NOTA DE PRENSA DE CGT CONFEDERAL: “La inmigración y la anunciada regularización del PSOE”.

 

La regularización administrativa anunciada por el PSOE, tiene la ventaja de mostrar a la sociedad ese millón de trabajadores y trabajadoras sin derechos que hasta ahora se escondían tras los números del Producto Interior Bruto.

 

El drama de la inmigración –como lo caracteriza el PSOE-, es el drama de las situaciones que desde hace años -desde la primera Ley de Extranjería creada por el PSOE-, la acompañan.

 

Situaciones que muestran la verdadera condición del inmigrante: el ser nadie, un ciudadano/a sin derechos o con derechos de segunda categoría. La libertad de circulación es un derecho otorgado a los capitales, pese a los efectos que genera: deslocalizaciones de empresas, especulación financiera, expedientes de regulación de empleo, fraude fiscal, etc... y negado a las personas. Los derechos humanos fundamentales, entre los que se encuentra el de libre circulación y residencia (artículo 13 de la Declaración de los Derechos Humanos) deben estar por encima de coyunturas partidistas y de las necesidades del mercado. Su condición de esclavo moderno (los esclavos en la antigüedad son los no-personas, los sin derechos), le crea nuevos dueños, nuevos amos:

 

a)       El mercado, el poder económico, que exige de forma permanente mano de obra en sectores de la economía, como el agrícola, construcción y servicio doméstico, a condición de que su precio no conlleve el respeto por el estatuto protector del trabajo y sus derechos sindicales y políticos sean negados.

b)       El poder político que genera las condiciones jurídicas y administrativas (Ley de Extranjería), vinculadas al utilitarismo y la explotación empresarial y garantiza una administración policial de control de los flujos migratorios de la fronteras sur y este

c)       El poder policial y represor del Estado que dedica miles de millones de euros en blindar las fronteras por medio de sistemas de vigilancia, y de forma abusiva viola sistemáticamente los derechos inalienables de las personas migrantes, sometiéndoles a un estado de ansiedad y miedo permanente.

 

La mayor parte de la inmigración es una migración económica. Obligados a migrar ante las dramáticas situaciones de sus países de origen (Marruecos, Ecuador, Colombia, etc.)-de las que se abstraen los países enriquecidos que las generan-, para poder sobrevivir ellos y sus familias.

 

Son cerca de un millón de personas que trabajan. ¿Por qué no tienen derechos como cualquier trabajador/a? Sin una ley excepcional, como la de Extranjería, nos encontraríamos hablando de problemas laborales y de género(convenios, contratos, huelga, discriminaciones,etc.)

 

Desde CGT denunciamos de forma incuestionable esta “anunciada regularización” que deja en manos de los empresarios la decisión final de que cientos de miles de personas tengan o no tengan carta de naturaleza política como ciudadanos y ciudadanas de 2ª categoría y preguntamos:

-          ¿Qué pasará con las casi 300.000 mujeres inmigrantes del servicio doméstico, de quienes cuidan a personas mayores, enfermas, discapacitadas, etc.?

-          ¿Que pasará con los miles de trabajadores y trabajadoras temporeros del campo?

-          ¿Qué política se adoptará con las redes de tráfico de mujeres que trabajan en la prostitución?

 

Desde CGT no podemos sino defender la regulación de todos aquellos que ya están regulados en la realidad, pese a que sean obviados por la formalidad administrativa, por eso de nuevo volvemos a reclamar “papeles para todos/as” y, una vez “regularizados” administrativamente hay que preocuparse por permitir la convivencia, generar espacios de conocimiento mutuo, dotar de infraestructuras y servicios sociales que acompañen una nueva población.