Derechos para Tod@s 
Número 7 
enero - febrero - marzo 2002


Editorial

REFORZANDO LAS GANAS DE CAMBIARLO TODO

Veníamos tocados después del 11 de setiembre. El sangriento atentando, al margen de las dudas que persisten sobre sus autores (y que por supuesto, nunca serán aclaradas), en el terreno político permitió el reposicionamiento del imperio, después del retroceso que había experimentado en Génova.

El atentado disparó una contraofensiva de USA, alineando detrás de ella, a todo el stablishment de gobiernos europeos y del tercer mundo cómplices (salvo honrosísimas excepciones como Cuba, Venezuela y pocos más) y, por supuesto, la máquina mediática y los voceros de la globalización neoliberal. Y a lo de siempre: bombas a destajo sobre Afganistan, en donde en un par meses de acciones "justicieras" se mataron varias veces más civiles, más niñ@s, mujeres, ancianos, que en las torres gemelas. Y se mataron a conciencia, no sólo sabiendo que se los mataba sino sabiendo además que lejos de pertenecer al bando de los feudales talibanes, eran ya las primeras victimas de ese fascismo integrista.

Si analizamos los discursos empleados por Bush y su Estado Mayor, pareciera que el reloj se volvió loco y de pronto, nos despertamos en plena Edad Media: el bien contra el mal, se está con el bien o con el mal, ... En el fondo, la emergencia de un nuevo cuerpo doctrinario para articular la represión a escala mundial: la lucha contra el terrorismo. Y el sherif global impartiendo excomuniones: terroristas los antiglobalizadores, terroristas los que protestan, terroristas los que simplemente son críticos, terroristas los pueblos.

Por supuesto, además, como "efecto colateral" de tantas bombas y muertos, aparecían los cultivos de opio de Afganistan y fundamentalmente una de las reservas petroleras más grande del planeta, la ubicada sobre el Mar Caspio y, consecuentemente, el negocio del oro negro y un oleoducto de mas 1600 km. Curiosamente, Bush nombró a un enviado especial para que representara a los EE.UU. en las negociaciones con el nuevo gobierno. Ese enviado especial fue Jefe de Consultores de Unocal, la firma yankee que está detrás del oleoducto. ¿No es llamativo?.

Como llamativo fuera también que al poco tiempo empezaron a publicarse información acerca de que la economía mundial y la americana habían entrado hacía ya meses en un período incierto de recesión. El llamado a la lucha antiterrorista le ha permitido también a Bush aprobar un presupuesto armamentísta sin precedentes, que suministrará una inyección de billones de dólares al complejo industrial de alta tecnología (como se ha dado en llamar un neokeynesianismo militar).

Y parecía que el terror global avanzaba a sus anchas por el planeta, sin posibilidad de resistencia. Que los difíciles avances realizados desde Seatle a Génova se reducían a nada, que otra vez el imperio era incontestable.

Sin embargo, al poco tiempo, otra vez, descubrimos (bueno, nosotr@s ya lo sabíamos), descubrieron ellos, que la historia tampoco esta vez había llegado a su fin, que los muertecitos nuestr@s reaparecen como pesadillas (de ellos, claro) reinventándose, reviviendo en miles de luchas, atrincherados detrás de esa verdad tan simple y contundente como que otro mundo no sólo es posible, sino que no vamos a parar hasta que lo construyamos.

Y en lo que casi nos sorprendemos a nosotr@s mism@s es en que se recomponga tan rápido el movimiento anti-globalización.

Y llega Porto Alegre, con su cada vez más alegre, más puerto hacia donde ir (por su atrevida y consistente propuesta alternativa). Y cada día le es más difícil al sistema catalogar al Foro de Porto Alegre como "anti". Ya es un tanto a favor. Como una inmensa metáfora de cambio revolucionario: hemos dejado de aglutinarnos simplemente bajo el ser "anti-ellos" para pasar a ser nosotr@s, para pasar a definir e imponer nuestros proyectos de cambio. Cuando ellos empezaron a ser anti-anti-globalizadores, aunque no lo sepan, comenzaron a perder y comenzamos a ganar.

Y finalmente en este panorama no podemos dejar de mencionar a Argentina y la lucha hecha de piquetes y cacerolas. Argentina recorre el mundo como un doble ejemplo

En primer lugar, de resistencia popular contra la expoliación argumentada e impulsada desde el FMI y las transnacionales (por supuestos, las españolas y otra europeas en primerísima línea, a tal punto de ser la inversión directa europea superior a la norteamericana).

En segundo lugar, con el salvaje empobrecimiento extremo de la población (más de la mitad ha pasado a ser pobres y un 20% en la categoría de indigentes por sus ingresos). Nunca una sociedad se había empobrecido tanto en tan poco tiempo. Y estamos hablando de Argentina, un país de inmensos recursos naturales y dotado de una fuerza laboral altamente calificada. En otras palabras, Argentina se presenta como un ejemplo práctico, palpable, de cual es el resultado de la aplicación sistemática de las recetas neoliberales.

Por supuesto, el escenario argentino es dramático. La fuerza de la reacción, las bandas fascitas y la presión del FMI y de Bush son asfixiantes y no se pararán en minucias a la hora de evitar que el país se encamine a una transformación popular que toda la sociedad está reclamando (¡que se vayan todos! es la consigna). Desde aquí, además de respaldar la lucha y la resistencia de ese pueblo hermano, nos queda la tarea de desmontar el argumento falaz, cínico y oportunista de Aznar y el cortejo europeo, que por un lado culpan "a la corrupción" (como si ellos y sus multinacionales no estuvieran metidos hasta el cuello en los negocios sucios del menemismo) para salvar al "modelo". Y como si todo esto fuera poco, además de dar lecciones de moral, vuelven a mentir al decirnos que la lucha de l@s argentin@s son las culpables de que a la bolsa española (y se supone que con ella a l@s españoles) le vaya mal.

Tiempos duros recorren el planeta. Pero lo que ellos todavía no han aprendido es que no hay superficie más dura que la alegría, la utopía, las ganas de cambiarlo todo.