LLAMADO
DE AMSTERDAM PARA LA CONDONACION DE LA DEUDA AFRICANA
Africa
: De la Resistencia a las Alternativas
La nueva esclavitud de Africa causada por el peso
de la deuda y la imposición del ajuste estructural constituye
el mayor escándalo del principio del siglo XXI. Para la
aplastante mayoría de los países africanos,
las sumas arrojadas al pago del servicio de la deuda son superiores
a aquellas destinadas a la educación y a la salud juntas. Se
ha vuelto evidente que cada peso gastado para el reembolso obligatorio
de la deuda es dinero perdido para la lucha contra la pobreza, contra
el analfabetismo, contra la malaria, contra el SIDA y otras enfermedades
que son sin embargo fácilmente sanables.
Los planes de ajuste estructural impuestos por el Banco Mundial y
el FMI han contribuyo a hundir en una crisis profunda las economías
de muchos de los países africanos; a acrecentar
las iniquidades sociales y de genero; a instaurar la pobreza a
larga escala; a poner en peligro el equilibro ecológico
y la seguridad alimentaria; a provocar conflictos y a crear las
condiciones de una recolonisacion del continente a través de
los programas de privatización y de liberalización salvaje.
Las iniciativas de Colonia (Alemania en junio de 1999) y de El Cairo
(Abril del 2000), así como todas aquellas que les precedieron,
no conllevan ninguna solución real.
Frente a este panorama, un ancho movimiento ha empezado a surgir,
a escala mundial, llamando para la condonación pura y simple
de la deuda de los países del Tercer Mundo y al rechazo
a los programas de reajuste, que sólo han logrado expandir la
miseria y la regresión por doquier han sido aplicados.
En la mayoría de los casos, la deuda fue contratada
por gobiernos anti-democraticos, generalmente sostenidos por los países
mas industrializados, y ella permitió el financiamiento de políticas
represivas, cuando no del genocidio como fuera el caso en Ruanda en
1994. Jamas beneficio a las poblaciones de los países endeudados.
El desfalco de bienes públicos y de prestamos ha sido sistemáticamente
organizado a la vista y sabida de los acreedores públicos
y privados de los países del Norte.
A la luz del derecho internacional, dicha deuda " odiosa" adolece
de nulidad absoluta.
En lo que se refiere mas específicamente a la región
del Africa sub-sahariana, un argumento histórico irrefutable
para exigir la condonación incondicional de su deuda es que lo
que debería reembolsar a sus acreedores occidentales, representa
una ínfima parte de todas las riquezas que le han
sido arrebatadas desde el siglo XV. Con la esclavitud, se le arrancó
al continente entre 60 y 100 millones de sus habitantes para llevarlos
hacia las Américas. Con la colonización, seguida por la
recolonización actualmente en curso, Africa ya ha pagado demasiado.
Hoy en día, el Banco Mundial, ampliamente responsable
del desastre de estos últimos treinta anos, reconoce finalmente
que las condiciones del desarrollo humano se degradan en Africa. El
ingreso real por habitante ha bajado en forma continua durante este
periodo. En varios paises africanos, la esperanza de vida alcanza
a penas los 46 años y tiende a disminuir drásticamente
como consecuencia de le expansión de la mas abyecta pobreza.
A pesar de ello, el FMI y el Banco Mundial se obstinan en imponer
el mantenimiento de las políticas de reajuste estructural y de
reembolso de la deuda a través de la Iniciativa para Países
Pobres Muy Endeudados (PPTE). Unicamente su retórica ha variado:
el "marco estratégico de la lucha contra la pobreza" ha reemplazado
en los discursos lo que antes se designaba como "planes de ajuste estructural
".
Por todas estas razones, la anulación inmediata e incondicional
de la totalidad de la deuda externa de Africa es una exigencia que releva
de la ética y de la justicia social. Ella permitirá encontrar
los recursos suplementarios para invertir en los sectores más
productivos, en educación y cultura, en salud, en campañas
para la emancipación de la mujer, en el futuro de
la juventud, en infraestructuras de base, en erradicar la pobreza,
en la preservación del medio ambiente y de la biodiversidad,
etc.
