Chalabi. Y predica la mayor dureza con países como Siria e Irán.

Bush, en cualquier caso, no está absolutamente convencido. La prioridad de los USA es obvia: conseguir la victoria total en Afganistán. Luego podrían seguir operaciones puntuales contra Al Qaeda y sus socios en países como Somalia, Sudán o Yemen. ¿Llegaría entonces el turno de Irak? Por si acaso, EEUU comienza a instruir el mentiroso sumario. El regreso de los inspectores de la ONU ya está en la complicada agenda de la primera guerra del siglo XXI.

© Agencia KRONOS

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VENGANZA INFINITA
Masacre en Mazar-i-Sharif
Amnistía pide que se esclarezcan los incidentes de Qalae-Jangi en que murieron "cientos o miles" de personas según informa la Agencia Europa Press y ha exigido que se aclare cuál fue el detonante de los violentos sucesos y si fue proporcional la respuesta. Es preciso recordar que la revuleta de los presos fue sofocada con bombardeos aéreos norteamericanos y con un brutal ataque por tierra de la alienaza del Norte, constituyéndose en una de las mayores masacres —conocidas— de esta desigual e injustificada guerra. A una televisión por satélite norteamericana se le llego a escapar el término ejecución de los combatientes extranjeros allí encerrados.

Según la organización humanitaria, los resultados de la investigación deben ir acompañados de recomendaciones para asegurar que no se producirán "desórdenes similares y pérdidas de vidas y que se facilitará el importante papel del Comité Internacional de la Cruz Roja en la supervisión del proceso y tratamiento de prisioneros".

En su comunicado, AI recuerda que los centenares de prisioneros eran extranjeros que lucharon junto al régimen talibán en Afganistán y que habían negociado su rendición con el Frente Unido, cuyas fuerzas les escoltaron desde la ciudad de Kunduz a la cárcel fortaleza en Mazar-i-Sharif.
Prisioneros extranjeros ejecutados en Mazar

Un aliado occidental pateando la cabeza de un protalibán muerto

Amnistía ha indicado también que no están claras las circunstancias en que comenzó el enfrentamiento, aunque informaciones iniciales indican que algunos prisioneros atacaron a los guardias y tomaron sus armas. Según la organización, también hay informaciones de que fuerzas especiales británicas y estadounidenses estuvieron implicadas en el enfrentamiento.

El comunicado concluye que las conclusiones de la investigación sobre los sucesos en la prisión de Qalai Jangui deberán ser hechas públicas y, si así lo requieren, deberán tomarse medidas disciplinarias contra los responsables.

LAS GUERRAS QUE VIENEN
Cincuenta paises en el punto de mira. Irak en cabeza
El presidente de EE.UU., Dick Cheney, advirtió la semana pasada que EE.UU. podría entrar actuar contra entre 40 y 50 países. Somalia, supuestamente un "refugio" para Al Qaeda, está junto a Irak, a la cabeza de una lista de potenciales objetivos. Animado por haber reemplazado a los terroristas malos de Afganistán por los terroristas buenos de EE.UU y la Alianza del Norte, el secretario de defensa, Donald Rumsfeld, ha solicitado al Pentágono que 'piense lo impensable', habiendo rechazado sus 'opciones pos-Afganistán' como 'insuficientemente radicales'.

Diplomáticos occidentales expertos en política estadounidense afirmaron hoy miércoles que un ataque de Washington contra Irak es sólo cuestión de tiempo, ya que "la campaña contra el terrorismo desembocará necesariamente" en acciones bélicas contra el territorio controlado por Sadam Hussein.

"Estados Unidos está decidido a poner fin a la proliferación de armas de destrucción masiva del presidente (iraquí) Sadam Hussein y al riesgo de que adquiera también armamento nuclear", indicó uno de estos diplomáticos. Lo que no parece recordar es que los ataques contra Irak no han cesado en más de una década, destruyendo desde sistemas de abastecimiento de agua, hasta infraestructura electrica, edificios civiles y otros peligrosos objetivos civles.

Según él, la cuestión no es si habrá o no un ataque, sino cuándo se producirá. Los diplomáticos occidentales consideraron que, contrariamente a lo que ocurrió en 1991 durante la Guerra del Golfo, Estados Unidos está decidido a tomar el riesgo de perder vidas humanas en este ataque.

"Se tratará de una operación militar cuyo objetivo es poner fin al régimen de Saddam Hussein y destruir su armamento", explicó uno de estos diplomáticos.

Según él, el efecto sobre el mundo árabe "no será tan catastrófico" como vislumbran algunos dirigentes árabes. "Una verdadera democracia en Irak será positiva para los iraquíes y los países árabes", añadió.

El presidente estadounidense insistió el pasado lunes en la necesidad de que Sadam Hussein acepte el retorno de los inspectores de la ONU a Irak para que pueda "probar al mundo entero que no posee armas de destrucción masiva".

Bush añadió que el presidente iraquí "verá muy pronto" las consecuencias que acarreará una respuesta negativa al respecto, lo cual aumentó las especulaciones sobre un posible ataque estaodunidense contra Bagdad. Con esta futura acción Bush se aseguraría el control del petróleo irakí, ahora que tiene mucho más fácil acceder a las reservas de Asia. Por otra parte, conseguiría avanzar más en el monololio de las armas biológicas bajo su bandera. Es preciso recordar que los EEUU nunca han suscrito ningún tratado internacional de control de armas biológicas porque eso iría en "contra de su seguridad nacional".