Derechos para Tod@s
Número 1
agosto-septiembre-octubre 2000


 

Plan Colombia  
UN PROYECTO INTEGRAL DE DOMINACIÓN 
      


Declaración de Presentes por el Socialismo
 

Con la globalización capitalista transnacional, quien atraiga a los capitales circulantes o controle política y militarmente las nuevas áreas de inversión, es el ganador de cada guerra, económica y/o militar. Quien asegure su zona de influencia por una permanente acción de dominación política y presión, logrará imponer también el modelo económico -en Colombia el Plan Nacional de Desarrollo- que permite garantizar la tasa de retorno con bajo riesgos de la inversión extranjera. Además, en caso de necesidad de acciones militares destructivas sobre la infraestructura del país agredido de turno, es quien determina el escenario de la reconstrucción. Las guerras son útiles, "justas", en tanto abran nuevos mercados, e indeseables si los cierran o limitan.

Frente a quienes consideran que ya no existe imperialismo o en la forma que quieran llamarlo, debemos decir que asistimos a la mas grave agresión imperialista que haya sufrido Sudamérica y Colombia en toda su historia 

Con la aprobación por el Congreso de Estados Unidos del mal llamado Plan Colombia, el conflicto social y armado colombiano, pasa a primer plano en el escenario mundial. La posibilidad de una mayor ingerencia hasta llegar a la invasión por parte de Estados Unidos, es una realidad. El Plan Colombia busca centrar falsamente el problema alrededor del tema de los narcocultivos, minimizando las demás partes del proceso. Esto es lo que le permite utilizar su apoyo militar como pantalla para golpear a la insurgencia y de paso tratar de paralizar y aislar al movimiento social. 

El hecho de que el llamado Plan Colombia se haya tornado tema de la disputa interna de las presidenciales norteamericanas demuestra su importancia pero también explica las dificultades que tienen para imponerlo frente a las prevenciones de sus electores. El factor determinante de este nuevo paso ingerencista es su carácter de acción escarmentadora de dominación hacia todo país del tercer mundo y de América Latina, pero en particular va dirigido a amedrentar a los pueblos y gobiernos del área andina donde se concentran gobiernos nacionalistas, como el de Venezuela, indígenas, trabajadores y pobladores que insurgen masivamente contra el neoliberalismo, como en Ecuador, y a insurgentes armados que en Colombia pelean aun en nombre de la revolución socialista, aunque esto último no este tan claro como en el pasado, junto a un movimiento sindical y social que no se doblega y se eleva como sujeto político.

El Plan tiene implicaciones militares, económicas, sociales, políticas, ambientales y territoriales. Persigue una clara delimitación de áreas de influencia frente a los imperialismos europeos, en la disputa por las riquezas bionergéticas y estratégicas de la región, asignándoles a los mismos sólo ayudas económicas destinadas a equilibrar la macroeconomía, cubrir los gastos del pago de la deuda pública y privada, y sobretodo en el trabajo "humanitario" frente a los desplazados por la acción guerrera. Su columna vertebral parte priorizar la seguridad nacional de Estados Unidos por encima de cualquier otra seguridad nacional. En nombre de ella se pueden desconocer las cláusulas de derechos humanos impuestas por los sectores progresistas de Estados Unidos y multiplicar el numero de soldados y mercenarios que ya intervienen. La seguridad nacional de Estados Unidos se torna internacional y cubre a toda América como un territorio bajo su tutoría imperial. Es el desconocimiento total de cualquier soberanía nacional continental, sobre los temas en conflicto que puedan afectar a los Estados Unidos. 

Somete el control económico que se realiza a través de las transnacionales y que esperan completarlo en el 2005 con la integración de todos los países latinoamericanos al acuerdo de libre comercio americano, ALCA, a una "integración" político militar previa. Se pretende eliminar toda posibilidad de decisiones autónomas nacionales y menos aún populares.

Es el primer caso que en medio de negociaciones de paz, Estados Unidos mantiene y multiplica su ayuda militar. Lo que indica que no están pensando en negociaciones a corto plazo, sino en cómo cambiar en el escenario militar la correlación de fuerzas. Esto explica por qué aceptó Pastrana el negociar en medio del conflicto armado. Y lo hacen con un accionar militar supuestamente quirúrgico, que lleva a que sean muchos más los civiles caídos en los bombardeos indiscriminados, que los mismos contradictores armados. 

