Info DpT
Migración


  
El empresario murciano Lirón sale de prisión y  niega que deba dinero a los temporeros  

Una decena de sentencias refleja deudas de 18 millones que abonará el Fondo de Garantía Salarial  

             
MARÍA JOSÉ LÓPEZ DÍAZ/ "El País" (Lorca,
10 de Enero de 2001) 


Víctor Lirón Ruiz, el empresario y dueño de la empresa Greensol, SL, detenido el viernes en Lorca por la Guardia Civil en relación con la contratación irregular de los 12 jornaleros de Ecuador que perdieron la vida en un paso a nivel el 3 de enero, quedó ayer en libertad sin fianza aunque con cargos. Lirón se exculpó de las imputaciones relacionadas con la contratación ilegal de inmigrantes y alegó que es imposible contratar mano de obra legal en Lorca. En relación con otras causas pasadas, el empresario negó que deba  dinero a inmigrantes. Sin embargo, hay 10 sentencias que lo desmienten.  

Víctor Lirón salió ayer tranquilo y sereno del depósito carcelario de Lorca tras pasar cuatro noches recluido. Deberá acudir todos los  días al juzgado para firmar hasta que se celebre el juicio. Dijo que se siente "cabeza de turco" ante una situación que afecta a "todos" los empresarios agrícolas de la comarca del Guadalentín y a tenor  del trágico accidente que costó  la vida a los 12 ecuatorianos hace una semana y cuyos cadáveres serán repatriados el viernes.  

"No es posible contratar personal legal porque no hay para trabajar en el campo", afirmó el gerente de Greensol. Fuentes de la investigación judicial aseguran que el empresario detenido puede pasar 24 horas más recluido a tenor de unas diligencias abiertas por otro grupo de extranjeros -14 ecuatorianos y cuatro rumanos- a los que Lirón dejó de pagar. Si el procedimiento  penal abierto en la Comandancia de la Guardia Civil sigue su curso, a Lirón podrían caerle hasta tres años de cárcel por un posible delito contra los trabajadores.  

Pero Lirón salió sosegado y agradeció las muestras de apoyo recibidas estos días por "toda la gente". "Me alegro mucho por la manifestación que han hecho [los agricultores], porque tenemos todos el mismo problema y tenemos que probar a ponerle fin". Sobre su relación con el conductor de la furgoneta siniestrada, Noelio Elías León, que sigue su recuperación en el hospital, ya fuera de peligro, Lirón afirmó que le pagaba 5.000 pesetas por cada viaje, además de delegar en él para la contratación de los braceros. "No tengo nada contra los inmigrantes y estaré con ellos en la manifestación de esta noche [por ayer]. Iré con ellos a donde haga falta y con los agricultores", sentenció.  

Pero entre las 800 personas, la mayoría ecuatorianos, que partieron anoche desde la plaza del Óvalo, en Lorca, para recorrer a pie los 70 kilómetros que separan el municipio de Murcia, no se vio a Lirón. La denominada Caminata por la Vida pidió la regularización para los miles de extranjeros residentes en la comarca.  

Quienes sí puede que tengan algo contra Lirón son los 80  ecuatorianos que presentaron el mismo número de demandas contra Lirón por el impago de sus jornales. Amén de las tres sentencias referidas en este periódico existen siete más que corroboran el impago sistemático a sus trabajadores. Los días en prisión han  nublado la memoria de Lirón.  

"Es incierto que tenga sentencias por impago a inmigrantes. No existen", espetó. CC OO calcula en unos 18 ó 20 millones la deuda acumulada por el patrón.  "Como no recurría las sentencias, lo han declarado insolvente y ese dinero lo va a pagar el Estado del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa). Él sigue facturando con empresas fantasmas", aduce el abogado de esos inmigrantes.  

