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Praga 2000
  

    Los madrileños encarcelados en Praga denuncian racismo y malos tratos en las comisarías y prisiones checas

    Grupo de prensa de MRG-GAP. 25 de octubre del 2000   

    Se confirman los comportamientos racistas y violentos de los policías y carceleros checos tras los sucesos de Praga 2000. 

    El pasado martes 24 de octubre se celebró en el C.S.O. El Laboratorio de Madrid una rueda de prensa informativa con Gaizka y Mikel, los dos compas que llevaban 24 días detenidos en Praga por causa de las movilizaciones contra el FMI y el BM. Allí varias compañeras nos dieron las últimas noticias sobre la situación de l@s pres@s que aún quedan en Praga. Fue mucha la información que allí se dio y esto es tan sólo un extracto de las declaraciones de Isa -colaboradora del grupo de apoyo a la OPH, el equipo de observadores legales independientes de la República Checa  

    Este equipo estuvo presente durante las protestas vigilando y controlando la relación entre la policía y los manifestantes con el fin de detener los abusos policiales, aunque de hecho no pudieran lograrlo.  

    La OPH, desde que se produjeron las detenciones, se ha centrado en recolectar las evidencias de todo lo que ha estado sucediendo en Praga por medio de testimonios personales, fotográficos y de vídeo. Hay dos puntos muy importantes que queríamos resaltar en estos informes: 

    · la violación de los DDHH 
    · el tema de l@s desaparecid@s 
     
    Violación de los Derechos Humanos

    Podemos afirmar que se han violado los Derechos Humanos de manera generalizada. Por todos los testimonios recogidos, ninguno de los detenid@s, o casi ninguno, ha tenido traducciones a un idioma que pudieran comprender. Todo les fue dicho en checo y todo se ha desarrollado en este idioma. No han sabido nunca a dónde se les iba a llevar, qué estaba pasando con ellos, si tenían cargos o no y se les ha obligado a firmar documentos en un idioma que no comprendían, sin que les tradujeran lo que estaban firmando en numerosas ocasiones.  

    Tampoco han tenido acceso a un abogado, porque no han podido llamarle. Ni sus familiares ni nadie sabíamos qué es lo que les estaba pasando y las pocas informaciones que llegaban eran de una manera casual, porque alguien tenía un teléfono móvil o porque empezaban a liberar a gente y podía contar lo que estaba pasando dentro. 

    Algunas embajadas fueron notificadas de que tenían pres@s y debemos distinguir entre las que han sido cooperativas y las que no. La embajada de los EEUU ha colgado sistemáticamente el teléfono a todas las ciudadanas que permanecían en Praga y que estaban llamando para denunciar la situación de l@s pres@s o, simplemente, para saber quién estaba dentro. Resulta sorprendente que algunas embajadas ni siquiera fueron notificadas por el Ministerio del Interior de la República Checa de que tenían ciudadanos en la cárcel y éstas fueron avisadas por llamadas particulares de personas de esa ciudadanía que sabían que tenían a alguien dentro.  

    Además de no contar con un abogado y de no haber podido hacer una llamada, han recibido muy poca comida y han tenido problemas del tipo de ser obligados a dormir en la calle. Este es el testimonio de unas personas que durmieron al raso sin mantas ni abrigo y, en algunos casos, con ropa mojada a causa de cómo se habían producido las detenciones. En general, no se les ha permitido dormir ya sea por dejar todas las luces encendidas o hacer mucho ruido o por, directamente, golpear a quienes se habían tumbado al querer dormir. Esto se repitió durante varias noches.  

    Tenemos constancia de situaciones de hacinamiento en las cárceles, este es el testimonio de 25 personas confirmadas que se encontraban hacinadas en una celda de 2'5 metros x 3'5 metros y que estuvieron obligadas a permanecer allí una noche entera. Podemos hablar de los maltratos físicos, es decir, de las palizas. Ha habido diferencias en cómo se ha pegado a la gente. Hay situaciones generales, como las de dos líneas policiales formándose a los lados de un pasillo o en el camino que conducía al furgón policial que tenía que trasladar a las personas a la comisaría. Los detenidos eran obligados a caminar por las dos hileras policiales y ellos, con la porra en la mano, les golpeaban al tiempo que pasaban El trato humillante que han recibido en las comisarías lleva a extremos como el ser obligado a ponerse de pie y junto a la pared con las piernas estiradas durante muchas horas. Si se movían las cabezas les eran golpeadas contra el muro y en él estaban las marcas de sangre de todas las personas que habían estado en esa situación previamente y que tenían heridas graves. 

    Sin embargo, a la hora de hacer palizas particulares sabemos que se han hecho distinciones según la nacionalidad. A la gente de los países del este se les ha tratado peor que a las personas de otras nacionalidades a las que se les ha respetado.  

