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BRASIL: CONTINUIDAD NEOLIBERAL O CAMBIO Eric
Toussaint, presidente del CADTM (Comité para la Anulacion de la
Deuda del Tercer Mundo) En el transcurso de los cuatro primeros meses del mandato presidenciao, Lula y Palocci, Ministro de Economía y de Finanzas anunciaron la aplicación de una política éconónomica y social de corte neoliberal, en total contradiccion tanto con un proyecto de transforamcion estructural que con la realización de un mejoramiento substancial de las condiciones de vida de la mayoría de los brasileros. En
qué consiste ésta política ? Durante su campaña lectoral Lula declaró, al igual que los otros candidatos presidenciales, a la excepción del de PSTU, que iba a respetar los acuerdos firmados por su antecesor con el le FMI en agosto del 2002. Según los términos del acuerdo, Brasil estaba obligado a alcanzar un superavit presupuestario primario de 3,75%, meta que conlleva una fuerte limitación de los gastos sociales. Palocci decidió, en el transcurso de los primeros meses de la presidencia, ir más lejos todavía en la ortodoxia preconizada por FMI y por los mercados, comprometiéndose a alcanzar un superavit de 4,25% ! En la misma lógica, Palocci aumentó las tasas de interés, elevándolas a 25,5%. Esta medida, que aumenta los ingresos del gran capital bajo forma rentaria, agudizando así la desigualdad social, tiene como consecuencia efectos contrarios a la parte progresista del programa. Esta medida premia a todos los que viven en forma parasitaria de sus rentas. Esto no es es más que la continuación de la política del doble rasero: ajustar los cinturones de los que tienen bajo ingreso mientras se aumenta la opulencia de los ricos. Por otro lado, el aumento de la tasa de interés produce al mismo tiempo otros dos efectos negativos. En primer lugar, aumenta en forma mecánica las sumas destinadas al reembolso de la ya colosal deuda interna. En segundo lugar, aumenta las dificultades para que los pequeños y medianos productores accedan a los créditos ( campesinos, artesanos y pequeños empresarios), lo que constituye un freno al ya debilitado crecimiento. Dede 1.995, las tasas de
interés estuvieron entre las más altas del planeta siendo
justificadas por los partidarios de la politica del du FMI, por la necesidad
de atraer a los capitales extranjeros y de fijarlos en el país.
Esto sin embargo no ha impedido que seis crisis monetarias hayan explotado.
Desde éste punto de vista, Brasil batió todos los records.
El plan de ayuda decidido en agosto 2002 por el FMI fué, más
que un apoyo a Brasil, un apoyo a los dos grandes bancos norteamericanos
(Fleet Boston et CityCorp), concurrentes hasta dos tercios de la suma
prestada. No es una pura casualidad que el actual Presidente del Banco
Central, Meireilles, antes de ser nombrado al cargo fuera el respresentante
del Banco de Boston. Por
qué existe un antagonismo entre el mantenimiento de los acuerdos
con el FMI y la parte progresista del programa sobre el cual Lula fué
elegido? Dicho de otra manera: si una reforma impositiva permitiría hacer pagar a los ricos aumentando con ello los ingresos públicos, las sumas aportadas por dicha reforma volverán a salir inmediatamente como reembolso de la deuda, lo que impide automáticamente todo aumento en los gastos públicos. De todas formas, el FMI nunca aceptó una reforma impositiva que permita una aumentación significativa de deducción sobre los ingresos y el patrimonio de los ricos. Aquí también existe una contradicción entre la voluntad eventual de llevar a cabo una reforma impositiva progresista y los acuerdos firmados con el FMI. Lula, puede verse confrontado a los efectos perversos que produce su compromiso de respetar los acuerdos firmados por su antecesor con el FMI y sumido a la presión de los movimientos sociales, del ala izquierda del PT y otros sectores de la sociedad civil como la progresista Conferencia Nacional de Obispos. En estas condiciones, podríamos escucharlo anunciar en los meses venideros, con motivo de las próximas negociaciones con el FMI que, bajo riesgo de no poder llevar a cabo el objetivo de erradicar el hambre y tomar otras medidas prioritarias, él no puede satisfacer las condiciones que le son impuestas. Tendría todo el derecho a hacerlo. Si no asume tal orientación, corre el riesgo de ver su credibilidad derrumbarse ante los sectores populares. Y para peor de todo, las concesiones hechas al gran capital no protegerán al Brasil ni de un aumento de la fuga de capitales ni de los ataques especulativos contra el Real. |