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Colombia

LAS RAZONES DEL PARO NACIONAL AGROPECUARIO

Jorge Enrique Robledo Castillo- Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria (30 de Julio de 2001)

Cuando el Fondo Monetario Internacional decidió imponerle a Colombia y al mundo la globalización neoliberal, advertimos que el agro del país iba a ser avasallado por las importaciones de productos subsidiados. Con respecto al café dijimos que, sin el pacto de precios que lo protegía, sus productores terminarían de siervos de las transnacionales. Y más si se eliminaban, como en efecto ocurrió, medidas e instituciones que en algo protegían a agricultores y ganaderos colombianos.

Las importaciones agropecuarias subieron a siete millones de toneladas, por lo que desaparecieron 800 mil hectáreas de cultivos transitorios; y por la acción de las transnacionales y los estímulos del Banco Mundial a las siembras de cafetales en Asia, los precios reales externos del café ha sido los más bajos desde 1823. El mensaje de los gringos a los cafeteros colombianos es claro: “si quieren seguir como productores, deberán aprender a aguantar el hambre que aguantan los paupérrimos jornaleros y campesinos vietnamitas”. Además, las decisiones oficiales quebraron a varias de las principales empresas creadas con la plata de los cafeteros, aunque parezca mentira, cuando la crisis ya se sentía se les impuso un impuesto discriminatorio de unos 100.000 mil millones de pesos anuales y la revaluación del peso le provocó pérdidas por 4.000 millones de dólares al Fondo Nacional del Café.

Pero no obstante los hechos, la administración Pastrana, en el Plan Colombia, se comprometió a mantener las importaciones agropecuarias y a especializar el país en café y en los demás cultivos tropicales cuyos precios manipulan las transnacionales. Y para dejar claro que ese acuerdo va en serio, también decidió vincular el país al ALCA, el cual, según Robert Zoellick, Representante de Comercio norteamericano, “abrirá —todavía más, al 100 por ciento, decimos aquí— los mercados de América Latina y del Caribe a las empresas y agricultores de los Estados Unidos, al eliminar las barreras al comercio”. Con ese convenio, además, deberemos terminar inundados de café brasileño, camino que ya ha sido abierto con importaciones de grano del Ecuador.

Las consecuencias sociales del neoliberalismo en el campo están a la vista: desempleo que supera el muy alto promedio nacional, el 80% de sus habitantes en la miseria, avance de todas las formas de descomposición social, grandes pérdidas para los productores y decenas de miles de procesos judiciales, embargos y remates contra sus fincas y parcelas.

Ante la descomunal gravedad de lo que ocurre, y ante la sistemática negativa oficial a tomar los correctivos del caso así se haga demagogia sobre su “voluntad de diálogo”, la Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria -que congrega cafeteros, arroceros, paneleros y a los demás productores— no tuvo alternativa distinta a realizar este gran esfuerzo que apunta a conseguir un profundo viraje en la orientación neoliberal que destruye al campo y a Colombia.

Sus peticiones no son en nada exageradas, y ni siquiera son originales: lo que aspira conseguir para los colombianos son las mismas garantías de que goza el campo en los países desarrollados, es decir, que cesen las facilidades a las importaciones de productos del agro que pueden producirse en el país, que el Estado asegure precios de sustentación que hagan del trabajo agrario una actividad rentable, que exista crédito suficiente, oportuno y barato, que se ponga control a los aumentos de los costos de producción y que el gobierno financie adecuadamente la investigación científica, la asistencia técnica y los distritos de riego. Plantea que se cumpla la Ley 40 de 1990, la cual prohíbe que se haga panela falsa a partir de derretir azúcar y su producción a escala industrial. Pide que se atiendan los reclamos democráticos de las comunidades indígenas. Como medida excepcional, y por haberse tornado en impagables, reclama que se condonen las deudas bancarias del sector. Y se opone a que se vincule el país al ALCA, al tiempo que le exige al gobierno de Andrés Pastrana que le reclame al de Estados Unidos por la agresión económica que le está haciendo a los cafeteros colombianos.

Agresión militarista del gobierno colombiano al Paro Nacional Agropecuario

Federación Nacional Sindical Unitario Agropecuario-FENSUAGRO (3 de Agosto de 2001)

Las organizaciones del sector agropecuario, Convocantes del PARO NACIONAL AGRARIO, entre ellas la Federación Nacional Sindical Unitario Agropecuario FENSUAGRO, iniciado el 31 de julio y luego de haber transcurrido cinco días de protestas, por el abandono del estado hacia las comunidades campesinas, los productores agropecuarios y las políticas neoliberales.

