MOVIMIENTO NACIONAL DE EMPRESAS RECUPERADAS

EMPRESAS RECUPERADAS EN ARGENTINA 

  

 

 

La Argentina ha sido el escenario, por más de 28 años, en donde se ha implementado y aplicado sistemáticamente  políticas económicas de corte  neoliberal.  Esto condujo a una situación de crisis estructural cuyo atravesamiento se instaló en todas las dimensiones posibles de la crisis: económica, política, de legitimidad, de representatividad, de hegemonía, de contra hegemonía, y social.
Las medidas políticas, tales como privatización de empresas estatales de servicios, apertura de aduanas a productos extranjeros, sin tener en cuenta medidas de protección nacional, inversiones y prestamos a altas tasas de interés, solapando la especulación financiera de los mercados buitres, todo ello condujo a una des-industrialización del país, con el correlato de desempleo en forma masiva (desempleo superior al 25%), empobrecimiento de más de la mitad de la población
36millones de habitantes- que acrecentó en forma desmedida la brecha entre ricos y pobres.

La concentración de la riqueza fue la dirección en la  que gobierno y mercado se asociaron para instrumentar todo su accionar.


La corrupción fue también estructural, desde adentro en todas las áreas: económico, judicial, social y desde afuera, no faltaron desde luego, socios también para conjurar todo un sistema  perverso en el  que cada día ingresaban a la pobreza y marginación miles de mujeres y hombres de la Argentina.
El país fue así llevado a la tercer-mundialización.

 

Frente a este escenario de carencias, en tanto necesidades básicas y ante la amenaza de un futuro en peores condiciones estaban los trabajadores,  engrosando las cifras de desocupados.

Empresas que cerraban por quiebras, muchas de las veces fraudulentas o bien porque sus dueños las abandonaban. Los trabajadores de algunas de estas empresas optaron por defender sus puestos de trabajo. Tomaron las fábricas abandonadas y decidieron poner en  marcha  la producción de las mismas, recuperándolas y haciéndolas suyas

Estas decisiones no fueron fáciles y significaron toda una serie de acciones de resistencia y lucha de toda índole. Debieron soportar  la represión policial, presiones legales, económicas y sociales.

 

 Movimiento de empresas y fábricas recuperadas: Contexto específico

 

El fenómeno de recuperación de empresas en Argentina se enmarca dentro de los nuevos movimientos sociales de resistencia al modelo neoliberal vigente. Piqueteros, movimiento de desocupados, asambleas barriales, MNER se suman y solidarizan mutuamente constituyendo el tejido asociativo de resistencia y lucha en una Argentina que ha sido desvastada sistemáticamente desde hace ya tres décadas
Ocupar, resistir, producir es la voz  reinvicativa del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, voz que hoy se alza a más de 190 empresas.

Si bien existen antecedentes históricos locales e internacionales, este modo de lucha es inédita, ya que se genera desde un accionar impulsado desde prácticas sociales distante de todo poder económico político. Muy por el contrario la recuperación de empresas y fábricas se generan desde lo que ha excluido, marginado el poder en sus distintas dimensiones.

Son los trabajadores que, despojados de  sus puestos de trabajo, emprenden la lucha de recuperación cuando la patronal deja de pagar sueldos, o abandona las fábricas cuando éstas no  ofrecen la rentabilidad ambiciosa que caracterizó la lógica del empresario en la década  de los 90.

 

 

La estrategia es tan simple y clara que hasta los propios trabajadores se asombran de su accionar cuando reflexionan acerca de lo transitado: RECUPERAR LAS FUENTES DE TRABAJO, algo tan normal,  el derecho a trabajar  hoy deviene en bandera de  lucha frente a la lógica perversa de un capitalismo a ultranza.

 

 

Los instrumentos que se  han implementado para  concretizar las luchas en los diferentes frentes: jurídico, económico, político y social  ha sido el de constituirse en cooperativas.
La  cooperativa es la forma asociativa y legal  que han adoptado para enfrentar al estado y al sistema jurídico, ante la amenaza y decisión de  quiebra de las fábricas por parte del juez/a competente, la posibilidad que se abre en ella es la de ser cedida a los trabajadores.

Por supuesto que esta decisión pertenece a un juez/a y sólo gracias a la presión tenaz de los trabajadores, apoyo de asambleas barriales, comunidades, MTD, diputados y alguna que otra repercusión mediática se ha logrado la recuperación de las diferentes empresas

En todos los casos la forma organizativa es la representación directa y soberana asamblea ría, en donde la horizontalidad es el motor organizativo.

 

 

Que los medios de producción pasen  a manos de los trabajadores resignifica una cultura del trabajo distinta a toda experiencia anterior vivida por los compañeros. La lógica es otra, la autogestión, con su poder en la toma de decisiones,  se contrapone a responsabilidades que antes  sólo le competían a los dueños de las unidades productivas, la igualdad en los ingresos, de todos los trabajadores, deja atrás los salarios según escala  jerárquica, la solidaridad da la espalda a la competencia.

En el espacio físico de la fábrica opera también otra transformación en el plano simbólico. La fábrica es recuperada para abrirse al afuera. La comunidad la hace propia desde distintos lugares: el conflicto deja  de ser exclusivo de los trabajadores y se convierte en una realidad a reivindicar por el barrio, pueblo o comunidad. La fábrica abre sus puertas  para convivir en ella, expresiones artísticas, centros  culturales, centros de formación,  de educación formal (bachillerato para jóvenes y adultos), atención sanitaria. 
La fábrica pasa así a convertirse de un espacio privado a un espacio público.

 

Cada compañero/a que hoy  ha recuperado su puesto de trabajo con esta modalidad ha vivenciado en su subjetividad procesos de recuperación en todos los sentidos posibles: recuperación de la autoestima frente al peligro de engrosar las filas de desocupados, recuperación del sentimiento de compañerismo y solidaridad frente al auge del individualismo exacerbado de la década menemista,  y sobre todo un sentimiento de triunfo que se concientiza ante cada pequeño paso logrado.

Es importante registrar, que si bien existen lideres naturales que provienen de una historia de lucha sindical, la mayoría de los compañeros de las empresas recuperadas no poseen experiencias anteriores de luchas reivindicativas.

Enfrentarse por tanto  a situaciones de ocupación y resistencia de fábricas los ha llevado a aprendizajes nunca imaginados en su historia subjetiva. 

 

El MNER se define como un movimiento autonómico de todo poder y que se ha construido desde el accionar de las bases. Desde sus prácticas han ido construyendo valores contrapuestos a los hoy hegemónicos.  Accionan desde la cotidianeidad y en esa cotidianeidad construyen el futuro, dando prioridad a la sociedad civil sobre el Estado.

 

La lista de empresas recuperadas comprende un espectro de singularidades y cada una de ellas es el resultado de una complejidad para la resolución de las distintas dimensiones del conflicto.

Desde la reciente recuperación de una fábrica de 400 trabajadores hasta  una escuela o una clínica conforman la diversidad y al mismo tiempo la unidad que se inscribe  dentro del concepto de “acontecimiento   según la mirada de Arendt .

Y desde esta mirada el movimiento  nacional de empresas recuperadas es un acontecimiento, una nueva  forma  de resistencia social a lo hegemónico. 

Enlace a la web del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas de Argentina

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