JESÚS IBÁÑEZ ALONSO, LA PALABRA NO ESTÉRIL.

Lo que más me enorgullece es que nunca he vendido ni una palabra al poder. (Pablo Neruda)

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Jesús Ibañez Alonso en una foto en la década de los 80.

Queremos recordar en este capítulo de Exilio Interior a todos los que lucharon y fueron víctimas del franquismo, durante la larga dictadura. Sobre todo a aquella generación que sufrió la guerra siendo niños, generación nacida en los años veinte (Jesús Ibáñez Alonso tenía en 1936 ocho años), que se hicieron jóvenes en la tiranía y que optaron por enfrentarse al dictador, no participando de las prebendas y caramelos del Régimen. En este grupo se me ocurre que podríamos citar a Carlos Castilla del Pino, Manolo Sacristán y Jesús Ibáñez Alonso. ¿Por qué estos tres y no más? ó ¿por qué no todos?

La cercanía o lejanía para nosotros, estimamos que está en la honestidad y en el conocimiento. Honestidad con su pensamiento, con su evolución, con su lucha. Conocimiento, porque habiendo habido innumerables que luchamos contra la dictadura, no somos lo suficientemente conocidos, ni nuestros hechos pueden servir de ejemplo a generaciones futuras. Muchas veces fueron equivocaciones, que dieron con nuestros huesos en las cárceles franquistas, otros meros testimonios que no pasaron de ahí. En el caso de los citados, y sabiendo que hubo muchos otros, conocemos que su labor ha sido tan grande que no debe pasar por ellos la Amnesia generalizada y poner sobre el tapete sus hechos tanto biográficos como políticos, para ejemplo y difusión de nuestra perdida Historia.

Es curioso que los tres citados, por su singular biografía, pasaron en algún momento por la tentación del Movimiento. Carlos Castilla nos explica en sus memorias (Pretérito Imperfecto y Casa del Olivo. Editorial Tusquets) que en su pueblo, San Roque (Cádiz), fue requeté y lo motiva bien: ¡por no ser falangista! Manolo Sacristán perteneció un breve tiempo a la OJE (Organización Juvenil de la Falange). Jesús Ibáñez Alonso, más por amistad que por otra cosa, anduvo por Falange. Es la generación de los niños de la Guerra, no la de aquellos que marcharon siendo niños a la URSS y a otros países, sino a los que eran niños y sufrieron la represión en su propio país.

La decisión traumática de no participar en las organizaciones del franquismo, tomada desde su libre albedrío, con fuertes presiones internas, creemos, es el primer mérito que hay que sumarles en su haber.

DATOS BIOGRÁFICOS.- (Extractados de su autobiografía)

Nació Jesús Ibáñez Alonso en San Pedro del Romeral (Cantabria) el 29 de febrero de 1928. Se autollamaba "exiliado en el tiempo", ya que su cumpleaños, al haber nacido en año bisiesto, era cada cuatro, es decir desaparecía cada tres y su conclusión era que desde su nacimiento, nunca había echado raíces ni en los grupos ni en las instituciones.

Aprendió a leer sin maestro a los tres años. A los seis había terminado con todos los libros de su pueblo, al menos media docena. Travieso e irrespetuoso, pero muy educado, presume desde muy chico de trabar amistad con los marginados de su pueblo.

Su paso por la II República y la Guerra Civil, nos la trasmite así: "El día 17 de julio de 1936, el cura (con el que cuenta que era irrespetuoso) muy amigo de la casa y muy querido por mí, pasó a la clandestinidad: se puso un mono y se escondió en una cabaña nuestra (yo tenía que ir a llevarle la comida). La guerra iba a empezar… Mis tíos se pasaron a los "nacionales", mi madre fue encarcelada al ser acusada de pasar información y quedé solo con mis abuelos." Veremos que esa doble protección madre-hijo, condicionó sus actitudes en el futuro, lo que será otro hito en su valía contra el sufrimiento de los vencidos. "A mi madre la dejaron salir en libertad para cuidarme y pronto fuimos expulsados de la zona republicana (como era un chico listo me habían seleccionado para ir a estudiar a la Unión Soviética, pero no quise separarme de mi madre)". Hay que precisar al observador atento, el trato diferente, que no se les llega a meter en la cabeza a los hagiógrafos del franquismo, de los fascistas de Franco. En la zona "nacional" si les hubieran acusado de espías republicanos, hubieran muerto en esa misma madrugada. Algo tenía de distinta la República.

