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Oriente Próximo

  

Al cumplirse el 51º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la comunidad internacional es incapaz de proteger a los civiles palestinos 

Centro Palestino de DD.HH. de Gaza (Gaza, 10 de Diciembre de 2000)

Hoy, 10 de diciembre de 2000, se cumple el 52º aniversario de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas. La Declaración sostiene el ideal común que la humanidad, a través de los gobiernos y los individuos, debería perseguir y alcanzar para asegurar los derechos y libertades originales del ser humano. 

La aprobación de la Declaración en 1948 fue la primera ocasión en la que los gobiernos del mundo aprobaron colectivamente (a través de los miembros de Naciones Unidas) una declaración de derechos humanos que se convirtió en guía y punto de referencia para la humanidad así como en un patrón para la medida del respeto de los derechos humanos. 

Como es habitual, el pueblo palestino festeja a su modo este  aniversario, que celebra un hecho acaecido unos meses después de que las milicias sionistas y el ejército israelí le expulsara y dispersara, en una de las mayores y más duraderas limpiezas étnicas de la historia contemporánea. Desde entonces, el pueblo palestino ha pagado a diario el precio por el silencio de la comunidad internacional ante las matanzas, la dispersión y las violaciones masivas de los derechos básicos colectivos e individuales, perpetrados por las fuerzas de ocupación israelíes. Las violaciones cometidas por las fuerzas de ocupación alcanzaron su punto cumbre en el último trimestre de 2000. Durante este tiempo, el ejército israelí respondió con armas al pueblo palestino que niega la ocupación e insiste en defender sus derechos legítimos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos y otros Convenios, que constituyen el corpus internacional de Derechos Humanos, aseguran estos derechos legítimos. 

"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos humanos". Todo el pueblo palestino entiende con esta afirmación del artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que el deseo de libertad y la insistencia en la dignidad humana son fundamentales para todos los palestinos -niños, ancianos, mujeres, hombres- en su lucha contra la ocupación. Las escenas de los últimos tres meses han mostrado la crueldad y violencia excesiva de las fuerzas de ocupación israelíes. La respuesta de estas fuerzas a los civiles palestinos, que han mantenido sus protestas contra las fuerzas de ocupación desde el pasado 29 de septiembre, en lo que se conoce como "Intifada de al-Aqsa", ha sido totalmente desproporcionada. Las fuerzas de ocupación han impuesto un sitio total sobre los territorios ocupados palestinos, aislándolos del mundo exterior. Tanques y vehículos armados han bloqueado las entradas a las ciudades palestinas y las principales carreteras, transformando los territorios ocupados en bantustanes [zonas negras en la Sudáfrica del apartheid], no muy diferentes de aquellos que proliferaron en Sudáfrica.

Desde el 29 de septiembre de 2000, las fuerzas de ocupación han matado a más de 271 palestinos, incluyendo 96 niños, y herido a miles, muchos de los cuales sufren consecuencias de por vida debido a las heridas en la parte superior del cuerpo. El uso de métodos letales por parte de las fuerzas de ocupación no se ha limitado a la munición convencional y a las balas llamadas dum-dum, sino que ha llegado al punto de incluir proyectiles lanzados desde tanques, helicópteros de ataque y navíos de guerra, utilizados para atacar civiles, barrios e infraestructuras civiles en todos los territorios ocupados.

El personal médico no se ha visto inmune a los ataques israelíes. Además, para impedir que estos equipos médicos llegaran hasta los heridos palestinos, las fuerzas de ocupación israelíes han disparado contra los vehículos (debidamente señalizados) médicos, matando e hiriendo a un gran número de personal médico. Más aún, las fuerzas de ocupación han herido a un gran número de periodistas locales y extranjeros. Los colonos armados han aumentado sus ataques sobre los civiles palestinos, y las excavadoras de las fuerzas de ocupación han arrasado miles de millones de metros cuadrados de tierras agrícolas, han destruido infraestructuras agrarias y demolido casas, obligando a desplazarse a niños, mujeres y viejos.
 

El Centro Palestino de Derechos Humanos (CPDDHH) está  rofundamente decepcionado con el comportamiento de la comunidad internacional a la hora de tomar medidas efectivas con el fin de parar esta grave violación del derecho internacional humanitario y los convenios de derechos humanos perpetrada por las fuerzas de ocupación israelíes. El CPDDHH aprecia la importancia de los pasos llevados a cabo por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la Asamblea General y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos tras la visita de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos [Mary Robinson] a los territorios ocupados; sin embargo, estos esfuerzos no se han traducido en garantías reales para los civiles palestinos. 

El CPDDHH en el 52º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, apela a la comunidad internacional y a las distintas organizaciones, así como a todos los defensores de los derechos humanos, para que intervengan y paren los  graves abusos cometidos por las fuerzas de ocupación israelíes contra el pueblo palestino, y provea de protección internacional a los civiles palestinos en los territorios ocupados. Los civiles palestinos continúan con su oposición a la ocupación e insisten en obtener sus legítimos derechos, que les aseguran las convenciones internacionales y los principios del derecho internacional, principalmente el derecho a la autodeterminación, el derecho a la independencia y el derecho de los refugiados a volver a sus casas.