Derechos para Tod@s 
Número 17
noviembre - diciembre 2003




LA COCA COLA EN COLOMBIA
"EL PRODUCTO NEGRO, UN SÍMBOLO DEL IMPERIALISMO"

 

Ana Fiol, de Colombia Solidarity Campaign (www.colombiasolidarity.org.uk)

‘Coca Cola es la primera empresa en represión y explotación del movimiento obrero. Es la empresa modelo de la globalización y es una de las empresas modelo de la superexplotación’. Luis Eduardo Garcia, Sinaltrainal, Colombia.

Luis Eduardo García es un dirigente colombiano del Sindicato de alimentos y refrescos SINALTRAINAL. Estuvo en Gran Bretaña como parte de su gira internacional de denuncia a la Coca Cola, por explotación, asesinato y ‘desplazamiento’ de sus trabajadores y gremialistas. Sostuvimos una charla larga, con arepas y chocolate en Brixton, el barrio negro del sur de Londres, favorito de la policía.

Luis Eduardo tiene 49 años y desde hace 25 trabaja para Coca Cola. Labora ocho horas por día como distribuidor de la empresa y en su propio tiempo es responsable del área de derechos humanos del sindicato.

"Usted sabe", me dice, con un hablar pausado y expresión concentrada, "en Colombia ser dirigente sindical es una actividad de alto riesgo ya que pensar diferente al modelo, oponerse al FMI, oponerse a los abusos del estado colombiano y oponerse a sus reformas en seguridad social, pensiones, laboral y oponernos a la globalización de las trasnacionales, implica que nos relacionen con la rebelión armada y digan que la nuestra no es una lucha sindical".

SINALTRAINAL y el Foro Social Mundial lanzaron en julio de este año, un boicot internacional contra la trasnacional Coca Cola, que en estos meses ha crecido para incluir a los estudiantes norteamericanos y a los trabajadores del acero (United Steel Workers), sectores sociales y comunidades en Colombia, México, Brasil, Canadá, Irlanda, Escocia, Londres, Gales y a trabajadores de Coca Cola organizados en Kerala, India.

El boicot crece en solidaridad, en denuncia y en resistencia a las políticas de Coca Cola. Según explica Luis Eduardo, ‘la propuesta de boicot no pretende acabar con la empresa, sino con sus políticas agresivas de discriminación y muerte. Y es Coca Cola la que define hasta cuándo durara esta campaña que han iniciado las organizaciones internacionales, porque en sus manos está la solución. Nosotros ya colocamos los muertos, los presos, los desplazados y los desempleados. Ahora que ella coloque en manos de SINALTRANAL y de una comisión internacional la solución a este conflicto que ella misma ha generado’.

Cada año en Colombia son asesinados más sindicalistas que en todos los países del resto del mundo sumados: 4500 durante la década del 90, 130 en 2000, 150 en 2001[1].

En los últimos 10 años 19 dirigentes de SINALTRAINAL fueron asesinados, 48 trabajadores afiliados al sindicato fueron ‘desplazados’ (en Colombia desplazado es quien debe abandonar junto a su familia, su trabajo y localidad en menos de 24 horas so pena de muerte) dos exiliados, dos desaparecidos, 65 amenazados y muchos detenidos injustamente.

‘Coca Cola es la primera empresa en represión y explotación del movimiento obrero. Es la empresa modelo de la globalización y es una de las empresas modelo de la superexplotación’, asegura Luis Eduardo.

De sus 20 plantas embotelladoras en Colombia, Coca Cola ha despedido 10.000 trabajadores en los últimos 12 años y los ha reemplazado por contratos temporales (contratos basura), que obligan a trabajar 12 y 14 horas diarias todos los días de año, sin beneficios de salud o retiro. Para convertirse en una industria sin gremios y por ende sin derechos laborales, Coca Cola ha seguido una política consecuente de hostigamiento, represión y muerte en colaboración con los paramilitares colombianos.