"Fuimos por las montañas a caballo, escoltados por seis milicianos, hasta las trincheras enemigas. Al final encallamos en Burgos".

"En el intermedio disfruté como un enano de las largas vacaciones del 36. Las puertas de la escuela y de la iglesia se derrumbaron y floté en un verano casi infinito, jugando entre los escombros de los libros y los iconos. Me llevé a casa la leve biblioteca de la escuela…

"Yo leía todos los días el periódico: aún recuerdo el famoso discurso de Calvo Sotelo (el de las anchas espaldas). Todos los días marcaba en un mapa los avances y los retrocesos de los "nuestros". Lo seguí haciendo en la otra zona: sin darme cuenta de que ya no eran los mismos "nuestros". Nunca he estado muy seguro de ser de los "nuestros".

"Nuestro pueblo fue "liberado" y "volvimos a casa ".

Estudió el bachillerato en el colegio de los escolapios de Villacarriedo, a 28 kilómetros de San Pedro del Romeral.

"La misa y la comunión eran obligatorias. Yo presumía de ateo, y me negaba a comulgar…el padre Mariano (mi bestia negra) nos hizo levantar de la mesa a mí y a Josemari, y nos puso a su lado: "Mirad, sólo los dos tontos se han quedado sin comulgar" (Josemari era un subnormal grandullón de Burgos, que la familia lo había enviado para librarse de su presencia)…cuando estaba en tercero, ya como alumno externo, pedí que por no ser creyente me dispensaran de la misa. Era en 1941, pero llegamos a un compromiso: quedaría dispensado los días de entre semana, pero no los domingos y festivos. Ventajas de ser el alumno más brillante que ha tenido el colegio".

Jesús Ibáñez Alonso era un gran lector. Nos cuenta que se leyó íntegras las colecciones Universal y Austral, con autores que iban desde Kant a Pereda (éste de obligada lectura para un cántabro), desde Dostoyevsky (sic) a Balmes. Esto le hacía parecer ante la clase eclesiástica como un bicho raro, y como no podía llegar a ser más pervertido ¡le hicieron censor del colegio! El cargo le proporcionó la posibilidad de devorar los fondos de la biblioteca. Nos comenta que censuró poco: una novela en la que los dos protagonistas, chico y chica, montando a caballo, se rozaban las piernas. ¡Algo había que censurar!

La influencia de un compañero de colegio, Lulys, sirvió para que se hiciese falangista. Jesús habla de un artículo suyo en un periódico de albergue del Frente de Juventudes, lo que demuestra que su presunción: -"me hice falangista"-, no era cierta, ya que no se podía ser falangista hasta alcanzar la mayoría de edad, que por aquella época era 21 años. Vamos a dejarlo en que perteneció al Frente de Juventudes y según nos cuenta él mismo, "los sentimientos eran buenos, pero las ideas malas. Había caído en la trampa: el fascismo manipula sentimientos nobles con ideas atravesadas. Hasta que llegué a Madrid, y ví como los falangistas arrojaban desde las ventanas a los obreros de Vallecas durante una manifestación contra el asesinato de Álvarez y Zapiraín, no salí de la trampa."

Su afición a la filosofía se produce a partir de séptimo: "hablaban de un tal Heidegger. Sólo ponía, en diez líneas, una sarta de memeces. Leyendo entre líneas sospeché que el tal Heidegger debía de ser un tipo interesante."

Justifica que su vocación fue la Filosofía, pero que se decidió por Políticas porque sólo había Facultad en Madrid. Si hubiera estudiado Filosofía, se hubiera tenido que ir a vivir con unos familiares a Valladolid, cosa que no entraba en sus planes.

