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Argentina
  
 Advertencia al Presidente De la Rúa de que está incrementando la bomba silenciosa del hambre

Adolfo Pérez Esquivel ; Premio Nobel de la Paz (Buenos Aires, 16 de Julio de 2001)

 
Al Sr. Presidente de la Nación, Dr. Fernando De la Rúa:  

Una vez más me dirijo a usted, a pesar que no sabe o no quiere escuchar las demandas. Está claro que prefiere escuchar y obedecer a quienes mandan y ha perdido la capacidad de gobernar. Lo está haciendo sin el pueblo y esto pone en riesgo la democracia.

En su discurso, Sr. Presidente, no dijo que las medidas tomadas son para responder a la voracidad de los mercados y al pago de los intereses de la deuda externa, inmoral e injusta, olvidándose de la deuda social que tiene con el pueblo, siempre postergado y sometido día a día al aumento de la pobreza y la exclusión social.

El reciclable ministro de economía, quien ha pasado por diversas administraciones, (desde la dictadura militar al gobierno del Dr. Menem, y también responsable de la venta de armas a Ecuador y Croacia, ya que firmó el decreto, y hoy ocupa nuevamente el ministerio de economía), primero dijo que, con las políticas de ajuste, capitalización y privatizaciones se solucionaban
los problemas, y se entregó todo el patrimonio nacional a manos de intereses extranjeros y hoy tenemos la grave situación de Aerolíneas Argentinas y Repsol/YPF.

Luego, su creatividad lo ha llevado a concebir el “Megacanje”, para renegociar los intereses de la deuda externa. Quienes estuvieron en el negocio recibieron grandes comisiones que pesarán sobre el pueblo una vez más, y actualmente ha decidido medidas que provocarán mayor recesión. En síntesis, con la promesa del futuro, nos hipotecaron el presente. La hipocresía de todo esto, es que le ponen precio a todo y valor a nada.

Usted dice que las medidas anunciadas no son un ajuste, que hay que bajar el déficit fiscal y la forma de hacerlo es recortando los salarios de los trabajadores del Estado y reducir las jubilaciones.

Solo le pido que sea sincero, que diga la verdad al pueblo, y no la oculte con actitudes falsas. Usted sabe que ningún país en el mundo ha llegado al déficit cero, ni aún los países más avanzados.


El costo humano de esas políticas es enorme y el único camino que le queda, Sr. Presidente, sin diálogo, con imposiciones, con hambre y exclusión social, sin el consentimiento del pueblo que reclama sus derechos, es la represión, lo cual nos llena de angustia y dolor por las consecuencias que esto tiene para la vida y la dignidad de nuestro pueblo, frente a la insensibilidad de su gobierno.

Debo advertirle Sr. Presidente que está violando los derechos humanos. Y es responsable, conjuntamente con los gobernadores de las provincias, de graves violaciones, como lo han hecho en General Mosconi y Tartagal, provincia de Salta, Corrientes, Neuquén, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, entre otras regiones del país afectadas, en las cuales la represión ha provocado muertos, torturados, encarcelados y heridos.

Usted está incrementando la “bomba silenciosa del hambre”. Según las estadísticas, en el país se mueren por año, más de 20.000 niños, menores de un año, por causas evitables,. Pero Usted, como el gobierno anterior, ha privilegiado el pago de los intereses de la deuda inmoral e ilegítima sobre la vida del pueblo.

¿Hasta cuándo podrá soportar el pueblo las injusticias, el hambre, la falta de los recursos mínimos para una vida digna? ¿Debo decirle que está violando los derechos económicos, sociales y culturales?.

Le recuerdo Sr. Presidente que tenga presente que: “No matarás ni con hambre, ni con balas”. No es con la represión cómo resolverá los graves problemas que afectan al país, sino con el diálogo, el consenso, aplicando políticas de desarrollo para generar empleo y condiciones de vida más justa y humanas para todos.

El país tiene recursos humanos valiosos, potencialidad en sus recursos naturales y posibilidades de salir de esta grave situación que vive, se necesita voluntad política y movilización de todos los sectores sociales y coraje en quienes nos gobiernan.

Hoy, Usted, ha depositado todas sus energías y decisiones en quien llevó al país a esta grave situación. Es una fuga hacia delante. Le queda muy poco tiempo para corregir la situación, antes que sea tarde.

Sólo me queda decirle, Sr. Presidente, recordando al Obispo Mártir Enrique Angelelli: " poner un oído en el Evangelio y otro en el Pueblo" , para saber por dónde ir correctamente. Sepa escuchar al pueblo, no le tema, salga y vea la realidad que viven miles de argentinos y argentinas.

Reciba el saludo de Paz y Bien, para Usted. y todo el Pueblo Argentino que tanto lo necesitan.

Adolfo Pérez Esquivel; Premio Nobel de la Paz
(Carta publicada por Equipo Nizkor y Serpaj)