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Número 15
junio - julio - agosto 2003



...MÁS RESULTADOS DEL NAFTA EN MÉXICO

Bernardo Ezurmendía, director de la revista "Buscando Camino" de Panamá


El 86% de las exportaciones manufactureras mexicanas se corresponden a las maquiladoras ( sucursales de multinacionales que buscan mano de obra barata, exoneración de impuestos, en consecuencia evasión de impuestos de sus países) que importan sus insumos y exportan sus productos, con el consecuente vació de contenido nacional en dichas exportaciones lo que en consecuencia desnacionalizan las industrias mexicanas y quiebran o desaparecen las industrias de capital nacional con la consiguiente desaparición de puestos de trabajo.

Así en 1983 las exportaciones totales mexicanas tenían un contenido nacional del 85.9%. Con relación a las maquiladoras (incluyendo la mano de obra) el contenido nacional en 1996 era del 17.1%, dos años después de entrada en vigor el NAFTA.

Tomando en cuenta las manufacturas mexicanas no-maquiladoras en ese mismo año – 1996 – el contenido nacional de las exportaciones era de alrededor del 91% y en el 2000 del 37%. Esta reducción de las exportaciones de la Industria Mexicana no-maquiladora en un 54% implica claramente la desaparición de la misma o su absorción por las industrias extranjeras introducidas en Mexico con las condiciones ya conocidas de absoluta ventaja para ellas y contra el interés nacional y competencia mexicana. Economistas mexicanos han establecido que en este período por cada dólar de exportaciones industriales mexicanas a USA hay 18 centavos de dólar de componente nacional, así en las exportaciones de las maquiladoras esta relación de por cada dólar exportado, el componente nacional en ella era tan sólo de 0.02 centavos.

Esta experiencia del ALCA o TLC o NAFTA o PLAN PUEBLA nos enseña que si no se cuenta con un esfuerzo nacional de invertir el ahorro nacional privado y público para el desarrollo y crecimiento de la economía, renacionalizando las empresas estratégicas -para este fin- de comunicaciones y electrificación, desarrollando las capacidades de generación de riqueza y empleo del Estado, entre otras medidas, nuestro país terminará siendo una gran factoría de bienes y servicios de las multinacionales Estadounidenses, en las peores condiciones sociales, laborales y jurídicas. Agotando estos ansiados “amigos inversores extranjeros” nuestros recursos naturales y humanos para desertizados desecharnos como desperdicio no rentable.