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En la Universidad en una foto del año 1950. Jesús es el segundo de arriba izquierda. Bugeda es el primero de la izquierda abajo.

Matriculado en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología entabló amistad con José Bugeda compañero de curso, aunque mayor que él, que le aficionó a la Sociología. El le puso en contacto con otros disidentes de La Hora (Sastre, Quinto, Ignacio Aldecoa). Le introdujo en el Instituto de Estudios Políticos que dirigía Conde (lo que se había convertido en un refugio para "rojos"), en el Ministerio de Información (Opinión Pública) y en el Colegio Mayor César Carlos.

Jesús Ibáñez consideraba al César Carlos como un "oasis de libertad en los intersticios de la dictadura, una inflexión critica de la derecha española". Allí conocería a Javier Herrero, Eduardo Zorita... y más tarde a Alfonso Ortí, Vicente Cervera, Raúl Morodo... Javier Herrero era un hombre de gran inteligencia y profunda cultura. El me introdujo en los vericuetos del pensamiento filosófico. Sólo me acompañó en la primera etapa. Los sucesos de 1956 le hicieron "naufragar" en la vida académica. Hoy es un prestigioso profesor e investigador en USA. Eduardo Zorita se fue a Alemania refugiándose también en la vida académica. Hacia 1954 estaba ya solo.

Tras una participación en el SUT (Zorita, Pradera, Tamames, Llanos, con quién a partir de entonces mantuvo una gran amistad), Jesús comenta que Zorita además de meterle en el SUT también le embarcó en otra aventura "en una ingenua maniobra de infiltración, nos metimos en el Colegio Mayor José Antonio : coparon el SEU Eduardo Zorita, Javier Herrero, Manuel Ortuño, Manuel Colmeiro... y metieron, como fermento, en el José Antonio una cepa de 'ilustres' (conmigo, Claudio Rodríguez un campeón de boxeo y Salvador Salazar). Tuve el 'honor' de que Franco en persona me pusiera la beca de colegial. Aquello terminó como rosario de la aurora y volvimos a nuestros lares."

Jesús cita que fue como jefe de Estudios al Colegio Mayor Antonio de Ribera, en dónde vivió hasta ser detenido el 19 de marzo de 1956. Después volvería al César Carlos.

A medida que pasaba el tiempo cada vez le interesaba más la política. "En 1950, Luis Caro y yo habíamos promovido un grupo de disidentes; por allí pasaron gentes tan diversas como: Girbau, Julián Marías, Miguel Sánchez-Mazas, Oliart, Gonzalo Puente, Paco y Carlos Bustelo, Odón Alonso, Antonio Gª López, Manuel Ortuño, José Ramón Recalde…". Muchos de los nombrados terminaron en el FLP, PSP… Jesús Ibáñez se reconoce el segundo de a bordo: "me escondí sucesivamente detrás de: Bugeda, Zorita, Herrero, Girbau, Cerón…Siempre fui el segundo de a bordo."

Los sucesos de febrero de 1956, detención de intelectuales y estudiantes, determinaron que el grupo compuesto por Vicente Girbau, Jesús Ibáñez Alonso, Julio Caro y Manuel Ortuño hicieran un escrito de solidaridad. "Decidimos hacer un escrito en el que explicábamos lo que había pasado. Lo redactamos en una cafetería de la Plaza de la Iglesia y lo pasamos a máquina en casa de Girbau. Hicimos cuatro copias, y cada uno se encargaría de reproducirlas por sus propios medios." (Entonces, no había fotocopiadoras o impresoras de ordenador. Había que hacerlo a mano, las máquinas de escribir no aguantaban más de cuatro copias, no era fácil disponer de multicopista individual. "Ortuño tiró un paquete de ellas en el metro y le pillaron. Dió nuestros nombres. Los cuatro fuimos a parar a Carabanchel." (Cárcel de Madrid, que conoceríamos muchos de los implicados en la resistencia antifranquista. Al menos los varones. Las chicas irían a la cárcel de Yeserías.)