La trasnacional cerró 10 centros embotelladores y los ha convertido en centros sólo de distribución. Está creando mega plantas, que son plantas gigantes y centralizadas que se encargan de producir para regiones. Aplica las maquilas y subcontrata algunas actividades a otras empresas que usan mano de obra casi esclava. Los obreros, explica Luis Eduardo ‘tienen que comprarle a Coca Cola lo que en Colombia llamamos la dotación, la ropa de trabajo, tienen que comprar los elementos de seguridad industrial. El 86% de los trabajadores de Coca Cola está en esas condiciones. El 14% somos trabajadores directos y de ellos un 8% esta afiliado a Sinaltrainal’.

Para detener las acciones criminales de una de las trasnacionales más grandes del planeta, Sinaltrainal ha presentado una demanda penal contra Coca Cola ante la justicia en Florida, Estados Unidos, invocando la ley Aliens Torts Claims Act de 1789. ‘Imagínese’, me dice, ‘la solidaridad internacional nos ha mantenido vivos como organización sindical y como personas. A raíz de la impunidad en Colombia, la justicia es proclive a las multinacionales y nuestras oportunidades de justicia son muy pocas. Coca cola está un poco preocupada, no pensó que los obreros llegaríamos a estos espacios’.

El boicot es el fruto laborioso de tres Audiencias Populares Internacionales realizadas en año pasado en Estados Unidos, Bélgica y Bogotá, en Colombia.

Durante esas Audiencias los trabajadores de SINALTRAINAL y las familias y las viudas de los obreros asesinados dieron testimonio y ofrecieron pruebas sobre la guerra de Coca Cola contra en sindicato y los derechos humanos de los trabajadores.

Coca Cola, la chispa de la muerte.

En el mes de mayo de 1886 la farmacia Jacobs de Atlanta puso en venta el primer vaso de Coca Cola, bebida preparada con hoja de coca, nuez de cola, cafeína, unas esencias y varios aceites. Hoy, la Coca Cola Company utiliza hojas de coca en su famosa fórmula 7 X, para lo cual, todos los años importa 500 toneladas de hoja de coca desde Perú y Bolivia[2].

Cuenta Luis Eduardo que ‘Coca Cola llegó a Colombia hace 60 años cuando ya existían embotelladoras de refrescos regionales y nacionales. Se estableció en Cali y se extendió a Santander. Los obreros trabajaban en condiciones inhumanas, muchos dormían en las bodegas y comían en las plantas. En 1952 los obreros organizan en primer sindicato y empiezan los despidos y las persecuciones’.

Coca Cola es la sexta empresa de Colombia de alimentos y refrescos.

De las 20 plantas que tiene en Colombia, 17 son de Panamco Colombia S.A. Las otras tres, ubicadas en Florencia (Caquetá), Leticia (Amazonas) y Carepa (Antioquia) son manejadas por particulares. Coca Cola no acepta públicamente que es la dueña de las plantas y esconde su relación con ellas tras varias fachadas legales.

Los trabajadores de estas embotelladoras están organizados en Sinaltrainal, fundado en 1982, aunque sus raíces tienen más de 50 años, cuando con la llegada de Nestle a Colombia se formó el primer sindicato de base. Sinaltrainal agrupa a los trabajadores de trasnacionales como Coca Cola, Nestle y Corn Products Corporation, además de algunas empresas nacionales.

"En Colombia SINALTRAINAL es parte del movimiento obrero", explica Luis Eduardo, "somos parte del movimiento antiglobalización, somos parte de la resistencia al ALCA que arruinará lo poco que queda de la industria nacional. El ALCA significará el despido inmediato de 40.000 trabajadores, el cierre de la pequeña industria y estaremos en una condición de dependencia alimentaria. Están monopolizando la tierra. Las multinacionales están comprando las tierras de las que los paramilitares han desplazado cientos de miles de campesinos".

En 1992, recuerda Luis Eduardo García, "José Gabriel Castro, el gerente de Coca Cola en Bucaramanga reunió a los trabajadores para decirles que en el futuro, cualquier reclamo sindical sería considerado un acto de terrorismo. A partir de ese día, los trabajadores, los dirigentes y los activistas hemos sido constantemente perseguidos por los paramilitares".

