INFORMACIÓN
DE LA SOCIEDAD: UNA TESIS DE LA PROVOCACIÓN
Oscar Arriaga
El título por supuesto, no es una traducción desprevenida
del inglés (Information Society) que tanto se lleva en estos
tiempos. No. Lo que quiero decir es exactamente eso, que necesitamos
más información de la sociedad que se está construyendo
bajo nuestros pies (y esto podría dar lugar a la broma fácil,
quien nos está moviendo el piso) o sobre nuestras cabezas, da
igual.
Claro que aquellos que no tienen porque saber la trayectoria de los
que alguna vez -en el fiap, en otras tribunas- pretendimos ser "críticos",
tampoco entenderían bien si además digo que pretendo darle
una vuelta de tuerca más a la retórica y que desde estas
líneas querría antes que nada ser "auto-crítico".
Vamos a ver si me explico.
Crítica
a la crítica de la sociedad de la información
Y también este subtítulo podría haber sido
un buen título para lo que quiero expresar.
Cuando Delors, en la que ya parece lejana década de los 90's,
dio carta de ciudadanía europea al concepto de "Sociedad
de la Información" a modo de respuesta de esta parte del
mundo al desafío lanzado desde el otro lado de océano,
desde la visión "crítica" muchos intelectuales,
muchos estudiosos o simple trabajadores vinculados al sector de las
nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones
(TIC) tratamos de salir al cruce de lo que entonces llamábamos
el "papanatismo tecnológico". O sea, la versión
tecno-cientificista del pensamiento único neoliberal que por
entonces se denunciaba en el pensamiento social y político progresista.
Advertíamos que no había un camino "necesariamente
virtuoso" de progreso tecnológico, escuchábamos con
recelo aquello de que esta oleada tecnológica bastaba para lanzar
un nuevo ciclo largo de crecimiento de las economías de mercado
(las olas de Kondratieff o similar), decíamos que había
oportunidades pero también importantes riesgos (infopobres, nuevas
formas de exclusión social y laboral, etc.). Que el acceso global
a la información podía ser también una globalización
"agresiva" de nuestras formas de vida y culturas, etc.
Y no es que la crítica fuese equivocada, al contrario estaba
sobradamente acertada (hoy lo podemos afirmar sin tapujos). El problema
era otro. Y aquí enuncio mi intento de "tesis provocativa":
nuestra crítica se orientó a aspectos superficiales, secundarios,
no esenciales al modelo de sociedad que bajo el alias de "de la
Información" se estaba construyendo. Y al (des)enfocar así
nuestra crítica, lo que hicimos fue convalidar el modelo regresivo
de sociedad que se estaba pergueñando.
Nos integramos en el ala crítica, "juvenil", rebelde
de pensamiento, que al no cuestionar en profundidad las bases del ordenamiento
que se estaba fraguando, contribuimos a convalidarlo otorgándole
la aureola de "democrático" en la medida que allí
estabamos aunque la mayoría tolerante de intelectuales (orgánicos,
funcionales al modelo), de los medios que repetían la buena nueva
revelada de la felicidad de los bits redentores, aunque hacían
caso omiso de estos díscolos, allí los dejaban democráticamente
para que siguiesen su prédica.
Después
del 11-S
Esta sociedad real, palpable, la que asiste (legítimamente)
conmovida a la inmolación de miles de vidas "del norte"
en el salvaje atentado a las torres gemelas, sin embargo, es dramáticamente
la misma que después mira distraída (a lo mejor por los
villancicos navideños, por las luces esparcidas en todas las
grandes capitales anunciando las obligadas compras y luego las rebajas,
luego... el consumo, o sea, eso que no nos distraigan, por favor) mira
para otro lado cuando centenares de miles de víctimas (curiosamente
también víctimas de mismo régimen feudal que derrumbó
las torres) caen abatidas por las bombas, el hambre, el frío,
las efermedades, el vagar por desierto escapando de la metralla y de
las fronteras infectas de alambres de púas y de palos que los
rechazan como si la lepra fuesen. Niños deshechos que ninguna
cadena multimedia nos mostró, mujeres despanzurradas sin haber
tenido todavía la oportunidad de haberse sacado el velo que les
cubría el rostro y la vida. Víctimas de los mismos crueles
pagando con sus vidas las tropelías de sus amos. ¿Quién
puede explicar esta ampliada atrocidad para responder a la otra?.
Sin embargo, si esta guerra no la hemos visto/sentido, lo que si ha
quedado claro después del 11S es que esta sociedad no está
globalizada, si por globalizada entendíamos una sociedad interconectada
"horizontalmente" como nos hacía presumir el paradigma
de Internet. No es una sociedad con la información al alcance
de todos.