En el juicio los defendió José María Gil Robles, con argumentos contundentes: "puesto que el Gobierno no cumplía con su obligación de informar a los ciudadanos, nosotros informando, representábamos la legitimidad del Estado". El proceso tuvo repercusiones en la prensa francesa e italiana - no olvidemos que Girbau era diplomático - y en ella aparecían como disidentes hijos de los vencedores. Los cuatro ingresaron en la cárcel el 19 de marzo de 1956. A Jesús Ibáñez Alonso le pedían seis años que se redujeron al cumplimiento de seis meses. Torres López, decano de Derecho, hizo un relato descarnado del asalto de los falangistas a la Facultad. "El padre Llanos y sus compañeros del César Carlos se volcaron en su defensa" (Efrén Borrajo, Manolo Olivencia, Alfonso Zulueta, Javier Mateo… y del Antonio Ribera, Job Placencia y Martínez Haba...).

Poco tiempo después Paco Bustelo, Pablo Sánchez Bonmatí, José María González Muñoz y Manolo Fernández Montesinos que también habían difundido un nuevo escrito fueron detenidos. Con una defensa estrictamente jurídica, una petición fiscal cuatro veces menor, tuvieron una condena dos veces mayor.

En la cárcel se solaparon con el grueso de la primera caída : Múgica, Tamames, Diamante, López Pacheco, Alonso Noro, Maestro, Abellán, Julian Marcos ...... Pradera estaba en prisiones militares y los Ridruejo, Sánchez Mazas, Ruiz Gallardón.... ya estaban fuera.

En la prisión montaron la llamada Universidad Libre de Carabanchel, contra el parecer del dictador que pensaba que estos "estudiantes" "eran alborotadores y no querían estudiar": todos los detenidos eran Premio Extraordinario de Licenciatura.

A partir de las largas horas de encierro, empezaron a diseñar el futuro... Formar grupos políticos a base de intelectuales progresistas descendientes de la Institución Libre de Enseñanza, de marxistas rebotados de los partidos tradicionales y de cristianos progresistas.

"Cuando salí de la cárcel, no tenía trabajo ni posibilidad de encontrarlo". En 1958 Jesús Ibáñez Alonso fundó el Instituto de Investigaciones de Mercado ECO, (en el 1.972, ALEF) con un ex compañero del Instituto de la Opinión Pública, Sánchez de Celis. (Fue ECO el primer instituto que se monta en España). De ello vivió hasta que murió Franco. Entonces lo dejó para volver a la Universidad con un contrato de tres horas semanales. Su vida en ese intervalo fue más llevadera en la medida que le acompañaron en diferentes épocas, Alfonso Ortí, José Luis Zárraga, Angel de Lucas…

Jesús Ibáñez había sido expulsado en 1956, del Instituto de la Opinión Pública (Fraga le dijo que si por él fuera podría reincorporarse), de la Escuela de Periodismo y de la Universidad, donde estaba como ayudante honorífico con Salvador Lisarrague. El profesor Lissarague le visitó varias veces en la cárcel y cuando salió, intentó recuperarlo pero no fue posible. Su expulsión duró hasta 1974, que de la mano de Salustiano del Campo, Bugeda y otros profesores, volvió como contratado. En 1982 él señala en su autobiografía "me colé - casi de penalty - en la cátedra. Aproveché un pasillo histórico: la derecha había perdido su poder y la izquierda aún no había consolidado el suyo". Le apoyaron Carlos Moya, Salustiano del Campo y Raúl Morodo. Con el pasaporte tuvo más suerte; ocho años después de ser detenido ya pudo viajar al extranjero.