Lirón manifestó haber contado "sólo" con el trabajo de 15 o 20 jornaleros y se desvinculó de la empresa Agrícola Bresol, fundada posteriormente a Greensol y considerada por fuentes de la investigación como tapaderas para contratar a inmigrantes a cambio de un mísero jornal. CC OO y UGT, reunidos con la Inspección de Trabajo en Murcia, solicitaron al Ministerio de Trabajo la 
consideración de accidente de trabajo in itinere al siniestro que acabó con la vida de los 12 trabajadores ecuatorianos.  

La secretaria de Políticas Sociales y Migraciones del PSOE, Consuelo Rumí, calificó de "grave irresponsabilidad" las declaraciones del delegado de Gobierno en Murcia, Joaquín Peñarrubia, a los empresarios en las que les recordaba a éstos la existencia de 1.600 trabajadores españoles del campo "en paro".  

"A algunos les pagaba sólo la mitad, y todavía les debe dinero"

LUCILA CELI FLORES, TRABAJADORA DE VÍCTOR LIRÓN

MARÍA J. LÓPEZ DÍAZ/ Lorca, "EL PAIS" a 12 enero de 2001 

Lucila Celi Flores, una ecuatoriana de 38 años llegada a España en 1997, trabajó para Víctor Lirón, el empresario murciano acusado de atentar contra los derechos de los 12 trabajadores muertos el 3 de enero arrollados por un tren en Lorca, cuando viajaban hacinados en una furgoneta.

Duró sólo un año. De verano a verano; de 1998 a 1999. Pero en esos 12 meses, a Lucila Celi Flores le cambió el cuerpo y la vida trabajando para Víctor Lirón Ruiz. Llegó a Barajas (Madrid) sin papeles, pero había que trabajar para pagar la deuda dejada en su país y enviar, además, algo de dinero a sus tres hijos.

Su relación laboral con Lirón se inició cortando melón. 'No era muy duro el trabajo, para qué te voy a mentir. No nos trataban mal, porque antes de trabajar para él estuve en otra empresa en la que no nos daban ni agua', explica.

Sufrió un accidente laboral al golpearse con una caja de fruta. 'Sangraba por la nariz y el dolor era terrible. Me la taponé y seguí trabajando porque pensé que me mandarían a descansar y no les dije nada. En ese entonces, a las mujeres nos discriminaban mucho y tenía que demostrar que podía', recuerda.

En invierno comenzó a recoger brécol. Lirón ya no pagaba por horas sino a destajo: 5.000 pesetas el palé con 96 cajas de siete kilos cada una: 672 kilos- (la media por persona y día está en unos 700 kilos recolectados).

Cada mañana, temprano, se dirigía a las plantaciones de Greensol junto a 10 compañeros más en una furgoneta conducida por un español que les cobraba 500 pesetas a cada uno por el viaje de ida y vuelta. Los gastos mensuales sólo para ir al trabajo ascendían a 15.000 pesetas para cada uno de ellos.

Ese coste, la deuda con su país, el dinero enviado a sus familiares, el alquiler y la comida en España hacía difícil cubrir los gastos. 'Fue entonces cuando le hicimos a Víctor Lirón una huelga porque no nos daba transporte y negociamos con él. Conseguimos que nos pusiera un autobús grande y otro pequeño', apunta Lucila.

'Lirón siempre nos pagaba a los dos meses y teníamos que ir a buscarlo. Él me veía como la más contestataria del grupo porque cuando lo veía pasar lo abordaba y le preguntaba por nuestros sueldos'.

Había veces, describe Lucila, 'que obligábamos al conductor a que nos llevara por fuerza a las oficinas después del trabajo para cobrar. Y así conseguíamos nuestros sueldos'. Ella no recuerda que le deban dinero, pero reconoce: 'A algunos les pagaba sólo la mitad. Y todavía les debe dinero'. Tras varios accidentes laborales más, Lucila ya no volvió a trabajar con Lirón, el empresario que tiene que visitar a diario el juzgado hasta que se fije la fecha del juicio.