Es simplemente una sociedad globalmente controlada por una única
superpotencia, para colmo, con desigualdades como nunca se han conocido
en la historia de la humanidad (ver el Informe sobre el Desarrollo Humano
2001 de la nada sospechosa -al menos en esto- ONU), con una subordinación
de cualquier concepto de ética, de dignidad humana, de solidaridad
entre la gente y los pueblos a los designios del mercado y las grandes
corporaciones.
Pero ...¿apareció por generación espontánea
este modelo de sociedad?. Evidentemente NO. Crecía mientras nos
enzarzábamos en discusiones (menores) sobre los riesgos de la
llamada Sociedad de la Información, se consolidaba mientras discutíamos
hasta donde Internet iba transferir su paradigma horizontal y democrático
de red de redes al conjunto de las estructuras sociales. He aquí
la ingenuidad de la que pecamos. Por analizar la Sociedad de la Información
nos olvidamos de analizar la sociedad real, la de las grandes corporaciones,
la de los intereses económicos, políticos y militares.
¿Cometeremos
el mismo error en el futuro?
Ahora, ante las evidencias se rinden hasta los propios voceros
del modelo de globalización neoliberal en curso, revelando que
la tendencia recesiva mundial no fue producto del 11S , sino que este
fatídico día apenas fue la excusa para "blanquear"
las profundas tendencias recesivas que ya lastraban a la economía
real. Sale también a la superficie algo más importante
todavía: no había crecimiento indefinido , no había
panacea garantizada, salvo para una minoría cada vez más
minoritaria
Y el famoso "relanzamiento" del ciclo económico obra
de las TIC ha sido reemplazado en forma pragmática por lo que
la prensa mundial general y especializada comienza a llamar "el
keynesianismo militar". Es decir, eufemismos aparte, tirar de la
economía creando una demanda que por supuesto no es el consumo
de los sectores populares de las sociedades, no es ampliar el gasto
social, no es mejorar el medio ambiente del planeta, no es aumentar
el gasto en educación para hacer que el acceso a la información
sea el acceso a una Sociedad del Conocimiento. No, nada de eso. Es movilizar
desde el Gobierno de los EE.UU de Norte América, billones (millones
de millones) de dólares para el desarrollo de armas y tecnología
bélica.
Y esto tiene muchas consecuencias, aunque me limito a señalar
algunos temas que deberíamos debatir para que la crítica
no sea otra vez la cortina de humo que viene a legitimar al sistema:
- El verdadero
racimo (cluster) de tecnologías innovadoras se ordenará
según la lógica de la desvastación, al ser impulsado
desde el gasto militar de la (única) potencia hegemónica
con que empieza este tercer milenio.
- Las TIC han dejado de ser "centrales"
en el nuevo paradigma tecnológico. La centralidad es el concepto
de "bélico" y constituirá una amalgama amplia
de nuevos desarrollos con potencialidad de destrucción masiva
(dominación global) o selectiva (represión, seguridad),
según los casos. Aviónica, satélites, laser, nuevas
formas de energía, biotecnologías, las claves de la vida
humna y el control del clima como armas, etc., se integrarán
con las TIC en un nuevo concepto de "núcleo tecnológico
duro".
- La información, en cuanto tecnología
y "materialización" de vida social, queda subordinada
a esta lógica global.
- La globalización ha demostrado ser una
cosa totalmente distinta a la utopía de la Internet sin fronteras.
Incluso, en la medida que Internet contradiga las nuevas reglas, será
"re-inventada". Por ejemplo, tecnologías de control
exhaustivo de la información que circula por ella, re-ordenamiento
de topologías para hacerlas jerárquicas, coincidiendo
los nodos con los centros de poder real.
- Finalmente, advertir que a pesar de las críticas
que en su momento hicimos al intento de "crear desde arriba"
la Sociedad de la Información a través de las "macroiniciativas"
(teleeducación, telemedicina, administración en red, banca
en el hogar, etc.), al menos, eran intentos de alcanzar masas críticas
en la demanda mediante aplicaciones de las TIC que reingenierizaran
(desequilibradamente) la satisfacción de necesidades sociales
reales. En el nuevo escenario de tecnologías duras de este keynesianismo
militar no es dificil afirmar que las "aplicaciones sociales"
serán cosas del pasado y que la necesidad de campos de experimentación
y prueba a gran escala para las tecnologías bélicas no
son un buen augurio para la paz y la vida.
A modo de conclusión
Se que las ideas anteriores pueden parecer demasiado pesimistas
y alarmistas. Puede ser. Pero también puede ser que a nuestro
pretendido pensamiento crítico le inyectaran un virus para que
el que el antivirus de la la dignidad humana y de la independencia de
pensamiento aun no tenían desarrollada ninguna respuesta apropiada.
No me extrañaría, cosas peores estamos viendo en estos
días.
Por eso, por las dudas, he decido no creerme esto de la sociedad de
la información (con minúscula hasta nuevo aviso). Al menos,
hasta no tener más información sobre la sociedad con que
nos estamos desayunando el milenio ¿vale?.
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