Los derechos humanos son inicialmente esgrimidos como bandera justificatoria, para luego, cuando se agudice la violación indiscriminada, silenciar a sus defensores, como hicieron en El Salvador y Guatemala. Esto explica y preanuncia los golpes sufridos por las instituciones de derechos humanos en Colombia, así como la derechización de la Iglesia Católica sobre el tema, la cual ya se apuntó la asignación de los recursos destinados a la coptación de ONGs que ejecuten la ayuda "humanitaria" sobre los nuevos millones de desplazados. Sin embargo no es todavía claro el compromiso de la Comunidad Europea luego del fracaso de la Mesa de Donantes bajo la presión de sus sindicatos y ONG de Derechos Humanos

La diferencia con otras intervenciones norteamericanas es que está utiliza la presión militar no sólo para golpear a la guerrilla y a los grandes carteles del narcotráfico, sino para terminar de aplicar el Plan de ajuste ordenado por el FMI. El Plan Colombia combina la acción militar contrainsurgente y antinarcóticos, con la intención de imponer las contrarreformas parlamentarias que acaben con la educación y la salud pública gratuita, los regímenes pensionales solidarios, más la contrarreforma de la Constitución del 91. Busca garantizar una nueva legalidad proclive a la venta de la biodiversidad, la privatización de las carreteras y ríos, la explotación, sin ningún criterio de sostenibilidad medio ambiental, de los recursos energéticos, unido a la negación de los derechos territoriales concedidos a los pueblos indígenas. Facilitar la contrarreforma política vía Referendo y el autoritarismo centralista presidencial, que termine de completar en un nuevo ordenamiento y sometimiento de las regiones, todo al servicio de reducir los costos que deba afrontar la inversión extranjera y garantizar el pago de la deuda externa.
 
Los bandazos del gobierno Pastrana

Como es de esperar, el Plan Colombia atenta contra el desarrollo de las negociaciones en el Caguán, por lo cual el gobierno necesita cambiar el factor de consenso social que le entrega gobernabilidad (dominación de los gobernantes sobre los gobernados). Como hablar de paz no tendrá presentación, Pastrana intentó reconstruir su credibilidad con la lucha contra la corrupción del Congreso. Pero no contaba que la dureza de la confrontación entre tecnócratas y clientelistas en el seno del bipartidismo, fuea sacando a luz el compromiso del mismo gobierno con la corrupción, lo que derrumbo su aspiración de combinar la acción militar del Plan Colombia, con el autoritarismo plebiscitario presidencial. 

Sin rumbo por varios meses, hoy inventan un supuesto Gran Acuerdo Nacional, al que se le prestan abiertamente los neoliberales del gavirismo, los reaccionarios de Uribe Velez , la iglesia y contando con el apoyo velado de López y Turbay. Con esta nueva pero muy transitoria pantalla, terminan arrastrando -con el ofrecimiento del Ministerio del Trabajo- a la mayoría de la dirección del naciente Partido del Socialismo Democrático, quienes pierden así la confianza en la construcción estratégica del Frente Social y Político. En una acción a dos bandas abortan un nuevo intento de construir un real partido socialdemócrata que trabaje sobre el sentir de las capas medias, y sobretodo generan confusión al interior del Frente. Afortunadamente el proceso del Frente es más sólido de lo que aparenta, y el resultado ha sido el aceleramiento de su proceso de construcción para impedir estos comportamientos ambiguos.
 
El Paro Cívico Nacional

Pastrana se enfrenta el inicio de la peor fase de la guerra con muy pocas cartas a su favor. Una frágil negociación con el ELN, donde su desarrollo depende de una negociación paralela con el paramilitarismo. Una más frágil situación con el proceso del Caguán la cual se agravará a medida que vaya llegando las nuevas tecnologías de la guerra aportada por el Plan Colombia. Una fuerte presión del FMI para terminar de ajustar la política tributaria, imponer la contrarreforma laboral, recortar y privatizar la seguridad social y acabar gran parte de las transferencias territoriales . Una fuerte crisis en la construcción que se traslada a las corporaciones financieras. Una continuación de la recesión productiva, ya expresada en más crisis financiera, más quiebra de bancos, como lo anuncia el derrumbe de Interbanco, propiedad de los Carvajal e industriales del Valle.

Para los crecientes desempleados, para los trabajadores y todos los condenados por la globalización neoliberal, para los desplazados por la degradación y agudización de la guerra condenados a los tugurios y calles de las ciudades, la única alternativa es la resistencia activa. El Paro Cívico Nacional que convocan las tres Centrales y decenas de organizaciones sociales populares agrupados en el Comando Nacional Unitario, es el camino de lucha inmediato para desenmascarar este falso acuerdo nacional. Allí se concentrarán los innumerables paros, tomas y movilizaciones que a diario estallan por todo el país para ir desarrollando un Plan de Lucha y una acción política combativa destinada a doblar el curso reaccionario y guerrerista que tenemos por delante. 
 
Presentes Por el Socialismo es una organización revolucionaria de Colombia, integrante del Foro de Sao Paulo.