DENUNCIA:

1. LA AGRESIÓN Y EL DESALOJO VIOLENTO de que fueron victimas los campesinos, concentrados en puerto Seco “Gigante” –Huila- POR PARTE DE LA FUERZA PÚBLICA, el pasado 2 de agosto, deja como resultado: cerca de cuarenta (40) vehículos destruidos, Muebles y enseres (colchones, cobijas, elementos de cocina, etc.) y varios cambuches incendiados. La utilización desmedida de la fuerza y el manejo arbitrario del poder terminó con MÁS DE 100 CAMPESINOS HERIDOS, NUMEROSAS FAMILIAS AFECTADAS, INCLUYENDO MUJERES Y NIÑOS, y con el ASESINATO DE DOS LABRIEGOS (JOSE GERMAN y VICTOR MAURICIO CARVAJAL), que participaban de la protesta pacifica.

2. De igual forma fueron DESALOJADAS POR LA FUERZA las Comunidades Campesinas, concentradas en: Ventaquemada-Boyacá, Villeta-Cundinamarca, Cajamarca y Lerída- Tolima, al igual que en Antioquia, Nariño, Risaralda y Caldas. Y como consecuencia de estas acciones VIOLENTAS perpetradas POR LOS ORGANISMOS DEL ESTADO COLOMBIANO, se encuentran MAS DE 55 CAMPESIN@S HERID@S DE GRAVEDAD y la perdida total de vehículos de los productores, alimentos y demás artículos de uso personal de los participantes del Paro Agrario.

3. Los anteriores hechos muestran la FALTA DE VOLUNTAD POLÍTICA DEL GOBIERNO DE ANDRES PASTRANA Y DE SU ARROGANTE MINISTRO DE AGRICULTURA, RODRIGO VILLALBA, para darle solución a los graves problemas de los campesinos.

LLAMAMOS a los organismos de derechos humanos, organizaciones sindicales y comunidades nacionales e internacionales, a pronunciarse y exigir AL ESTADO COLOMBIANO CESAR LA VIOLENCIA MILITAR Y EL TRATO CRIMINAL que le está dando a la legitima movilización, y a darle una pronta solución a la critica situación social y económica de las comunidades Rurales.

Comité Ejecutivo de FENSUAGRO-CUT

Gran triunfo de la resistencia civil agropecuaria

Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria (Ibagué, 5 de agosto de 2001)

La más grande lucha que se haya librado en Colombia en defensa de la producción agropecuaria está concluyendo con un resonante éxito. Porque destapó la pavorosa crisis de cafeteros, paperos, arroceros, lecheros, algodoneros, paneleros y el resto del agro y porque probó el gran avance de la resistencia civil de campesinos, jornaleros, empresarios e indígenas, quienes protestaron unidos en torno a unos objetivos mínimos para la salvación del sector agropecuario y a una organización de envergadura nacional que los representa.

En actos de ejemplar valor civil y patriotismo, miles y miles de colombianos de 250 municipios, de 16 departamentos, se manifestaron en vías y plazas de la república y se pararon en 30 puntos de las carreteras de Colombia, exigiéndole al gobierno de Andrés Pastrana Arango la profunda revisión del modelo neoliberal que ha sumido al agro y al país en un desastre de proporciones incalculables.

El Paro Nacional Agropecuario se desarrolló cobijado por un gran respaldo nacional. Agremiaciones, personalidades, sindicatos, asambleas departamentales, concejos municipales, gobernadores, alcaldes, jerarcas de la iglesia y medios de comunicación, de una u otra manera, expresaron su simpatía o respaldo a la protesta.

Aislado como nunca quedó el gobierno de Andrés Pastrana, fiel continuador de las políticas de apertura, privatización y neoliberalismo dictadas desde hace una década por el gobierno norteamericano, a través del Fondo Monetario Internacional. De nada le valió al pastranismo su tentativa de confundir a los colombianos con medidas y afirmaciones que nunca pasaron de ser burdas cortinas de humo diseñadas para ocultar que sus políticas conducen a la definitiva destrucción del aparato agropecuario nacional.

Y los colombianos llegaron hasta la indignación ante la orden dada por la presidencia de la república -pasando por encima de gobernadores y alcaldes- de reprimir con toda brutalidad y saña a unos labriegos que protestaban a pecho descubierto e inermes, represión que produjo la muerte de los campesinos huilenses Victor Mauricio Carvajal y José Guzmán y decenas de contusos y presos.

Lo que sigue es propiciar la más grande unidad nacional que pueda concebirse en torno a la lucha por conseguir que el Estado les dé a agricultores y ganaderos las garantías que requieren para poder producir y prosperar. Que los neoliberales sepan que la Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria no cejará en sus empeños y que los días en que podían actuar impunemente contra el interés nacional en el campo han terminado para siempre.

Angel María Caballero y Jorge Enrique Robledo Castillo ( Presidente y Secretario)