Jesús Ibáñez antes de su detención tenía un grupo de los "escombros" del SUT que le había pasado Zurita. Un día le visitó Julio Cerón. Sus preguntas tan directas, le produjeron cierta desconfianza. Cuando salió de la cárcel se conocieron mejor y en su autobiografía dice: "Cerón estaba dotado de una poderosa inteligencia y de un inmenso poder de seducción. Formamos tandem: El llevaría la parte organizativa y yo la ideológica. Iniciamos un período de actividad frenética. Visitamos a todos los posibles disidentes: especialmente artistas, intelectuales y curas. Logramos integrar a todos los grupos que con intención convergente con la nuestra se habían formado, a lo largo y lo ancho de la geografía española." En torno a Cerón, Díaz del Corral, Chimo Aracil, García Camarero ...... y en torno a Ibañez y los curas Jiménez Marañón y Díez Alegría, Pérez Díaz, Torreblanca, Alfonso Arnau, en Madrid…En Barcelona en torno a Alfonso Carlos Comín y los hermanos Gómis (El Ciervo). En Euskadi - San Sebastián - en torno a José Ramón Recalde. En Bilbao a Luciano Rincón. En Andalucía, a Morillo (Sevilla) y Aumente (Córdoba). En Cantabria, alrededor de Fernández de Castro y Eduardo Obregón.

Su fundación fue en septiembre de 1958, se reunieron todos en el convento de las monjas seglares de la calle Zurbano de Madrid. El nombre de "Felipe", Frente de Liberación Popular, sugerido por Ibáñez, era una fusión de siglas provenientes de FLN = Frente de Liberación Nacional Argelino y MLP = Movimiento de Liberación Popular, grupo francés de inspiración cristiana que terminó en el PSU. Tuvo tres etapas, configuradas por sus participantes, especialmente, y sus fuerzas ideológicas.

El Felipe I, (en el que la participación de Ibáñez fue completa) conecta con las nuevas generaciones, en Madrid surge la Nueva Izquierda Universitaria (NIU): Carlos Morán, Raimundo Ortega, Fernando Ariel del Val, José Manuel Arija, Paco Sartorius, Paco Montalvo, Rafael Jiménez de Parga, Fernando Martín Pereda...

En Barcelona, la Nova Ezquerra Universitaria (NEU): Manuel Vázquez Montalbán, Jordi Borja, Pascal Maragall, Narcís Serra, Rubert de Ventós, Angel Abad...

A raíz de la participación en la Huelga Nacional Política -con el PCE- Julio Cerón fue detenido con la mayoría de sus militantes.

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Una imagen de Jesús en la década de los 60.

En el FLP II, el líder ideológico era Fernández de Castro y el organizativo Ángel Abad, en esta etapa las huelgas de Asturias de 1962 fueron el logro más espectacular (Sartorius, Montalvo, Campos, Peláez…). La represión diezmó por segunda vez el grupo. En esta etapa los "monstruos sagrados" fuimos desplazados por los "jóvenes leones" formando lo se llamó la "orla". Durante esta época la organización se extendió: Angel Pestaña en Valencia, Joan Wulf en Santiago, César Alonso de los Ríos en Valladolid. Arija fue el eslabón con la tercera etapa.

El FLP III liderado por José Bailo y formando comité con Paco Pereña, Nacho Quintana, José Luis Zárraga, Carlos Albo. Dominaba en la Universidad: Jaime Pastor, Rafa Bañón, Carlos Romero, Paco Alburquerque, Manolo Gari, Lucía González.... fueron algunos de los más conocidos En esta tercera etapa el FLP pasó por las pruebas de la tortura, (Pereña y Ximénez de Sandoval) y del asesinato por la policía de Enrique Ruano. Joaquín Leguina comentaba que el FLP murió de un empacho de mayo del 68.

En sus diez años de existencia, el fuego de su ideología corrió como la pólvora, y en todas las nacionalidades del Estado brotaron muchas organizaciones. Las más poderosas, el FOC en Cataluña y el ESBA en Euzkadi. Su estallido dejó sueltos muchos grupos e individuos: núcleos y fermentos de muchas de las organizaciones de izquierda y centro.

