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Egipto


Un símbolo de la Libertad de expresión
La escritora Nawal Al Sa'dawi visita Barcelona tras su calvario judicial

Xavi Ayén, en "La Vanguardia" (Barcelona 1 de Mayo de 2002)


La historia de la escritora egipcia Nawal Al Sa'dawi es de las que ponen la piel de gallina. Esta ex psiquiatra -autora de una cuarentena de libros, entre novelas y ensayos- se ha convertido, a sus 70 años, en un símbolo internacional de la libertad de expresión. El año pasado, su rostro sonriente y enérgico saltó a los informativos de medio mundo al ser denunciada por apostasía por un abogado integrista de El Cairo. Al ser juzgada por un tribunal religioso, bajo el sistema de la Hisba, la sentencia sólo podía recurrirse si lo pedía un hombre de religión islámica. Pero la peculiaridad del caso es que, además, si Nawal hubiera sido declarada culpable, su marido, el doctor Sheriff Hetata -que la acompaña estos días en Barcelona- hubiera debido repudiarla y divorciarse, tras casi 40 años de vida en común. Todo ello generó una campaña de solidaridad internacional, en la que participaron escritores como Paul Auster, Isabel Allende, Julian Barnes, Noam Chomsky, Anita Desai, Ian McEwan, Manuel Vázquez Montalbán o el premio Nobel de la Paz Elie Wiesel. Finalmente, tras meses de acoso mediático y social, fue absuelta pero, amenazada de muerte por los integristas, su lucha continúa.

Ayer explicó en Barcelona que el primer volumen de sus memorias, "La hija de Isis", será publicado en castellano en el próximo mes de octubre, en la editorial Horas y Horas, la primera que confió en ella y empezó a traducir sus libros. "Hoy por hoy, mi prioridad es encontrar un sitio tranquilo donde ponerme a escribir. En 1981 fui encarcelada por el presidente Sadat por criticar su política. En 1991, el presidente Hosni Mubarak disolvió mi asociación pacifista porque nos opusimos a la guerra del Golfo. Me han cerrado también la revista que dirigía. El reto más importante de los países africanos es la falta de democracia, que impide la emergencia de una sociedad civil. En 1992, además, la policía se presentó en mi casa para protegerme, porque aparecía en las listas de los asesinos integristas. Mi marido me recomendó que me fuera del país y, desde entonces, junto a él, viajo por el mundo, intentaron divorciarnos pero no lo han conseguido. Incluso los fundamentalistas islámicos que forman parte del Gobierno de Egipto amenazaron con cortarme el cuello. Ahora doy clases en Estados Unidos y vuelvo de vez en cuando a El Cairo."

Los ensayos de Nawal Al Sa'dawi -entre los que destaca "Mujer en punto cero" (Horas y Horas)- otorgan visibilidad a las mujeres árabes. Su obra la sitúa entre las intelectuales árabes más influyentes del siglo XX, ha sido nominada al Nobel y es una de las más serias candidatas al Premi Internacional Catalunya.

Mañana jueves, Nawal Al Sa'dawi pronunciará, en el CCCB, una conferencia sobre la globalización, el fundamentalismo religioso y el feminismo. "Necesitamos una solidaridad global -adelanta-, la unión de todos los que luchan contra el capitalismo militarista y patriarcal, ese modelo encarnado por el actual ocupante de la Casa Blanca." Para la autora egipcia, "la dominación no es sólo económica, sino intelectual, los medios de comunicación distorsionan la realidad: el islam no es el problema. Soy librepensadora y estudiosa de las tres religiones monoteístas, el islam, el cristianismo y el judaísmo, y les diré que son muy similares, pues, por ejemplo, las tres ven a la mujer como un ser inferior. Pero el Corán es incluso más liberal que el Antiguo Testamento". Para ella, "escribir sirve para quitar el velo mental a la gente; es el momento de los libros, sobre todo en unos momentos en que no podemos fiarnos de los medios de comunicación, ni en mi país ni en el suyo".

Su marido, el doctor Hetata (también novelista) recuerda: "He estado quince años en la cárcel por defender mis ideas progresistas. Al recuperar mi libertad, me casé con Nawal. Muchos, en algún momento de nuestra vida, nos preguntamos el sentido de lo que hacemos. Por eso vale la pena luchar por la paz y la justicia". De hecho, cuando, estos días, en Barcelona, Nawal Al Sa'dawi se abraza o coge de la mano a su marido, al público le cuesta trabajo reprimir la emoción y en los auditorios hasta se escapan aplausos, como si en el abrazo de esa pareja se condensaran las cosas que realmente importan.