Derechos para Tod@s 
Número 11 
noviembre - diciembre 2002




LAS MUJERES EXIGIMOS EL DERECHO A VIVIR SIN VIOLENCIA
Rebelémonos contra la dominación
1- Violencia en el ámbito doméstico

Secretaría de la Mujer de la Confederación General del Trabajo (CGT)

 

Nota de la redacción de Derechos para Tod@s: La CGT ha editado una mini-guía de actuación ante situaciones de violencia en el ámbito doméstico o en el laboral, que saldrá a la luz el 25 de noviembre, día internacional de la no violencia contra las mujeres. Debido a la extensión del documento, lo publicarémos en dos partes: 1- Violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico; 2- en el ámbito laboral.


Vivimos en una sociedad patriarcal, capitalista y militarista que ejerce múltiples formas de violencia contra los seres humanos como mecanismo de dominación, control y apropiación de personas, bienes y territorios.

Una de las principales formas de violencia es la violencia de género.

Violencia de Género

Violencia de género se refiere a todo acto de violencia que se ejerce contra las mujeres por el simple hecho de serlo y que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual psicológico o emocional, ya sea en la vida pública o en la privada.

Es el crimen encubierto más numeroso del mundo.

Es la principal causa de mortalidad prematura de las mujeres antes que el SIDA, los accidentes de tráfico y el cáncer de mama.

¿Por qué este terrorismo hacia las mujeres, que provoca más víctimas que el "terrorismo", no es un problema de primer orden para los estados?. ¿Por qué esta falta de reacción colectiva?.

Porque colabora al mantenimiento del "orden social" imperante, contrariamente a lo que sucede con la violencia contra la propiedad o contra el estado, por eso genera menor rechazo social.

Causas: el sistema patriarcal

Basado en una relación de poder de los hombres sobre las mujeres. Establece unas relaciones de convivencia basadas no en la igualdad sino en la dominación y la subordinación o, en el mejor de los casos, en el paternalismo.

Objetivo: dominar, controlar

Nuestros cuerpos, utilizándolos como un objeto - prohibición del aborto, prostitución, tráfico de mujeres, como reclamo sexual en la publicidad, (cánones de belleza suicidas), como botín y como instrumento para infligir daño al enemigo en las guerras que otros deciden por nosotras.

Nuestra presencia en los espacios públicos. En los espacios de gestión: la representación de las mujeres en todos los ámbitos es inversamente proporcional al poder que se ejerza en ellos. En los espacios de ocio: en el patio de la escuela, en la calle, en espectáculos, en la noche....

Nuestro trabajo: llevamos a cabo casi todo el trabajo no remunerado y dentro del remunerado el precario y mal pagado. Conclusión: empobrecimiento de las mujeres

Nuestra libertad, nuestra identidad, en definitiva, nuestras vidas.

Formas de violencia

Las limitaciones que sufrimos en nuestra vida cotidiana por miedo a ser excluidas, discriminadas, agredidas, violadas, son manifestaciones de violencia contra nosotras. Adoptan formas muy variadas, desde las más sutiles (paternalismo, discriminación) hasta las más evidentes (agresiones, mutilaciones, asesinatos).

No debemos olvidar que:

1/ Tenemos derecho a decir NO en cualquier momento y circunstancia y a que ese NO se respete.

2/ A partir de la falta de respeto a ese NO empieza la agresión sexual.

3/ Ante una agresión sexual hay una serie de pautas que conviene tener en cuenta:

•No sentir vergüenza, la culpa, evidentemente, no es nuestra

•Contar lo ocurrido lo antes posible a alguien de confianza

•Acudir a un centro médico sin haber borrado ninguna prueba del delito (no lavarnos o cambiarnos de ropa).

•Pedir el certificado médico, la píldora del día siguiente (si ha habido penetración) y la medicación adecuada para prevenir una posible enfermedad de transmisión sexual.

•Después denunciar -en algunos hospitales es el personal mismo quien realiza todas las gestiones-.

•Contactar con los grupos de mujeres de CGT o con otras asociaciones de mujeres y nos darán información y/o apoyo psicológico.

Entre todos y todas tenemos que destruir el mito de que las mujeres cuando decimos NO queremos decir TAL VEZ, las mujeres, también, cuando decimos NO es que NO QUEREMOS. No más agresiones por un NO mal entendido o no querido oír.

Violencia doméstica

Es la violencia ejercida en el ámbito familiar o doméstico por personas del entorno: compañero, padre, hijos o hermanos (no hablamos de la ejercida por las mujeres porque no es comparable ni en las estadísticas ni, especialmente, en el significado).

Debemos deshacer cierto mitos que existen sobre la violencia doméstica y sobre el perfil del agresor: no sólo está asociada al alcohol, a las drogas y a la marginalidad, se produce en todas las capas sociales y en todas las culturas.

El agresor no siempre es un alcohólico ni aparece socialmente como un monstruo, al contrario, a menudo es encantador y educado en las relaciones sociales y puede pertenecer a cualquier organización política, sindical u otra.

La violencia incluye:

Malos tratos psíquicos: van encaminados a destruir la autoestima y al autoaislamiento de la persona maltratada. Incluyen comentarios degradantes, amenazas, la destrucción de objetos de gran valor sentimental, humillaciones en presencia de terceros, control de los recursos económicos y de todas las actividades de la mujer. Preceden y acompañan al maltrato físico.

Malos tratos físicos: comprenden cualquier acto no accidental que provoque o pueda producir daño en el cuerpo de la mujer, tales como bofetadas, golpes ... que, en muchas ocasiones, llegan al asesinato.