    Sabemos que el día 27 de septiembre detuvieron a varios integrantes de una banda nazi, que llegaron armados, y que gozaron de un trato preferencial. Estas personas sí que podían entrar y salir de la celda cuando lo solicitaban mientras que todos los detenidos de la manifestación no podían hacerlo. Se les había dicho que no había teléfono en la comisaría y, que por lo tanto, era imposible físicamente que realizasen esa llamada. Sin embargo, a una de esas personas nazi se le indicó rápidamente dónde estaba la cabina. Estuvieron detenidas menos horas y cuando fueron puestas en libertad se les devolvieron todas sus pertenencias incluyendo los bates de béisbol, e incluso según confirman, se les devolvió una pequeña pistola.  

    Queremos denunciar el racismo dentro de las cárceles. Como caso ilustrativo sabemos el de un israelita-francés que presentó su documento francés pero que posee la doble nacionalidad. Tiene la piel un poco más oscura y esta persona fue la primera del grupo que detuvieron. La gente vio cómo le metían una paliza durante una hora seguida, 4 ó 5 policías. Esta persona tenía una costilla rota, cojeaba fuertemente y tenía los dos ojos morados. Sabíamos que le había sucedido esto pero no conocíamos dónde estaba y ni la embajada israelí ni la francesa querían hacer nada al respecto. Después de la presión, la embajada israelí sí que estaba dispuesta a hacer algo pero como había entregado el pasaporte francés, y el embajador francés no quería saber nada, no pudimos saber qué le iba a pasar a esta persona.  

    Como casos de brutalidad concreta citamos el caso de una pareja de Eslovaquia y de Chequia, de la que se conoce su nacionalidad. Se sabe que fueron introducidos en la comisaría dentro de un cuarto donde se estaban produciendo los interrogatorios y a la vista de todas las personas retenidas en el patio, le propinaron una paliza de media hora con dos palos, probablemente obtenidos de una de las pancartas que requisaron durante la manifestación, y obligaron a mirar a su compañera mientras se producían estos hechos. A ella también la pegaron pero menos. Ya no se les volvió a ver. 

    Podemos contar, como un caso más, el caso de la austriaca-americana que, después de haber sido golpeada en repetidas ocasiones, se le acusa, sin motivo, de haber cometido actos contra la policía, algo totalmente falso y hay evidencias que lo prueban. Esta persona llegó a tener tanto miedo por su vida, que el momento de ser conducida de un interrogatorio a otro para ver al juez, saltó por una ventana que vio en el segundo piso. A consecuencia de eso se dañó la columna y tiene un pie roto, dejó de estar bajo custodia porque se la tuvieron que llevar al hospital. Ahora mismo se encuentra en Austria pero sabemos que tiene cargos pendientes. Todo esto sucedió porque tenía miedo que la mataran, es su propia declaración. 

    Podemos hablar de un ciudadano británico, pero hay muchos más, recibió una patada en la cara nada más ser detenido, le rompieron la nariz y aquí entramos en el tema de la asistencia médica.  

    Todos estos abusos se estaban produciendo sistemáticamente de forma general aunque alguna de estas palizas eran especialmente duras con determinadas personas. Los golpes, malos tratos eran generalizados y, según las comisarías, eran más o menos duros. La asistencia médica se les ha negado en general a todos los presos pese a tener heridas graves y era más que evidente, que necesitaban asistencia médica.  

    Chris, la joven austriaca-americana, al intentar ver el número de policía de uno de los agentes que la golpeaba, se cortó la mano con el borde de la placa. Estuvo sangrando durante horas y no recibió asistencia médica, mientras sus compañeras intentaban apuntar  
    el número de los policías con la sangre. 

    Hay que decir que, conscientes de lo que estaba sucediendo, la mayor parte de la policía no portaba el número de placa y la palizas e interrogatorios venían, en su mayoría, de parte de la policía secreta que ni tan siquiera estaba uniformada. A un ciudadano griego le rompieron las gafas, sabemos que tenía cristales metidos en el ojo y sabemos, ahora, que no ha sufrido consecuencias de gravedad del tipo de no volver a ver. Pero en ese momento no se sabía qué consecuencias podía tener y estuvo sin asistencia médica al menos un día. La última vez que se le vio estaba esperando la visita del médico. Inclusive a algunas personas le echaron gases lacrimógenos dentro de la celda porque estaban demandando en voz alta el derecho de llamar a un abogado. Por supuesto, a estas personas hacinadas que fueron gaseadas, tampoco se les prestó ningún tipo de ayuda médica.  