Un núcleo de "felipes" fue a ETA y de allí a Eta Berri y Komunistak para aterrizar más tarde en el MC. La Liga Comunista Revolucionaria, trotskista, nació de la escisión del FLP, como también Acción Comunista, Organización de Izquierda Comunista y otras. Pepe Bailo fundó el FRAP, y otros militantes que quedaron sueltos fueron atraídos hacia el PCE, Borja, Vázquez Montalbán, Abad; hacia el PSOE: Serra, Romero, Leguina, Campo, Maravall, Maragall, Quintana, Ortega y hacia la UCD, Pérez-Llorca y Leal. Al partido Regionalista de Cantabria, Obregón, al PSA, Aumente, a Convergencia de Cataluña, Roca-Junyent, entre muchos otros.

La represión que sufrió Jesús Ibáñez no sólo fue el aislamiento y cierta vigilancia, También fue condenado al ostracismo y sus primeras publicaciones fueron en Cuadernos para el Diálogo (1976), introducido por Loli Alvarez y Vicente Verdú. Este, más tarde lo haría con El País. Sus escritos, que molestaban cuando salían a la luz aunque algunos no llegaron a publicarse, fueron una premonición de lo que ahora se está estimando necesario y parte de ellos han sido recopilados en el libro A Contracorriente. Especial relevancia tiene hoy el posicionamiento que mantuvo con respecto al llamado conflicto vasco que le proporcionó grandes incomprensiones que duraron el resto de su vida. Mucha repercusión tuvo en Euskadi especialmente el artículo La negociación es necesaria e imposible.

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Dos imágenes de las marchas contra la Otan, antes del referéndum. La participación ciudadana de Jesús era ejemplar.

Ibáñez no atendió la llamada de ningún partido, recibió invitaciones del PSOE, pero no le convencía la tendencia que tomaba la transición política. Cómo el dice después de pasar "una guerra", se refería a la clandestinidad, el resto eran acciones de "guerrilla". Y participó en alguna de ellas. Comenta que su primera guerrilla, ya en la democracia, fue la Candidatura de Unidad Popular, CUP. Para las elecciones del 77 " un grupo de intelectuales comprometidos intentamos integrar en una candidatura "unitaria" - a la izquierda del PCE - a los pequeños partidos MC, LCR, PT, ORT, MS cubriéndoles con un paraguas de independientes, pues eran todavía ilegales. Pensamos en un espacio político en el que cupieran organizaciones y personas ". Jesús redactó el manifiesto. En él se analizaba la situación expectante surgida por la proliferación de movimientos de lucha contra el poder, promovidos por los partidos de izquierda y fuertemente impulsados por los sectores sociales. De la potenciación de estos movimientos, de su autonomía de los partidos y las instituciones, de su extensión, combatividad y protagonismo, depende en parte el progreso de la defensa de los intereses de los trabajadores en el proceso electoral como en la lucha hacia el socialismo. Al final cada uno de los partidos presentó una candidatura "unitaria". Jesús Ibáñez Alonso quedó en la candidatura del MC. Cómo dice Ibáñez, empezó una cascada de derrotas.

Formaban la candidatura, Pablo Osés, Jesús Ibáñez, José Torres, Lola Gaos, Fernando Salas, Santos Ruesga, Arturo Pérez Reverte, Alfonso Arnau, Manuel Pérez Ledesma, entre otros. Muchos eran militantes del MC, destacando Miguel Rodríguez, "manager" de la candidatura, que llevaba la relación con los independientes.

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Jesús en la Vaguada en la faceta ecologista plantando un árbol. Era lo que el llamaba su segunda guerrilla.