Simultáneamente, Africa debe romper con los programas de ajuste,
los cuales son en gran medida responsables de la situación catastrófica
en la cual se halla actualmente el continente. El énfasis puesto
sobre la austeridad o reducción del presupuesto, en nombre de
pretendidos "equilibrios macroeconomicos" y la desatención del
Estado se traducen por la compresión dramática
de los gastos públicos, que a su vez, implican recesión,
desempleo y pobreza. Las políticas de liberalización
y privatización han contribuido a ahogar las empresas nacionales
y a favorecer el control de las economías africanas por parte
de las empresas multinacionales occidentales, bajo el eufemismo
de "alianzas estratégicas". El dogma del libre comercio
ha alejado Africa de la seguridad alimentaria. La creación cultural
esta en peligro ya que se encuentra sometida a una competencia salvaje
de productos de entretenimiento provenientes de los países mas
industrializados. Solo rompiendo con estos programas, podrá el
continente tener un mayor dominio de su propio destino,
reencontrando su libertad e independencia en la elaboración de
sus propias políticas de desarrollo.
La opinión publica africana no puede asistir pasivamente al
sacrificio de generaciones enteras y a una recolonizacion del Continente.
Por ello las organizaciones y personalidades africanas están
decididas a movilizar a la opinión publica para que ésta
contribuya activamente a mantener el importante apoyo que desde ya se
esta logrando a escala mundial. Este movimiento ha tomado
una amplitud sin precedente con ocasión del "Jubileo 2000",
y ha logrado movilizar millones de personas a través del mundo,
recogiendo mas de 20 millones de firmas, que fueron presentadas a los
dirigentes del G-7 en el mes de Junio de 1999 en Colonia.
Pero dicha campaña del Jubileo 2000 termina este
año. Es indispensable por lo tanto, lograr hacer un balance de
lo obtenido hasta la fecha, así como de las limitaciones encontradas
durante la campaña, con el fin de continuar luchando para la
condonación total de la deuda africana, el fin de las políticas
de ajuste estructural y la realización de políticas
encaminadas hacia un desarrollo humano sostenible.
Los abajo firmantes, inscribimos este Llamado en el marco de las
Declaraciones de Accra (Jubileo 2000- abril de 1998), Lusaka (Jubileo
2000- mayo de 1999), Johannesburg (Jubileo Sur- noviembre de 1999)
y Yaounde (enero del 2000), así como en las iniciativas
convergentes de París (ATTAC- junio de 1999), de Seattle, de
la Marcha Mundial de las Mujeres del año 2000 y del llamado
de Bangkok (febrero del 2000) , todos ellos exigiendo la anulación
total y definitiva de la deuda de lospaíses del Tercer
Mundo.
Reunidos del 4 al 7 de abril del 2000 en Amsterdam, llamamos a un
encuentro internacional y panafricano en Dakar a realizarse del
11 al 17 de diciembre del 2000 bajo el nombre de "DAKAR 2000: de la
Resistencia a las Alternativas" con los siguientes objetivos :
1. lograr un balance sobre el estado real del endeudamiento en Africa
al final del año 2000 tras la campaña del Jubileo y evaluar
el impacto de las soluciones bilaterales y multilaterales "de aligeramiento"
de la deuda;
2. lograr un recuento económico del balance económico,
social y humano de los programas de reajuste estructural, poniendo
énfasis en su impacto sobre ciertos sectores-claves, tales
como la educación, la salud, el empleo, la distribución de
los ingresos, la agricultura tradicional, etc.;
3. elaborar las estrategias a corto, mediano y largo plazo con el
fin de:
a) implementar la lucha para la condonación de la deuda y
el término de los programas de reajuste;
b) contribuir a la puesta en marcha en la practica de una
política de desarrollo centrada en la satisfacción de
las necesidades de las poblaciones.
Ello presupone políticas nuevas de movilización y redistribución
equitativa de las riquezas así como de nuevas formas de financiamiento
(repatriar los bienes y cuentas adquiridos ilegítimamente, tasa impositiva
sobre las transacciones financieras internacionales, comercio
y políticas fiscales justas, etc.).
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