Agresiones sexuales: son imposiciones de una relación sexual contra nuestra voluntad que puede llegar hasta la violación (aunque sea por parte de la pareja).

La solución comienza por dar el primer paso.

Rompamos el silencio, el aislamiento y la soledad

Acudamos a las asociaciones de mujeres que trabajan en este campo, como los grupos de mujeres y secretarías de la Mujer de CGT, ya seamos víctimas o conocedoras de la agresión. Así, al menos, nos informaremos y podremos actuar con apoyo y de la mejor manera posible.

Denunciemos, preferentemente en Juzgados o comisarías con servicio de atención a mujeres llevando el parte de lesiones si antes hemos ido al hospital. Es conveniente hacerlo acompañadas de un/a abogado/a o de una persona de las asociaciones de mujeres.

Aportemos todos los datos posibles -son muy importantes para el proceso posterior- incluidos los malos tratos sufridos anteriormente. Se pueden denunciar también los malos tratos psíquicos: insultos, amenazas, humillaciones, violación -la obligación de mantener relaciones sexuales cuando no nos apetece.

Exijamos copia de la denuncia.

Anotemos los detalles de las situaciones de violencia vivida, los datos de los testigos y las pruebas de la violencia.

Denunciar es un derecho y un deber ¿Por qué?

•Porque nos protegemos y evitamos que el agresor siga cometiendo delitos.

•Es un paso importante para romper el ciclo infernal de la violencia vivida (agresiones, reconciliaciones y agresiones más fuertes y más frecuentes), recuperar la autoestima y dar un nuevo rumbo a nuestras vidas.

En el caso de necesitar asistencia médica:

Vayamos al Centro de Salud o al servicio de urgencia de los hospitales, preferiblemente acompañadas de alguien, pero que no sea el agresor, aunque se ofrezca.

No debemos olvidar solicitar el duplicado del informe médico.

¿Marcharnos de casa?

La ley nos dice que cuando está en peligro nuestra propia seguridad o la de nuestros hijos se puede abandonar el domicilio sin que se considere abandono de hogar, siempre que en el plazo de 30 días solicitemos medidas provisionalísimas o demanda de separación.

Si hemos decidido marcharnos de casa planifiquemos la salida.

Contactemos con alguna de las asociaciones de mujeres.

No demos indicios de nuestros planes en el entorno del hogar.

No olvidemos coger o hacer fotocopias de todos los documentos importantes: libro de familia, DNI propio y el de los hijos e hijas, cartilla de la seguridad social, nómina o copia de la declaración del Impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF), Facturas y documentos que acrediten los gastos del sostenimiento familiar.

Si el agresor nos impide salir, abramos las ventanas y pidamos ayuda.

Recurramos a los Servicios Sociales si necesitamos acogimiento, ayudas económicas, terapia...


Un lugar de acogida

Si no disponemos de recursos se nos dará, a nosotras y a nuestros hijos e hijas, protección temporal en una casa de acogida que suele haber en casi todas las ciudades.

No debemos tener miedo a iniciar acciones legales contra el agresor.

•Las Secretarías de la Mujer de CGT y/o otras asociaciones de mujeres nos darán las indicaciones necesarias para la elección de un/a especialista en derecho de familia o para acceder a uno/a de oficio si no tenemos recursos económicos.

•El abogado o abogada debe aclararnos todas las dudas, defender nuestros intereses, como por ejemplo, la custodia de los hijos e hijas, la pensión alimenticia o la separación de bienes.

•No debe hacer nada a nuestras espaldas ni nosotras hacer tratos con el maltratador sin su conocimiento. En caso de contratar directamente un/a abogado/a éste o ésta debe explicarnos los diferentes pasos del proceso y darnos un presupuesto.

•No debemos confiar en que la separación lo resuelva todo, los hombres violentos, a menudo, persiguen a su ex-compañera pues no se resignan a perder su poder y dominio sobre ella. Pero la denuncia y en la mayoría de los casos la posterior separación es el único camino para salir de esta espiral de violencia.

•Debemos estar preparadas para ello manteniendo ciertas medidas de seguridad, especialmente no estar nunca a solas con ellos bajo ninguna excusa.

Si es necesario solicitaremos una Orden de protección, en la que un/a juez/a establece las condiciones por las cuales el maltratador no puede acercarse a su ex-pareja.

Es lógico tener miedo pero sabemos que no estamos solas y que junt@s podemos.

Por ello exigimos independencia económica para todas las personas.

Agresiones sexuales

Entendemos por agresión sexual aquella conducta que atente contra la libertad sexual de otra persona, con violencia e intimidación, ya sea por parte de un desconocido o un conocido. Se incluyen los abusos sexuales, el exhibicionismo, el estupro, la corrupción de menores, la violación, el acoso sexual.

Son delitos que atentan contra nuestra libertad, dignidad e integridad.

Se producen por muchos motivos y nunca justificables por nuestra forma de vestir, edad, estilo de vida, comportamiento, estado civil, relaciones afectivas con el agresor, incapacidad física o mental.

Estos delitos son muy traumatizantes y humillantes para la víctima y suelen tener consecuencias negativas en todas las esferas de la vida.

Entre otras consecuencias restringe los espacios y los tiempos en los que nos movemos y, por lo tanto, puede tener repercusiones en las oportunidades laborales: rechazo de trabajos nocturnos o en lugares aislados o con compañeros o jefes acosadores.

 

La Violencia intenta imponer con la fuerza lo que no se puede conseguir con la Razón.