Lo que él llama segunda guerrilla fue la lucha en el barrio madrileño de El Pilar con una consigna que se haría famosa: "La Vaguada es nuestra". Esta participación muy activa en el movimiento ciudadano, pretendía la oposición a la construcción de un centro comercial, basado en el neoliberalismo, y una autopista que partía en dos el barrio. El barrio lo construyó el "constructor del régimen" José Banús, y se llamaba El Pilar, no por ninguna virgen, sino por su mujer. La lucha, ya en los setenta, fue de las muy "sonadas". La participación controvertida de algunos partidos, terminó con otra batalla ganada por el capitalismo. Ibáñez fue el que redactaba manifiesto tras manifiesto entre otras numerosas actividades. Precisamente aquí, 20 años después (el 19 de Marzo de 1976), fue detenido con otros compañeros pero sólo por un día. Barrionuevo que participó en esta lucha localizó a Rosón, que estaba de caza, y los soltaron muy entrada la noche. En el ayuntamiento estaba el PSOE, con Tierno; a pesar de ello, las promesas, las idas y venidas, los retrasos, las escisiones, dieron al traste con una lucha, que ahora se llamaría ecologista, ciudadana y antiglobalización. En esta guerrilla, la de la Vaguada, nos cuenta Jesús, que caminó al unísono con Esperanza, su compañera y que también ella le arrastró para la tercera guerrilla, la lucha contra la construcción del pantano del Pas.

Jesús Ibáñez, como muchos de los nombrados aquí, tuvo una participación activa en lo que también él reconoció como exilio interior del franquismo. La clandestinidad, la cárcel, la lucha política, la construcción del Felipe, la participación democrática, incluso su persecución en la misma democracia, ya que figuró en las listas negras ("listas de sangre") que se publicaron cuando el golpe de Tejero y Armada, para ser fusilado al amanecer, caso de haber triunfado el golpe de Estado. Es decir, su testimonio, su lucha, no ha sido estéril. Sin duda, Jesús era muy exigente consigo mismo, pero se equivocó en una sola cosa, al afirmar: "Mis palabras son, probablemente, hojas estériles…". Su palabra, sus actos, justifican nuestra lucha y él, como afirmaba Neruda al inicio de este artículo, "nunca vendió su palabra al poder".

Jesús Ibáñez Alonso murió el 5 de Agosto de 1992. Sus referencias a la familia en su autobiografía son constantes. Tiene dos hijos: Jesús y Juan; de los cuales se sentía muy orgulloso: muy inteligentes y poco ambiciosos. Ambos son irritablemente sensibles a la injusticia. Estaba casado con Esperanza Martínez-Conde (1960). Juntos llegaron a Madrid, Esperanza para estudiar bachillerato y Jesús para comenzar la carrera. Unos versos de Mario Benedetti resumen su vida en común: "Tú y yo somos mucho más que dos" que cita con cierta frecuencia en algunos textos. Su familia y sus amigos fueron un estímulo a lo largo de su vida.

 

Madrid Septiembre 2005.

Antonio Cruz González para DESPAGE (Desaparecidos de la guerra civil y el exilio republicano).

www.nodo50.org/despage

Nota Post Scriptum: Despage agradece especialmente a Esperanza Martínez-Conde, compañera de Jesús y militante activa antifranquista, por el auxilio que nos ha brindado, al poner a nuestro alcance documentación, libros, fotos y archivos sin los cuales no se hubiera podido realizar este artículo.

Los párrafos que van en cursiva son la transcripción exacta de sus palabras en su Autobiografía, publicada en Anthropos.

Bibliografía:

Revista Anthropos. Nº 113/1990. Monográfico sobre Jesús Ibáñez. Sociología Crítica de la cotidianidad urbana. Por una sociología desde los márgenes.

A contracorriente. Jesús Ibáñez. Editorial Fundamentos. Madrid.

Historia del Felipe (FLP, FOC y ESBA). De Julio Cerón a la Liga Comunista Revolucionaria. Julio Antonio García Alcalá. Prólogo de José Ramón Recalde. Ediciones del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Colección Estudios Políticos. Madrid 2001.

Pretérito Imperfecto. Carlos Castilla del Pino. Autobiografía (1922-1949). Ed. Tusquets. Barcelona 1977 y 2004.

Casa del Olivo. Carlos Castilla del Pino. Autobiografía (1949-2003). Ed. Tusquets. Barcelona, 2004.

Revista Actual. nº 27 de 3/09/82. Las Listas de sangre del 23 de Febrero.