El Salvador: El dólar se toma el país
Agencia
Informativa Púlsar
(3 de Enero de 2001)
El dólar circula libremente en El Salvador. Desde este primero
de enero, el dólar estadounidense entró en libre circulación
junto con el dólar. La Ley de Integración Monetaria que
permite la dolarización de la economía salvadoreña,
entró a regular la economía de ese país, desde
el primer minuto del 2001.
Cada dólar estadounidense se negociará a un cambio fijo
de 8,75 colones. El Banco Central de Reserva de El Salvador puso en
circulación cerca de 456 millones y medio de dólares,
como una medida que permita normalizar la circulación del dólar
en la economía diaria de El Salvador.
El proceso de dolarización salvadoreño venía dado
con anticipación debido a la cantidad de transacciones que desde hace años vienen realizando muchas empresas y comercios. Esos
negocios operan en El Salvador, movidos por la significativa presencia de salvadoreños y salvadoreñas en Estados Unidos.
Dentro de ese contexto,
voceros de la banca y del sector financiero de El Salvador predicen
la desaparición total del colón a corto plazo. La moneda
salvadoreña circulaba en ese país desde el primero de
octubre de 1862.
Las reacciones de oposición a la dolarización no se hicieron
esperar. El Obispo Auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez,
afirmó que "los más pobres de El Salvador no han
sido invitados a la fiesta" de la dolarización. Mientras
tanto, el opositor Frente Farabundo Martí, FMLN, aseguró
que presentará un recurso de inconstitucionalidad de la Ley de
Integración Monetaria.
Las
dos caras de la dolarización en El Salvador
Mientras
el Gobierno intenta reactivar la economía nacional, los ciudadanos
critican la medida por los incovenientes suscitados
Juan
José Dalton, "El País"
(San Salvador, 11 de Enero de 2001)
Incertidumbre es la palabra
que pudiera describir la realidad de la mayoría de los salvadoreños
después de que comenzara el pasado 1 de enero un proceso de dolarización
de la economía nacional. La evaluación de su primera semana
presenta dos realidades: mientras el Gobierno está satisfecho,
la ciudadanía protesta por las incomodidades que le ha producido
una ley que paradójicamente es parte de una estrategia que pretende
integrar a una nación fragmentada.
El artífice o cabeza visible de la dolarización, Juan José Daboud, secretario técnico de la Presidencia, reconoció que ha habido
"inconvenientes y molestias", pero que pronto serán superadas
en la medida en que la gente pueda tener el dólar en sus manos. No obstante, el presidente del Banco Central, Rafael Barraza, aseguró que de acuerdo a los registros obtenidos, en los primeros cinco días del proceso entraron en circulación 43 millones de dólares, es decir, el equivalente al 8% del total de la masa monetaria del colón, la moneda local; la expectativa oficial era que entrara en circulación sólo el 5%.
"El lunes 1 de enero recibí
de los clientes sólo 100 dólares, el martes 300, pero
ya el viernes las compras llegaron a 1.500 dólares", aseguró
el gerente de una gasolinera para dar una idea de la forma en que el
dólar va ganando espacio. Diariamente su negocio vende el
equivalente a 5.000 dólares (unas 885.000 pesetas).
El Gobierno de Francisco Flores estima que en tres meses aproximadamente estarán
en circulación 537,5 millones de dólares (95.000 millones
de pesetas),que sería el equivalente al 100% de los 4.700 millones
de colones que existen en El Salvador como masa circulante.
"Nosotros aún no
hemos recibido ni un solo dólar ya que cobramos una vez al
mes y aún tenemos cobros atrasados del año pasado", aseguró
un trabajador de la empresa Netcomsa, que ofrece servicios de
Internet y correo electrónico. El empleado explicó
que en su negocio ha habido despidos recientes y, además, ha tenido gastos adicionales en papelería y calculadoras para
hacer las constantes conversiones de dólares a colones
o viceversa. Este es un mecanismo que perdurará mientras
circule el colón, al que la referida ley fijó a un precio de 8.75 colones por dólar.
Analistas consideran que
la moneda salvadoreña se convertirá en moneda "virtual"
ya que la llamada Ley de Integración Monetaria, aprobada el 30
de noviembre pasado y puesta en vigencia el 1 de enero, ordena
al Banco Central de Reserva (BCR) no imprimir más la moneda nacional, al mismo tiempo que a los bancos estatales y privados les obligó
a realizar todas sus transacciones en dólares. Daboud,
así como el presidente, Francisco Flores, afirmaron que los inconvenientes -pánico por dólares falsificados, filas
en los bancos y dificultades en las transacciones- hasta ahora
suscitados son temporales, pero los beneficios de la ley serán, desde su óptica, permanentes. La apuesta del Gobierno salvadoreño es que se reactive la economía nacional paralizada desde el año 1995, a través de la bajada de interés en los créditos bancarios y la atracción de inversiones al tener una moneda estable.
Los supuestos beneficios han sido cuestionados por economistas locales quienes han apuntado
que las tasas de interés han venido decreciendo desde antes de
la aprobación de la ley monetaria. Por otra parte, el
país no será atractivo para la inversión
mientras haya inseguridad ciudadana, jurídica y corrupción, tal como lo reconoció el director del conservador Diario de Hoy, Enrique Altamirano.
Rebeldía al dólar
Desde sus primeros días
la dolarización parece estar condenada a ser un catalizador de
contradicciones. Días antes de finalizar el año 2000,
la Fundación para el Estudio del Derecho (Fespad) presentó
una demanda de inconstitucionalidad en contra de la Ley de Integración
Monetaria debido a que fue aprobada con gran desconocimiento tanto de
la población como de los legisladores.
Durante la semana pasada,
los líderes del socialdemócrata Centro Democrático Unido (CDU), presentaron dos recursos de inconstitucionalidad, uno contra la ley general y otro en contra de artículos específicos.
El CDU critica la medida por causar graves violaciones a la Carta Magna ya que con la dolarización se despojó al
Estado salvadoreño de ejecutar una política monetaria
y de emitir moneda.
La dolarización
parece no haber sido suficiente para el Gobierno salvadoreño,
que además con el inicio del año anunció la liberalización de la venta de combustibles y el alza de las tarifas eléctricas.
Organizaciones cívicas, lideradas por el Instituto de Estudios Jurídicos, se han unido para elaborar una estrategia de Resistencia Ciudadana contra
lo que considera el reconocido abogado Félix Ulloa un
"retorno al viejo estilo del autoritarismo" de las fuerzas de
la derecha. Según Ulloa, la Resistencia Ciudadana no será violenta, sino una lucha "proactiva de participación en actos de desobediencia civil, auditoría social, denuncia y protesta
pública, así como acciones de solidaridad".
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