UN
CANTO CONTRA LA GUERRA
Texto de la participación de Luis Arteaga
(conocido cantautor panameño), en la Asamblea fundacional del
Movimiento contra la Guerra, por la Justicia y la Paz de Panamá,
en nombre de la Organización Política de Nuevo Tipo, de
aquél país latinoamericano.
Amigos y Amigas, hoy no
vengo armado de guitarra para disparar canciones.
Hoy me toca dirigirme a ustedes como ciudadano, como ente político,
como miembro y vocero de un grupo de mujeres y hombres que aspiramos
a construir una Organización Política de Nuevo Tipo
que reúna las más elevadas aspiraciones del ser humano
y del ser panameño: equidad, justicia, soberanía, solidaridad
y, por qué no, también libertad, para proponerse como
organización y proponerle al movimiento social y popular el realizar
esas aspiraciones a partir de la consulta, del compromiso colectivo
y de la participación democrática, a través de
una lucha sin prisas pero sin pausas, sin dogmas pero con la brújula
que nos brindan el socialismo científico y el ejemplo de los
hombres y mujeres quienes, dentro de nuestro país y en otras
latitudes, han ofrendado su vida a la causa de la liberación
de las personas oprimidas.
La OPNT repudia y denuncia como criminales e inadmisibles los
actos terroristas realizados el pasado 11 de setiembre en varias ciudades
de los Estados Unidos y que dejaron como saldo la muerte de miles de
víctimas, y otros tantos heridos, y que ha servido como excusa
para el despido masivo de empleados de cientos de empresas norteamericanas
y del tercer mundo. Este genocidio ha vulnerado la vida de gente trabajadora,
de inmigrantes, de personas ajenas a, y hasta víctimas de la
política de agresión y dominación del imperialismo
norteamericano y ha permitido al régimen justificar el refuerzo
de esa política, brindándole en bandeja de plata la oportunidad
de darle cuerpo y fisonomía al nuevo enemigo internacional que
el Documentó de Santa Fe No. 4 recomendó al gobierno de
G. W. Bush que se inventara ante la caída de la Unión
Soviética. Se trata, pues, de una medida inaceptable y deleznable
desde el punto de vista humano y absolutamente estúpida desde
el punto de vista político y revolucionario.
Pero también rechazamos como única verdad la tesis de
que toda la responsabilidad recae sobre los hombros de Osama Bin Laden,
no porque se trate de una hermana de la caridad, sino porque fue él
el mejor aliado de los Estados Unidos en la lucha contra la ocupación
soviética a Afganistán, cuando el consejero de seguridad
nacional Brezinski le explicaba a Jimmy Carter que era "el momento
de dar a la URSS su guerra de Vietnam". Osama Bin Laden y el grupo
de los Talibán fueron considerados por Washington, en su momento,
"combatientes por la libertad", igual que lo hace hoy con
los dirigentes de la Alianza del Norte que, en los años noventa,
condujeron campañas de violaciones masivas contra las mujeres
de Kabul y convirtieron en esclavas sexuales a las mujeres de la etnia
Shia. Además, rechazamos el que un solo gobierno reclame para
sí y ante sí el derecho de perseguir gobiernos e individuos
sin contar con los mecanismos establecidos por el Derecho Internacional,
toda vez que ese mismo gobierno se niega a apoyar la conformación
de un tribunal penal internacional, llegando al punto de declarar enemigos
a todos los que se atrevan a disentir de su opinión y sus acciones.
Debemos denunciar el criminal bombardeo contra el pueblo afgano y la
precaria situación en que millones de hombres, mujeres y niños,
presas del pánico, se encuentran en los campamentos de refugiados
establecidos en las fronteras de aquél país. Bombardeo
y campaña bélica que no busca la liberación de
las mujeres afganas de la opresión machista de los fundamentalistas
islámicos, pues uno de los principales aliados de los norteamericanos
es el reino árabe saudí, cuyas mujeres no pueden conducir
automóviles y cuyo monarca cambia de esposa cada año;
tampoco busca la instalación de un régimen democrático,
pues sus aliados son la monarquía de Arabia Saudita y la dictadura
de Pakistán; y tampoco busca la consecución de la justicia
para con las víctimas del 11 de setiembre, sino la solución
de un problema intolerable para el imperialismo, como lo es la imposibilidad
de construir un oleoducto a través de Afganistán hasta
un puerto de Pakistán, toda vez que los Estados Unidos importa
el 60% del petróleo que consume, y mucho de ese petróleo
procede del Golfo Pérsico, en cuya región se encuentra
el 65 % de las reservas petroleras del mundo, aparte de que la tercera
reserva mundial de petróleo y gas se encuentra en el Mar Caspio
y las Repúblicas Centroasiáticas. No es casual que Condoleeza
Rice, principal asesora de la administración Bush, haya sido
directora de la Chevron, y que tanto Bush como Blair y Putin estén
vinculados al mundo del petróleo.
Desde la Organización Política de Nuevo Tipo condenamos
la abyecta y temeraria posición del gobierno panameño
de sumarse como furgón de cola al proyecto guerrerista norteamericano,
sin atender a la seguridad de la población ni a la necesaria
neutralidad de nuestra vía acuática y de nuestro territorio.
Igualmente condenamos la criminal ocupación israelí de
los territorios palestinos y la masacre de que son víctima sus
pobladores. Aquí está la génesis del odio y el
extremismo antijudío y antinorteamericano: en la consistentemente
criminal e injusta política del Estado israelí contra
el derecho de los palestinos a constituirse en Estado, apoyada por los
gobiernos de los Estados Unidos.
Por todo esto, nuestra organización invita a esta Asamblea a
convocar a una manifestación contra la Guerra, por la Justicia
y la Paz, que coincida con las movilizaciones que internacionalmente
se están realizando en este mismo sentido. El pasado sábado
27 de octubre, cuando debió realizarse la primera convocatoria
de nuestro movimiento, miles de personas en 75 ciudades de los Estados
Unidos y en 120 convocatorias de 20 países diferentes, inundaron
las calles para exigir el fin de los ataques norteamericanos a Afganistán.
Ese mismo día, la Cruz Roja, después de ser bombardeada
"por error" dos veces en el mismo día, se unió
a las voces del mundo que exigen el cese de los bombardeos. Esta jornada
internacional se realizó en ciudades como Madrid y Valencia en
España; Washington, Nueva York, Los Angeles, San Francisco, Atlanta
y Boston, entre otras de los Estados Unidos; Vancouver en Canadá;
Manchester en Gran Bretaña; Caserta, Padua y Venecia en Italia;
Hiroshima en Japón; Wellington en Nueva Zelanda; Pretoria en
Sudáfrica, y Berna en Suiza. Es necesario realizar una labor
de orientación y movilización de la opinión pública
panameña para contrarrestar la campaña malinformadora
dominante, y vincular nuestro actuar al de las organizaciones que, alrededor
del mundo, se manifiestan contra la guerra. Por ello proponemos a la
familia universitaria y a esta Asamblea la realización de una
vigilia en la Universidad de Panamá el próximo miércoles
14 de noviembre, víspera del inicio de la celebración
islámica del Ramadán.
La paz no es una quimera ni un buen deseo. Sólo la justicia y
la equidad podrán permitirnos construirla. Muchas Gracias.
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