El Stanbrook, los últimos exiliados de la República

stanbrook.jpg (22712 bytes)

"Es extraño que Alicante no dedique una calle
al capitán que salvó a 3.000 personas"

Fuente: Diario "Información" - Alicante

Rafael Torres relata en "Los náufragos del Stanbrook" la salida de los últimos republicanos rumbo al exilio

Al escritor y periodista Rafael Torres le extraña que Alicante no haya dedicado una calle al capitán Dickson, el hombre al frente del mercante inglés que se adentró en el Puerto de Alicante en los últimos días de marzo de 1939 para salvar de la represión franquista a cerca de 3.000 exiliados españoles rumbo a Orán. Esta es la historia de "Los náufragos del Stanbrook", que escenifica los tres últimos días de la guerra española en un doble decorado, el puerto de Alicante y el barco inglés, cuya novela presentó su autor en el Club INFORMACION.

Rafael Torres apunta la importancia del puerto alicantino al final de la guerra civil, ya que caídos los puertos de Cataluña, "en el de Alicante se reunieron unas 15.000 o 20.000 personas huyendo de las tropas franquistas vencedoras, entre las que había familias, cargos públicos, campesinos, maestros, militares en derrota, a quienes les habían prometido que habría barcos que les sacarían de España".

Sin embargo, la espera resultó desesperante. Rafael Torres relata en su libro que el puerto de Alicante se encontraba bloqueado por la Armada franquista, submarinos de Mussolini y la aviación nazi, lo que hacía difícil aproximarse a los navieros internacionales. "Fue el Stanbrook, un viejo carbonero inglés muy pequeño, de 1.500 toneladas, gobernado por un hombre de gran corazón, el capitán Dickson, el único que se atrevió a hacer lo que tantos otros no hicieron: apiadarse de los vencidos", indica el escritor, que añade que "Franco había hecho creer que permitiría la salida de gente, pero había convertido el puerto de Alicante en una ratonera, en una trampa".

El buque inglés pudo burlar el bloqueo y zarpar con cerca de 3.000 personas a bordo, que excedían de su capacidad, lo que le obligó a navegar escorado, por debajo de la línea de flotación y en medio de bombardeos. La travesía de un día, convertida en odisea, no culminó hasta llegar a Orán, donde Dickson amenazó con estrellar el barco contra los muelles si no le dejaban atracarlo. Como no podía ser de otra manera, el Stanbrook tuvo un fin trágico solo unos meses después, tras ser hundido por un torpedo alemán. En los campos de concentración de Argelia, a donde llegaron los refugiados republicanos, se guardó un minuto de silencio en su memoria.

"Me extraña que este hombre no tenga ninguna calle dedicada en Alicante. No se le había perdido nada aquí y salvó la vida de 3.000 personas. Son gestas tan honorables y éticas que sin embargo los niños no estudian en la escuela", señala Torres, quien reivindica la memoria histórica con este libro, sobre todo "para las nuevas generaciones a las que el franquismo
impidió conocer la historia y para homenajear y honrar a toda aquella gente que sufrió tanto por el franquismo".

El escritor ha elaborado una novela coral, con personales reales y de ficción, después de dos años de trabajo e investigación, "he tenido la fortuna de encontrar a una docena de supervivientes, y a otros tantos del puerto y en el último capítulo ayudo a discernir cuáles son los reales y los de ficción".

"Alicante fue el último trozo de la nación en que ondeó la bandera tricolor", indica Torres sobre un libro cargado de simbolismo, ya que esta "es una pequeña historia del fin del mundo, del fin de la República que quería traer el progreso a España". En ella, "muchos alicantinos socorrieron a los que se quedaron, en su mayoría apresados o muertos, y son cosas que
convendría recordar".

Cita con una superviviente

Rafael Torres presentó, "Los náufragos del Stanbrook", novela ganadora del XXXVI Premio de Novela Ateneo de Sevilla, que acaba de ser editada por Algaida. Con el autor estarán en el salón de actos del Club INFORMACION, sito en Avenida Doctor Rico, 17 (Alicante), el
historiador Francisco Moreno Sáez y Helia González, una ilicitana que tomó el barco, el 28 de marzo de 1939, a los 4 años de edad.

El madrileño Rafael Torres -conocido de los lectores de INFORMACION por sus columnas de opinión- se ha servido de su doble vocación periodística y literaria para componer una nutrida obra de siete libros sobre la guerra de España, iniciada en 1988 con la novela "Ese cadáver" que concluye con la que hoy se presenta. A juicio del escritor, la obra habla del naufragio de la
República y de la del exilio: "Tan náufragos son los que se van, porque el exilio es una suerte de muerte, como los que se quedan en la España de la victoria, que no les reconoce como sus hijos".

DESPAGE agradece a Cazarabet la difusión de la Memoria Histórica.