En 1995 la empresa decidió suprimir los beneficios de salud a las familias de los obreros. "Cinco trabajadores nos vimos obligados a ir a la huelga de hambre’ explica Luis Eduardo. La huelga de hambre duró seis días y obligó a Coca Cola a retroceder. Pero, al día siguiente, José Ignacio Quiroga, un gerente de la empresa se apersonó en la planta ‘para decirnos, que la huelga había tenido costos y…que nos preparásemos a pagarlos".

Es probable que el funcionario de la multinacional se estuviera refiriendo exactamente a lo que pasó después: Coca Cola acusó a SINALTRAINAL y a una lista de trabajadores de poner una bomba adentro de la fábrica. Como consecuencia, el 5 de marzo de 1996, Luis Eduardo y dos compañeros fueron detenidos dentro de la empresa.. Para Luis Eduardo, la experiencia de la cárcel fue muy dura. Después de seis meses en la cárcel modelo de Bucaramanga ‘con pruebas y testimonios pudimos demostrarle a la justicia y a Coca Cola nuestra inocencia, y que la empresa había hecho un montaje para eliminar al sindicato, restarle credibilidad y deslegitimarnos. La justicia colombiana dejó vencer los términos de nuestras demandas y el fallo final dice que Coca Cola no tiene que ver con los hechos. Nuestra detención sobre pruebas falsas y fabricadas quedó en la impunidad’. Si bien la empresa nunca les pagó los salarios de los meses de cárcel, tuvo que reincorporarlos.

En Carepa, un departamento de Antioquia que está copado por los paramilitares y la extrema derecha, Coca Cola tiene una planta. Desde siempre, Coca Cola ha tratado de eliminar al sindicato, despidiendo trabajadores en algunos casos o intentando comprarlos en otros, para que renuncien a la vida sindical. Sin embargo, dice Luis Eduardo, ‘los trabajadores de la planta de Carepa hacían resistencia a pesar de todo, porque ellos también habían construido la empresa con su esfuerzo y años de labor. Por eso, en 1995 empieza una secuencia de asesinatos a los obreros directivos del sindicato…matan a cinco, a dos de ellos dentro de la planta. Un día ingresan los paramilitares a la planta con toda libertad, reúnen al personal y les entregan una carta en la que intiman a renunciar en 24 horas y ‘desplazarse’ a todos los obreros sindicalizados. Quemaron y saquearon la sede sindical. Todos los afiliados al sindicato renunciaron. Las autoridades de la localidad ayudaron a algunas familias y trabajadores a embarcarse en los buses para evitar que fueran asesinados. Las familias ahora están en la ciudades, desempleadas, algunos hijos están en las calles mendigando para sobrevivir. La sede sindical fue saqueada y quemada por los paramilitares y hoy en día ya no podemos recuperarla. Sinaltrainal ya no tiene presencia en Carepa’.

Toda esta agresión contra los trabajadores sindicalizados de Coca Cola los ha convertido en lo que Luis Eduardo define como un sindicato pequeño: "Éramos 5.300 afiliados y todo este fenómeno de guerra, de violencia, de penalizar la actividad sindical, de asesinar sus dirigentes, de despidos injustos, de presionarlos para que renuncien al sindicato visitando a sus familias para amenazarlos. Hoy en día tenemos 2000 trabajadores nomás, pero aunque nos persigan y seamos pequeños no vamos a renunciar a la defensa de la vida, del trabajo y a nuestros principios de clase".

La siguiente vez que nos encontramos, Luis Eduardo y yo estábamos en un río de gente que corría por todo el centro de Londres hasta Trafalgar Square. Más de 200.000 gargantas festivas y furiosas contra la visita del emperador. Luis Eduardo llevaba una pancarta que decía Killer Coca Cola y una camisa roja con la leyenda: Stop Drinking Coca Cola. Eso es, nuestra simple colaboración con su lucha contra los poderosos de la tierra: Dejemos de beber Coca Cola!

Notas:
[1]] Datos de Amnesty Internacional en www.amnesty.org
[2] Presumiblemente, esos NO son los cultivos que los ejércitos de Perú y Bolivia, junto con la DEA, la CIA y otras dependencias del gobierno de USA, rocían con agro tóxicos prohibidos: agente naranja, glisfosfatos, etc.