Derechos para Tod@s 
Número 15
junio - julio - agosto 2003



REFUGIADOS DE LA GLOBALIZACIÓN

A. Sivanandan, Institute of Race Relations- London (Traducción para Rebelión.org, de María Luján)

 

La distinción entre refugiados políticos y migrantes económicos es falsa - susceptible de diferentes interpretaciones en tiempos diferentes. Occidente es totalmente feliz de tomar migrantes económicos si son hombres de empresa (con el requisito de 250.000 libras esterlinas), profesionales o técnicos. Necesita gente altamente capacitada, y preferentemente listos. Occidente da la bienvenida a los magos del computer del "sillicon valley" de Bangalore pero no quiere gente perseguida de Sri Lanka o de Punjab. Es a ellos que llama migrantes económicos - con todas las connotaciones de mendicantes y aprovechadores -.

Del Capitalismo Industrial al Capitalismo Global


Occidente no necesita, como en la era de postguerra, una reserva de trabajo - no especializadaa sus puertas. Como las economías variaron de la era del capitalismo industrial a la era del capitalismo global, las empresas trasladaron sus plantas a otros países buscando la fuerza de trabajo no calificada al más bajo costo posible. Pero donde ellos todavía necesitan trabajo no calificado en el mercado interno - en la agricultura estacional y en el fluido sector de servicios - aún requieren ese tipo de trabajo temporario y barato. Los sin derechos y los ilegales les encajan con precisión.

Irónicamente, es también la globalización, con su demanda de mercados libres y desregulación de las condiciones de comercio, lo que está erosionando la distinción entre lo político y lo económico en todo el mundo. El estado-nación, particularmente en el Tercer Mundo y en el Este, es el agente del capital global. Es el capital el que decide qué producir, dónde, qué cultivar, dónde y cómo. Y, a través de su ayuda y de las agencias de desarrollo como el Banco Mundial y el FMI y los acuerdos de convenio internacional (Gatt y Nafta) y las instituciones como la OMC, mantiene a los más pobres regímenes agarrados, e insisten que acepten medidas de austeridad, a través de los llamados Programas de Ajuste Estructural que dicta drásticos recortes en el gasto público, para sacarlos de la bancarrota.

El resultado es la pauperización masiva, la erosión educativa, del bienestar social, el fin del perfeccionamiento y de las empresas. No hay simplemente posibilidad de crecimiento autóctono, no hay futuro que no sea atado a los poderes extranjeros y al capital extranjero. Por consiguiente, la resistencia a la inmiseración económica es inseparable de la resistencia a la persecución política. El migrante económico es también el refugiado político.

Es un orden mundial totalmente diferente del que dió orígen a la definición de refugiado en la Convención de las Naciones Unidas de 1951. En ese momento, el refugiado político era definido de acuerdo a los términos de la vergüenza originada por la aniquilación de judíos en Europa y del miedo engendrado por el comunismo totalitario. Pero, ya una nueva categoría de refugiados políticos estaba emergiendo en los estados independientes, en las ex - colonias.

Colonialismo y Refugiados

Durante el período colonial, Gran Bretaña había colapsado diversas tribus, nacionalidades, grupos étnicos y otras entidades geográficas en estados unitarios para el propósito de facilitar más la administración y la explotación económica. En la primera oleada de Independencia, estos países, gobernados por gobiernos nacionalistas progresistas intentaron políticas económicas con las que esperaban alcanzar auto-suficiencia, educación formal y capacitación que favorecería las aspiraciones nacionales.

Pero el proyecto neo-colonial occidental empezó a desplazar el desarrollo económico nacional, el nacionalismo que había dado coherencia al estado desde la Independencia dió lugar a divisiones étnicas y comunales, y los gobiernos empezaron a usar las trampas democráticas, especialmente el sistema electoral, para establecer estados autoritarios que sistemáticamente discriminaban y perseguían los grupos minoritarios tales como los Ibos en Nigeria, los Tamils en Ceylan y los asiáticos en Kenia y en Uganda.

Al inicio, estos refugiados perseguidos políticamente eran económicamente "invisibles". En la inmediata postguerra de los años 50 y 60, cuando Gran Bretaña necesitaba toda la fuerza de trabajo a mano, no hacía distinción entre migrantes económicos y refugiados políticos. No importaba si los Punjabis escapaban de la Partición, lo que importaba era que las fábricas de Southall necesitaban su trabajo.

