Derechos para Tod@s 
Número 3 
febrero - marzo - abril 2001


  

BREVE HISTORIA DE UN ENCIERRO
(En el Colegio Mayor Chaminade, de Madrid)


Derechos para Tod@s

Murcia era un encierro y nuestra preocupación fundamental era el cómo hacer frente a una necesaria solidaridad urgente y eficiente con l@s compañer@s que en uno y otro pueblo murciano (cómo posteriormente en València y Barcelona), se encerraban y luchaban día a día por tirar abajo la Ley de extranjería y conseguir hacer realidad la reivindicación de "Papeles para todos y todas".

Así llegamos a una reunión el pasado día 16 de Enero en la sede de la Asociación Rumiñahui, a la que fuímos invitad@s por una de las asociaciones integrantes de "Papeles para Todos". En ella, l@s Rumiñahui plantearon un encierro, con poco éxito inicial, pués la única organización de las presentes ese día que estuvo de acuerdo en ello fue Derechos para Tod@s. Para nuestra sorpresa aparecieron propuestas del tipo de "fletar un autobús para Lorca y apoyar a l@s encerrad@s, planteando su salida dignamente ..." y otras, pero lo del encierro en general no lo veían.

La única propuesta de lucha sobre la mesa era la de esa asociación hispano-ecuatoriana ..., y no sin una cierta sorpresa, puesto que la información que nos habían transmitido sobre su intervención en estos temas, no era muy coincidente con lo que pensamos nosotr@s.

Pero era tiempo de actúar y allí estabámos el día 17 por la noche en el Colegio Mayor Chaminade un grupo de un@s 30 emigrantes ecuatorianos, y también argentinos, panameños y marroquíes.

Y conseguimos entre tod@s el generar solidaridad activa y solidaridades más amplias, como así ocurrió. Aparecieron por el encierro, además de multiples gentes independientes, militantes de todo el arco social, desde el más moderado hasta el más radical.

El efecto inicial que pretendíamos con el encierro, el primero fuera de Murcia, pensamos que se cubrió pués el efecto medíatico y de repercusión social de un encierro que fue protagonizado por emigrantes sin papeles y que solidarizó e implicó a casi toda la expresión pública madrileña contraria a la Ley de Extranjería fue enorme.

Obviamente también creémos que tendríamos que haber seguido hacia adelante, en un encierro indefinido, pero lo cierto es que much@s de l@s compañer@s encerrad@s tenían cierto miedo por su situación sin papeles, miedo aumentado por otras personas del entorno y también de fuera del encierro ..., y en esa situación era difícil otra salida que la del día 23: ya con la Ley de Extranjería puesta en marcha.

Pero, en cualquier caso, la sociedad madrileña se levantó un día 18 de Enero con un encierro que la despertó más de su aletargamiento y conformismo ante una Ley que ha generado 200.000 desaparecid@s. Y las coincidencias o diferencias que tuvieran las gentes que compartían ese pequeño lugar del Chaminade, jugaron un papel de segundo orden..., mejor dicho: no jugaron ningún papel.

El día 23 y con una salida emotiva y simbólicamente impresionante (organizada maravillosamente bien por l@s compañer@s del Movimiento de Resistencia Global) terminó el primer encierro en Madrid y se abrieron las perspectivas para otras muchas luchas más que han venido después.

Entre las paredes y sillas del Colegio Mayor Chaminade quedaba marcado para siempre un impulso irrefrenable: nunca más la desigualdad, la injusticia, la marginación o el racismo. Y dos días después, el 25 de Enero, el Ateneo de Madrid rebosaba de emigrantes y gentes solidarias que se encontraron para compartir solidaridad, lucha y emoción con Jenny Loor y Narcisa Pijal, emigrantes ecuatorianas en Lorca y Madrid, con los marroquíes Mohamed Mrabet (miembro de ODITE de Granada) e Isam Al Asad y con David Hernández, miembro de la Plataforma de la Inmigración de Molina de Segura, junto con el director de cine Juan Antonio Bardem. Tod@s ell@s presentad@s por Mónica Mausque, miembro de Derechos para Tod@s y portavoz de l@s encerrad@s en el C.M. Chaminade.

El acto convocado por Derechos para Tod@s y ODITE reflejó mediante sus intervenciones, preguntas, masiva presencia, pero también a través de su emoción (a veces ni siquiera contenida), la fuerza social y humana que emergió en Murcia, pero que ya empieza a atravesar todo el país.

Seguro que nos quedan muchos días de sacrificio, sinsabores y momentos duros, pero también es seguro que, más temprano que tarde, conseguirémos lo que es justo: echar fuera la Ley de extranjería y conseguir papeles para todos y todas.

Mientras, otros muros y otras paredes nos esperan hasta la victoria.