Derechos para Tod@s
Número 1
agosto-septiembre-octubre 2000


 

EL ALCALDE DE EL EJIDO TENDRÁ QUE AFRONTAR SUS RESPONSABILIDADES ANTE LA JUSTICIA


Redacción de Derechos para Tod@s
 

En fechas anteriores a los primeros días de febrero, tal vez habríamos empezado hablando de salud laboral. Por ejemplo, de que los trabajadores de los invernaderos de El Ejido, en su gran mayoría inmigrantes, tienen que trabajar con pesticidas susceptibles de multiplicar el número de cánceres de piel y pulmón. 

Y seguiríamos con los derechos laborales. Al parecer inexistentes para una gran parte de los explotadores de la tierra (¿sólo de la tierra?) y beneficiarios de la producción agrícola ejidense, que desconocían de la existencia de los convenios sectoriales. 

Pero pasado el tiempo hay que reflejar el que, los mismos que están ayudando a levantar, con su malpagado trabajo, florecientes economías individuales y colectivas de aquella localidad almeriense, están siendo abocados a no disfrutar de tal esplendor, puesto que apenas pueden poner el pie en la localidad. Y si lo hacen es soportando miradas y actitudes difíciles de soslayar.

Ya profundizando, conocimos los chantajes de un alcalde democráticamente elegido (tan democráticamente como Hitler, en el pasado y Haider en la actualidad), que planteó a sus mentores en el PP que si le sustituían para encabezar las listas al Ayuntamiento, él se presentaría con el conocido partido (dirigido por un asiduo visitante de tribunales) llamado GIL. Pero una vez mantenido ese liderazgo, planteó durante su campaña el tema de la inmigración en el apartado de la inseguridad ciudadana. 

Podríamos seguir por muchas más cosas que asquearían cualquier sensibilidad medianamente preparada. 

Pero simplemente contaremos que en los primeros días de febrero afloraron los peores sentimientos humanos en la localidad de El Ejido y que, en esto, tuvo un papel fundamental su alcalde. Por ello dos asociaciones de defensa de los derechos humanos: Derechos para Tod@s y la Organización Democrática de Inmigrantes y Trabajadores Extranjeros (ODITE), interpusieron una denuncia contra el racismo institucional personificado en el alcalde de El Ejido, Juan Enciso. Ésta se refiere a la actuación de esta persona, durante los sucesos acaecidos tras el funeral de la joven ejidense Encarnación López, asesinada presuntamente por  un joven (de origen magrebí), que tenía perturbada sus facultades mentales como ya habían informado con anterioridad distintos amigos suyos, que habían solicitado un tratamiento psíquico, que no llegó a producirse.

Prácticamente todo el mundo recuerda que ese mismo día en Valencia acontecía el asesinato de varios funcionarios de policía y bomberos por un psicópata y, en Asturias la violación y asesinato de una joven. Ambos sucesos protagonizados por ciudadanos nacidos en aquellas comunidades. Y mientras tanto, en El Ejido grupos de vecinos  criminalizaban al conjunto de la población inmigrante allí afincada.

Además de las patadas, puñetazos y palos, que pudimos observar por las distintas televisiones y que vivió directamente el Subdelegado del Gobierno, las horas siguientes fueron escenario de todo tipo de violencia, saqueo e incendios cometidos por grupos encolerizados contra las personas de origen magrebí (algunas de ellas residentes desde hace años en la localidad y cuyos bienes fueron destrozados).

Las asociaciones denunciantes han reflejado en su denuncia que tal situación fue irresponsable e inmoralmente alimentada por las declaraciones del alcalde del PP, Juan Enciso, con las que lejos de calmar los ánimos y detener la exaltación, incitó a la violencia, y contribuyó a incrementar los sentimientos de discriminación y odio hacia el colectivo magrebí. Asimismo aparece la omisión del deber de mantener el orden público y la protección de las personas, bienes y derechos de todos los ciudadanos, lo que dio lugar a que durante muchas horas numerosos grupos de vecinos cometieran todo tipo de atropellos y con total impunidad.

La denuncia interpuesta el pasado 20 de Marzo (víspera del Día Internacional contra el Racismo), en el Juzgado de Instrucción de El Ejido, resalta  que tales conductas vienen tipificadas en el Código Penal en el artículo 510.1, que establece una pena de prisión de uno a tres años  y multa de inhabilitación de 6 a 12 meses, así como el 511.1 que castiga  con pena de seis meses  a dos años y multa de uno a tres años. Todo ello concurriendo el agravante de que tales actuaciones se produjeron ocupando un cargo público relevante. 

Para corroborar tal denuncia fue convocado el pasado 13 de Abril en el Juzgado ejidense, el representante de Derechos para Tod@s, Decio Machado, que pudo comprobar, en directo, el estado de tensión  que vive esta población almeriense. Rodeado de “antidisturbios”  y siendo observado a distancia por miembros de la asociación fascista y racista Plataforma España 2000, Decio entró en los locales judiciales acompañado por su abogado. La vista con el juez no fue muy halagüeña, puesto que este desgranó diversas posibilidades, todas ellas en la dirección de dificultar el inicio del proceso judicial. Esto ya fue denunciado a la salida del juzgado, donde los medios de comunicación tomaron literalmente las puertas del local. 

Y, entre diversas dificultades para avanzar en la denuncia, aparece la obligatoriedad de un procurador. A nadie se le escapa que esta denuncia se ha convertido en una lanza no sólo contra un determinado alcalde, sino contra el racismo institucional, representado en la actualidad por la política del PP  (no hay más que mirar la pretendida modificación de la Ley de Extranjería o los violentos incidentes racistas de Almoradí). Y ello está significando en este momento un bloqueo institucional a la denuncia, expresado de modos diversos, entre otros en la dificultad de encontrar un procurador dispuesto a llevar adelante esta causa.

Pero la respuesta de la sociedad civil no se ha hecho esperar y se ha constituido la Plataforma de Apoyo a la Denuncia contra el Racismo. 

Esta Plataforma se formó para evitar que tales actuaciones queden impunes por el paso del tiempo o por una fianza millonaria que aborte la posibilidad de seguir con el caso. Por ello, una notabilísima cantidad de gentes del mundo del arte,  la cultura, la enseñanza y el trabajo, están dando forma a esta articulación de la sociedad civil, con el objetivo de evitar que el olvido tape la barbarie. Olvido, cuyo único resultado sería el que tales situaciones vuelvan a revivirse en este u otros lugares. Ese protagonismo de la sociedad civil, activa en esta y otras denuncias, será la espina dorsal de tal Plataforma, que se presentará públicamente dentro de pocos días. 

Mientras tanto, la lucha para que no haya ciudadanos de primera y de segunda, será el objetivo permanente de estas asociaciones. Y en este caso concreto, porque no haya andaluces de primera y de segunda; puesto que los inmigrantes de El Ejido viven, sienten su cotidianeidad y están  ayudando con su esfuerzo y trabajo a la prosperidad de esa localidad, al igual que a las del resto del Estado Español donde están presentes.