    La colaboración médica tendría dos partes, el hecho de que dentro no se prestara ningún tipo de asistencia y cuando los detenidos conseguían ver a un médico no es casual. Éstos hacían informes parciales e incluso, los detenidos llegaban a declarar "estos son mis cardenales, estas son mis heridas, esto es lo que me ha pasado a causa de la brutalidad policial" y la respuesta por parte del médico era de "No, la policía no pega". Con lo cual los informes no eran hechos porque los médicos pensaban que la policía no pegaba.  

    El trato en los hospitales también es denunciable. El caso de un belga, que ha salido en prensa, durante su internamiento llega al caso de haber recibido palizas y sufría consecuencias físicas muy graves. Los doctores se mostraban impotentes y no daban informes, tampoco eran capaces de intervenir y en los mejores casos mostraban simpatía o apoyo emocional, cuando lo daban. 
     

    Sabíamos de antemano que los hospitales iban a colaborar con la policía totalmente en el proceso de criminalización. Que sucediera después era sólo una confirmación. 

    Además está el tema de las humillaciones sexuales. A muchas personas las obligaron a desnudarse en varias ocasiones delante de policías no de su mismo género. Se les tomaron fotos, huellas dactilares o datos numerosas veces para aumentar su angustia. Sufrieron humillaciones como burlas o les ridiculizaban por su aspecto físico. Fueron golpeados desnudos y eran obligados a ducharse con la puerta abierta delante de la policía. Si iban al baño tenían que estar acompañados y, además de todo esto, los abusos psicológicos han sido constantes.    

    L@s desaparecid@s 

    Por la situación vivida en la República Checa de legitimación de cualquiera actuación policial y el clima de terror que se vivía en las calles el día 27 de septiembre Praga se convirtió en una ciudad sitiada. No se informaba de cómo se producían las detenciones y quienes estaban detenidos. Nos hallábamos en una situación impotente al saber que se estaban violando los DDHH que la policía estaba siendo brutal y que no conocíamos quiénes estaban sufriendo esto.  

    Muchas de estas personas se hallaban, y se siguen hallando, en una indefensión legal absoluta, porque es imposible prestar apoyo legal a personas de las cuales no se conoce el nombre y ni en muchos casos la nacionalidad.  

    Estas personas, a día de hoy, no tienen abogado, a día de hoy no se les puede prestar apoyo legal y a día de hoy no se puede hacer nada por ellos. Dentro de dos días se cumplirá un mes dentro de la cárcel.  

    Además de la indefensión legal está el tema del aislamiento psicológico. No pueden contactar con nadie, se les niegan las visitas y nadie puede contactar con ellos. No se ha dejado entrar a la OPH en las cárceles para ver a los presos. Y cuando se ha obtenido algo de información ha sido porque el día 6 de octubre, la embajada checa de Londres (bajo presión) publicó una lista con cifras y nacionalidades de los detenidos extranjeros.  

    Existe un vacío absoluto de los detenidos checos en estos momentos. Sabemos que muchos acusados, infundadamente, de asalto policial. Hasta la fecha no se ha vuelto a decir nada más.  

    Actualmente tenemos una lista con los 200 detenid@s en Praga de los cuales no está confirmada la puesta en libertad de tod@s. Es probable que muchas de ellas sí lo estén pero no tenemos la certeza. Y si hay gente realmente desaparecida, que sigue presa o que está en el hospital, no hay manera de saber quiénes son ni de prestarles ningún tipo de apoyo.  

    Confirmamos que siguen en la cárcel 6 personas, una persona checa, dos polacas, un danés, un ciudadano austriaco de 16 años y un británico que no está acusado de asalto policial. Todas las demás tienen cargos por asalto policial infundada. Además contamos con una lista de desaparecidas-confirmadas, dos rumanos que están presos -pero no sabemos dónde están ni de qué se les acusa-, un ciudadano americano preso y que no se ha puesto en libertad. Además de 3 personas que no figuran en ninguna lista y estaban en la lista de deportación de Balkova a los que no se les vio salir con los detenidos extranjeros. Son una mujer ucraniana y dos kurdos cuyos nombres desconocemos.  

    La situación de absoluta indefensión de l@s desaparecis@s es intolerable. No tiene siquiera que ver con la violación de los DDHH, estas personas han desaparecido del mapa y ya no se puede hacer nada por ellas.  

    El Movimiento de Resistencia Global y el Grupo Apoyo a pres@s de Madrid, además de hacer pública esta denuncia que exige responsabilidades. Esta situación no se puede repetir. Si esto ha sucedido en la República Checa es porque la policía checa ha actuado respaldada por el Ministerio Checo y porque se daba la presencia de delegados del BM y FMI. A ellos también sabemos que hay que exigirles responsabilidades y haremos las denuncias correspondientes en cada caso. Mientras nos concentraremos todos los miércoles frente a la Embajada de la República Checa en Madrid a la 13h.  

    Hasta que no estén tod@s libres estaremos tod@s pres@s.