Refugiados políticos y migrantes económicos eran todo lo mismo: eran fuerza de trabajo. Pero, cuando Gran Bretaña comenzó a encontrar cada vez menos fuerza de trabajo, empezó a cerrarse, las solicitudes de los perseguidos comenzaron a ser medidas con la vara del pragmatismo.

"Británico", "extranjero", "político", "económico", "falso", de "buena fe"; los gobiernos eligen la terminología según les convenga para sus propósitos económicos, políticos o ideológicos.

L@s Roma (Gitan@s). L@s Parias de Europa

Nada esclarece más esta situación que el ejemplo contemporáneo de los Roma de Europa del Este. En muchos sentidos, su experiencia en los países del ex imperio soviético medio siglo atrás es paralelo al de una minoría desplazada de los países independizados del Imperio Británico.

Durante la era comunista de centralización, las culturas minoritarias y las diferencias étnicas fueron suprimidas. Los Roma, aunque no se les autorizara la expresión cultural y la libertad de movimiento, eran al menos parte de la ciudadanía - quizás una subclase, pero parte del sistema-. Con el colapso del comunismo, se convirtieron en parias en todos los lados, sin empleo, sin acceso a plenos derechos, discriminados por las agencias del Estado y perseguidos por un terror populista racista.

Tomando en cuenta cualquier aspecto - étnico, racial, económico, político - los Roma son un grupo perseguido como lo fueron los judíos antes. Pero, cuando ellos buscan refugio en Europa occidental, nosotros los rechazamos por la misma razón que causa que huyan de sus países en primer lugar - que su cultura y filosofía no es aceptada por la sociedad europea -. Una vez
fueron la subclase del comunismo totalitario, hoy son los parias de la democracia occidental.

¿Vida o sustento?

Igualmente, los refugiados que vienen de los Balcanes son los que fueron desplazados por la guerra, la indiscriminada devastación de su país los ha llevado al desplazamiento, la elección para aquellos que enfrentaron el genocidio parece ser o la vida o el sustento, pero no ambos.

Si ellos logran salir vivos y venir aquí, se les niega el sustento, se les niega la dignidad del trabajo, y son estigmatizados como mendigos y parásitos, señalados esta vez no por el color de su piel sino por el valor de sus vouchers.

Mientras el capitalismo global se desparrama como una mancha de petróleo por el mundo y las rivalidades ideológicas de la Guerra Fría colapsaron, los estados nación sea en las colonias "negras" del Tercer Mundo y en las colonias "rojas" del bloque del este han comenzado a romperse.

Mientras gigantes corporaciones, más ricas que enteros continentes y más poderosas que las naciones estado, tratan de cohesionar económicamente al mundo, más y más gente está siendo desplazada de sus países y de sus hogares. Algunos países están siendo devastados económicamente, en otros hay genocidios; algunos países tienen guerras comunales al viejo estilo, en otros nuevos racismos se desencadenan.

Categorías económicas y políticas han colapsado, la cultura está homogeneizando el mundo, crecientemente los valores que se viven son los valores del mercado.

La globalización reduce toda la actividad humana al binario de comprar y vender, y comercializa las relaciones humanas. Así juzgamos nuestros deberes y responsabilidades hacia los otros no por lo que se les debe a ellos, sino por lo que nos cuesta a nosotros. Incluso, las guerras en que entramos para preservar la civilización de descender en la barbarie son guerras despersonalizadas que no nos atañen personalmente. No exponemos nuestras vidas en el frente por los valores que sostenemos. De allì que las víctimas de la guerra no son- ni siquiera como extensión de nuestros valores por los que luchamos - de nuestra incumbencia.

A favor de los solicitantes de Asilo - Contra la globalización

La globalización fragmenta nuestra conciencia y nos arroja a muchas individualidades, de tópicos únicos, que podrían traer una mínima reforma, pero ningún cambio radical.

Es esencial que veamos como cada hecho - sea contra el racismo institucional, las leyes de asilo, la venta de armas, la desigualdad en las relaciones comerciales - conecta con la otra en el marco de la campaña contra la globalización. Así, aunque acordemos con los liberistas del mercado que a los solicitantes de asilo habría que permitirles trabajar, no lo hacemos porque un mercado de trabajo libre es un imperativo del mercado, sino porque en primer lugar la globalización los deprivó de su sustento.

Nuestra lucha debe ser por los solicitantes de asilo y por consiguiente contra la globalización.

Por lo mismo, cualquier convención de derechos humanos que no garantice a los solicitantes de asilo el sustento, es irrelevante a la condición de nuestro tiempo.