COMUNICADO DE Derechos para Tod@s SOBRE LA MANIFESTACIÓN DEL 2 DE ABRIL DE 2005

El pasado 2 de abril,  respondiendo al llamado realizado por el Foro Social Europeo , se llevó a cabo una jornada internacional de movilizaciones para defender el derecho universal de las personas a desplazarse.

Esta jornada tenía para el Estado Español una especial relevancia debido a la actual coyuntura política, marcada por la apertura de un proceso de regularización tramposo que promete dejar a la inmensa mayoría de trabajadores y personas inmigrantes en la más absoluta indefensión legal, privadas de los más básicos derechos reconocidos en diversos tratados internacionales.

En este marco, diversas plataformas y colectivos que vienen luchando para revertir este estado de injusticia, convocamos a participar en la manifestación de Atocha a Legazpi. Aspirábamos que esta movilización fuese también una expresión de diversidad y de las distintas sensibilidades políticas implicadas. También una oportunidad para comprometer a la sociedad civil española en la lucha contra este verdadero Estado de apartheid  que se está impulsando.

Sin embargo, el sábado 2 de abril, las calles de Madrid fueron testigos de un hecho altamente preocupante: una parte de los convocantes, consideraron que esa era “su manifestación ” y que por tanto, no iban a permitir que otros colectivos y organizaciones sociales y políticas, se inmiscuyeran en su desarrollo. Pero la situación, ya de por sí bastante grave, probablemente no hubiera pasado de una triste anécdota para el movimiento social madrileño sino se hubiese producido otra circunstancia: nos encontramos con un piquete de seguridad , identificado con pegatinas de una parte de los convocantes, con el cometido de garantizar que los cortejos que no respondían al mencionado grupo, se mantuviesen alejado por “lo menos de 25 metros” hacia atrás (¡esto nos dijeron!).

Como es natural esta situación originó tensiones que si no llegaron a más fue porque primó nuestra responsabilidad política y porque éramos absolutamente conscientes del tremendo  perjuicio que hubiese ocasionado al movimiento social la escenificación pública de un enfrentamiento  de esta naturaleza.

Pero pasado  el momento, desde Derechos para Tod@s , en nuestra condición de ser uno de los muchos colectivos convocantes, nos vemos obligados a manifestar:

 -         Que los errores de coordinación que hayan existido (y que por supuesto asumimos los que nos corresponden), no justifican que sector alguno se considere jamás dueño de ninguna movilización pública, máxime cuando  en la profusa cartelería y propaganda distribuida se hacía un especial llamado a la participación del conjunto de la sociedad civil.

 -         Que la sola disposición de un grupo  de seguridad, que impidió  a veces con violencia física (empujones, barreras para impedir avanzar) el desplazamiento de nuestro cortejo, conlleva una enajenación política increíble, al olvidar - y confundir lastimosamente- que el enemigo de l@s inmigrantes es la Ley de Extranjería, el Reglamento de Regularización y el régimen de exclusión esclavista que propugna, y NO l@s que podemos tener distintas sensibilidades sobre la forma de organizar la resistencia aunque igual radicalidad respecto a su rechazo. 

  -         Hasta ahora creíamos que las medidas de seguridad en las movilizaciones debían adoptarse para defendernos de la represión irracional de los cuerpos de seguridad del Estado (como ocurrió ese mismo día en otro acto reivindicativo). Esta parte del movimiento nos ha venido a expresar que no, que la seguridad física es para defenderse de l@s que aún luchando  por los derechos de l@s inmigrantes aparentemente tienen el problema de no pensar igual que ell@s Esto, francamente, es retroceder a épocas aciagas de historia social.

Por todo ello, hacemos un llamado a la cordura y a respetar la diversidad del movimiento social, porque el 1.300.000 personas que están directamente afectadas, suponen un conflicto social de tal envergadura, que no lograremos ganar si no somos capaces de aglutinar un espacio social amplio y diverso de resistencia frente a este proyecto retrógrado de sociedad implícito en el modelo de regularización que se propone.

 

 Madrid, 4 de abril de 2005